Entre las numerosas manifestaciones que han tomado las calles españolas en los últimos años no se ha visto una de menores de 18 años enarbolando pancartas para reclamar el derecho a votar. ERC han hecho dos intentos en el Congreso de que se aprobaran proposiciones para adelantar la edad del voto en las urnas y ha contado con el apoyo del PSOE. No parece que a corto plazo vaya conseguirse, al menos, mientras gobierne el PP. ¿Es una reclamación de una gran parte de la juventud o un interés de los partidos para sumar apoyos? ¿Incentivaría la participación?
El primer intento de que el Parlamento aprobara la proposición de ley para adelantar dos años la edad del voto se saldó con éxito porque fue aprobada aunque con el voto en contra del PP. Pero el visto bueno del Congreso a tramitar los cambios legales no sirvió de nada. La disolución de las Cortes por la repetición electoral se cruzó con la iniciativa y decayó. Vuelta a plantear, el plan fue rechazado en la votación del 22 de noviembre.
“En esta Cámara se excluyen a cientos de miles de personas que tienen 16 y 17 años. Ya pueden trabajar, se les puede negar e hipotecar impunemente el futuro, se puede hacer auténtica carne de cañón con el paro”, clamó Gabriel Rufián, de ERC, desde la tribuna.
Presentes en las primarias del PSOE
El diputado independentista se dirigió a todo el hemiciclo para plantearlo como un derecho de los más jóvenes “a defenderse de ustedes”. El PSOE, que lo incluye en su programa electoral, alega que es la forma de que participen en política, algo que comparten en Unidos Podemos. Los socialistas dejaron que los menores de 16 años votaran en sus primarias. También los de 14 años, aunque en ese caso se exigió que fueran afiliados. En Podemos, la franja para registrarse en los procesos participativos también es de 16.
Luis García Tojar, profesor de Sociología Política en la Universidad Complutense de Madrid, advirtió una “repolitización” de la juventud después del 15M. “No veo indicios de que haya pasado. En las facultades han sido muy evidentes sus ejemplos”, señala este experto, que antes del movimiento tenía a 40 alumnos en una asignatura optativa como es la de Sociología Política y ahora tiene a tres grupos de más de cien alumnos.
“La aparición de Podemos y, en menor medida, de Ciudadanos ha activado a un público joven que no se interesaba por la política y vivía individualmente las consecuencias de la crisis, particularmente duras para ellos. Ese público ha probado las urnas en 2014 y sobre todo en 2015 y 2016. Y , en general, se han frustrado porque no han conseguido los cambios que esperaban. Me parece clave para el futuro de este país que no se vuelvan a casa ahora”, explica este experto.
Gema García-Albacete, profesora de la Universidad Carlos III especializada en Comportamiento y Actitudes Políticas, señala además que este entusiasmo no se reparte de forma homogénea y detecta diferencias “entre aquellos que están estudiando o trabajando y los que están desempleados, que parecen estar quedándose fuera del sistema político”.
Según la participación en las últimas elecciones generales, la mayor parte de los votantes de Ciudadanos ha cursado estudios superiores mientras que apenas un 5% de los votos procede de electores sin estudios. En cuanto a la edad, un 40% del electorado del partido de Albert Rivera es menor de 35 años.
“Si en este país sólo votasen los menores de 45 años, Pablo Iglesias ya sería presidente del Gobierno”, dijo Carolina Bescansa para explicar la escisión del voto en términos generacionales y presumir de votantes jóvenes. Los que apoyan al PP y al PSOE en las urnas se concentran en la franja de los que superan los 45 y viven en municipios de menos de 500.000 habitantes.
La profesora García-Albacete, sin embargo, no tiene tan clara esta afirmación. La experta ve evidente que si se redujera la edad para votar a los 16 “el PP, dado el envejecimiento de sus votantes, cabría pensar que no se beneficiaría en términos electorales” pero no se aventura con más predicciones.
“En cualquier caso se trataría de un porcentaje de votos muy pequeño”, aclara. Y recuerda que los jóvenes son el grupo de edad que menos vota en todas las elecciones. Del mismo modo piensa el profesor García Tojar, quien asegura que “hay un gran margen de incertidumbre en ese pronóstico”.
Según la participación en las últimas elecciones generales, más de la mitad de los votantes de Podemos corresponde a la franja de edad entre 18 y 34 años por lo que se podría esperar que al menos la formación morada sí se vería beneficiada por esta medida.
El Foro Europeo de la Juventud, una plataforma que engloba a organizaciones de jóvenes de los países comunitarios, aboga por reducir la edad de voto. Los argumentos que ofrecen son múltiples: los menores son cada vez más activos políticamente y por tanto, más informados. Y, sobre todo, implicando a los jóvenes en la política se forzaría a los mandatarios y candidatos a formular medidas que atendieran sus necesidades.
Austria fue el primer país
En la mayoría de países miembros de la UE, la edad para votar se sitúa en los 18 años pero existen varias excepciones. Austria fue el primer país en tomar la medida, en 2007. En Alemania y Estonia, por ejemplo, se permite votar a partir de los 16 años en comicios locales.
Desde el Foro Europeo de la Juventud defienden que la reducción de la edad para acceder a las urnas se produzca “con la provisión de una educación cívica obligatoria dentro del sistema educativo” en los países de toda la Unión Europea.
Es la postura que defiende la experta García-Albacete, quien asegura que “discutir los temas que preocupan a los jóvenes sería el primer paso para movilizarles políticamente”. “Cada vez tenemos más evidencia del rol fundamental de la educación cívica para formar una ciudadanía activa”, asegura.