La distancia que se ha mantenido entre el Gobierno y el partido durante toda la legislatura ha vuelto a ponerse de manifiesto en cuanto a la contundencia de las críticas sobre la corrupción del PP. Las diferencias en cuanto a la contundencia sobre el caso de Rita Barberá se subrayaron cuando Mariano Rajoy se dio por satisfecho con las explicaciones de la exalcaldesa mientras que Javier Maroto las definió como “insuficientes” y Pablo Casado dijo estar “hasta las narices”. Soraya Sáenz de Santamaría ha negado que existan divergencias, pero ha aprovechado para presumir de las medidas puestas en marcha por su equipo frente a la dureza de la censura de los vicesecretarios de Génova.
Entre los más próximos al presidente del Gobierno se refieren con sorna a estos dirigentes del PP como los “limpios y puros”, según publicó El Mundo, y cuestionan que se distancien de la prudencia general en lo que respecta a la exalcaldesa de Valencia. A su juicio, los dirigentes que se han convertido en los portavoces con más visibilidad tratan de quedar bien ellos y perjudican la imagen de su jefe. En la dirección del partido, en cambio, un miembro del equipo señala a la vicepresidenta como autora del comentario.
Desde la mesa de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Sáenz de Santamaría ha intentado negar que en el partido se sea más duro que en el Ejecutivo en este asunto. Así, ha asegurado que le consta que tanto el presidente como su equipo en La Moncloa “reconocen la labor intensa de los vicesecretarios”. Y ha aprovechado para incluirse en esa generación de conservadores más jóvenes. “Si ahora los cuarenta son los nuevos treinta, yo estoy encantada por la parte que me toca”, ha bromeado la número dos de Rajoy, que tiene 44 años.
Pero una vez reivindicada la juventud, la vicepresidenta ha querido subrayar que la mayor parte de las medidas puestas en marcha para atajar la corrupción son mérito suyo. “Precisamente mi entorno, y aquí está el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, es quien más leyes ha llevado al Congreso para luchar contra ella”, ha dicho en referencia a la Ley de Transparencia y al portal en el que se vuelcan los datos. Además, la vicepresidenta ha añadido sobre la dureza de Casado y Maroto que las palabras “tienen que ser contundentes y los hechos, también”.
El responsable de comunicación de Génova, que este viernes presidía en Pamplona la reunión de la gestora del PP navarro y después protagonizaba un acto junto a Borja Sémper en San Sebastián, ha intentado apagar el incendio y difundir una imagen de unidad cerrada. Desde su cuenta de Twitter, Casado ha dicho sentirse “muy tranquilo y respaldado” así como “orgulloso de haber defendido al PP en los momentos más complicados y en los lugares más difíciles”.
El autor de la frase “hay personas que se están dejando los cuernos por defender unas siglas manchadas por cuatro golfos” ha preferido bajar el tono. Casado llegó a decir que él y sus compañeros en la cúpula del PP “se sienten perjudicados” por tener que referirse a gente sospechosa de corrupción a la que ni conocen. “Yo, como portavoz, tengo la obligación de salvaguardar el nombre tremendamente honorable de este partido”, declaró a los periodistas el día en que se conocieron los mensajes amenazadores de Barberá a miembros del PP valenciano.