El comisario José Manuel Villarejo utilizó a su mujer y dos intermediarios para hacer llegar a distintos abogados el ofrecimiento de material que mantiene escondido y que ofertaba como susceptible de “anular” las causas de corrupción Gürtel y de la familia Pujol y el que por entonces investigaba la celebración del referéndum secesionista del 1-O en Catalunya, han informado a elDiario.es fuentes del caso. Los intermediarios llegaron a solicitar en algunos casos más de un millón de euros y sus ofertas no fueron atendidas en ningún caso.
Estas maniobras son objeto de una pieza secreta del caso Villarejo, la número 28, en el marco de la cual fueron detenidas cuatro personas este viernes. Una de ellas ya está imputada en la causa Tándem. Se trata de la mujer del policía, Gemma Alcalá. Pero hay otras dos que irrumpen en el caso con estas pesquisas. Se trata del abogado Alfonso Pazos, de 60 años, y su actual pareja.
Él es un antiguo militar que ejercía de abogado cuando fue condenado por varios delitos. Su condición de antiguo miembro de las Fuerzas Armadas posibilitó que fuera trasladado desde la prisión de Logroño hasta el módulo donde está encerrado Villarejo en la prisión de Estremera (Madrid) desde noviembre de 2017. Se trata de un módulo para miembros de las Fuerzas de Seguridad y del Ejército que están preventivos o condenados y a los que se mantiene separados del resto de internos.
Pazos regresó recientemente a la cárcel de Logroño y fue detenido por Asuntos Internos el viernes en la localidad guipuzcoana de Andoain, junto a su actual pareja y la hija de ésta, durante un permiso penitenciario de diez días. Pazos está acusado de hacer de intermediario y ofrecer el material de Villarejo en los permisos de los que disfrutaba junto a su novia a distintos letrados.
Uno de esos abogados, defensor en la causa del procés, ha explicado a elDiario.es que recibió una llamada de una persona que no se identificó ofreciéndole “por orden de Villarejo” material que le “podía interesar” mientras el caso estaba en fase de instrucción. El letrado rechazó de plano el ofrecimiento.
Los investigadores saben que los miembros de la pareja detenida planeaban hacerse “ricos” con su comisión por las ventas del material de Villarejo. Al menos Pazos y su pareja han sido trasladados a Madrid donde serán puestos a disposición del juez del caos Villarejo, Manuel García-Castellón, el próximo lunes. Están acusados de revelación de secretos e infidelidad en la custodia de docuentos “en el marco de una organización criminal”. Entre los audios y el resto del material que ofrecían se encontraba información referente al uso de fondos reservados y, por tanto, clasificado como secreto.
La participación de Villarejo en la operación Catalunya sobre supuestas corruptelas de políticos soberanistas, de forma extrajudicial y parapolicial, es un hecho admitido por él mismo. Igualmente figura en la causa de los Pujol, que se instruye en la Audiencia Nacional, cómo Villarejo participó en sus inicios en la captación de los testimonios de Victoria Álvarez, expareja de Jordi Pujol Ferrusola, y del empresario Javier de la Rosa.
En lo que respecta al caso Gürtel, la participación de Villarejo es una incógnita sin resolver más allá de sus ofrecimientos al Partido Popular, y más concretamente a la secretaria general, Dolores de Cospedal, para reventar el procedimiento. En la pieza Kitchen también aparecen varias alusiones de él mismo, en presencia del comisario José Luis Olivera, antiguo jefe de la UDEF, en las que reconoce que hicieron desaparecer pruebas que evitaron que el juicio de la Primera Época alcanzara a la primera línea del partido.
Villarejo admite en las grabaciones que tiene siete copias del material que fue acumulando durante décadas y que algunas de ellas están escondidas en el extranjero. Las fuentes consultadas aseguran que parte del material que ofrecía su intermediario fue incautado en la operación de detención del comisario, pero que otro no se encuentra en la causa.