Verónica Martínez reúne el consenso de los partidos de Sumar para sustituir a Errejón como portavoz en el Congreso

Verónica Martínez cuenta con el respaldo de los principales partidos de Sumar para ser la nueva portavoz del grupor parlamentario, en sustitución de Íñigo Errejón, que dimitió hace una semana envuelto en un escándalo por denuncias de acoso sexual. La decisión oficial todavía no se ha tomado porque esta negociación va a acompañada de varias conversaciones en paralelo para la reestructuración del grupo parlamentario, que es el órgano encargado de aprobar el nombramiento.

Sumar, por tanto, todavía no someterá a votación la propuesta de Martínez, aunque los partidos del grupo han mostrado su disposición a apoyar su candidatura, tal y como explican diferentes fuentes a elDiario.es. Algunas formaciones como Izquierda Unida han planteado que la decisión vaya primero a la mesa de partidos de la coalición, en la que están algunos pero no todos los partidos del grupo. Y que después sea sometida a una instancia de votación en el grupo parlamentario.

La negociación de fondo, en realidad, afecta a las cañerías del grupo parlamentario: una reestructuración de las portavocías adjuntas y de las comisiones para equilibrar de nuevo los pesos de cada partido. Sumar intenta cuadrar los intereses de los distintos partidos inmersos en estas conversaciones pero con la premisa de que ya hay un consenso en que Martínez sea la portavoz. Es la única candidata sobre la mesa y ninguna de las formaciones se ha opuesto.

La parlamentaria por Pontevedra forma parte de la cuota de Movimiento Sumar, el partido de Yolanda Díaz. Fue como cabeza de lista de Sumar por Pontevedra en las elecciones del 23J. Antes había sido directora general de Trabajo con Yolanda Díaz en el Ministerio. Desde 2017 había ejercido también como presidenta del Consello Galego Relacións Laborais.

Así, Martínez ocupará con toda probabilidad el puesto que hasta hace unos días desempeñaba Íñigo Errejón, que tuvo que dimitir forzado por la dirección de su partido después de que trascendieran una serie de denuncias anónimas en redes sociales. Esos post, publicados por Cristina Fallarás, denunciaban prácticas de acoso sexual que Sumar atribuyó a su portavoz, quien inmediatamente reconoció que esas denuncias hablaban de él. El jueves al mediodía publicó una carta en la que anunciaba su dimisión.

Desde entonces, Sumar intentó resolver una crisis política de magnitudes todavía por definir al tiempo que trataba de reorganizar el grupo parlamentario. Varios partidos de la coalición, como IU, habían pedido que la sustitución de la portavocía se hiciese de forma democrática y que fuese acompañado de una reestructuración del grupo. Es una reflexión que nace de la forma en que se habían gestado hasta ahora muchas de las decisiones en el grupo, como el reparto inicial de portavocías, el nombramiento de Marta Lois o su sustitución por Errejón.

Hay cambios que Sumar debe hacer por fuerza. Errejón era portavoz titular en la comisión constitucional y también vocal en la diputación permanente (el órgano que rige el Congreso en periodos extraordinarios), así como miembro de la comisión de gastos reservados. Su sustituta en el escaño, Alda Recas, de Más Madrid, tiene un extenso currículum como enfermera y activista sanitaria, por lo que sus tareas parlamentarias seguramente vayan dedicadas a comisiones que tengan más que ver con la sanidad o los derechos sociales. 

Mientras tanto todos los partidos consultados por este diario ven con buenos ojos a Martínez Barbero para suceder a Errejón en el cargo. Los comuns han trasladado que la diputada es la mejor candidata para ocupar ese puesto, una posición que también comparten otras formaciones como Compromís -alejada estos días de la actualidad del grupo con toda su atención en la situación en la Comunitat Valenciana- o Més. Fuentes de Más Madrid la consideran una persona “solvente, con experiencia y comprometida”, además de una buena compañera. Como otras formaciones, el partido madrileño entiende que más allá de las portavocías este es un buen momento para que se mejoren los “mecanismos de funcionamiento” del grupo.