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Vox anuncia demandas a quien le acuse de instigar la violencia y Abascal pide “abofetear” a Aragonés

Carmen Moraga

20 de septiembre de 2021 22:25 h

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El inicio de las negociaciones entre el Gobierno de Pedro Sánchez con la Generalitat de Catalunya ha encendido de nuevo a los partidos de la derecha: PP, Ciudadanos y Vox, no escatiman adjetivos sobre la reunión entre ambos Gobiernos: “Mesa de la vergüenza”, “humillación”, cuando no palabras más graves. Y para diferenciarse, el partido de extrema derecha ha decidido subir los decibelios: sus dirigentes dijeron primero que era un “insulto” y “una traición” a todos los españoles. Pero en el programa de Federico Jiménez Losantos, su líder, Santiago Abascal, fue un poco más lejos: dijo que un presidente “con agallas” debería haber “abofeteado” al jefe del Ejecutivo catalán, Pere Aragonés, cuando compareció públicamente tras la primera reunión sin la bandera de España y únicamente con la catalana. “La retirada de la enseña de España es para levantarse en el acto un presidente que tenga agallas y abofetear a Aragonés en público y en directo”, soltó durante la entrevista en EsRadio, en la que añadió que ese foro de negociación es “la traición al pueblo y al rey y la traición a los jueces que persiguieron a los malhechores golpistas y los metieron en prisión”.

Esa justificación de la violencia física contra el presidente de la Generalitat contrasta con el tono lastimero que el partido había exhibido durante las últimas semanas, a propósito de la la falsa agresión que dijo haber sufrido un joven en Madrid a manos de un grupo de encapuchados. Después de que numerosos analistas y expertos subrayasen la importancia de no incendiar el debate público señalando a colectivos vulnerables y apuntasen a la extrema derecha como altavoz de esos mensajes, el portavoz de Vox en la Cámara Baja, Iván Espinosa de los Monteros, cargó en tono grave contra algunos periodistas, a los que él denomina “activistas”, antes de lanzar su advertencia: “Vamos a buscar todos los recursos que hagan falta. Aquellos que quieran vincular a Vox con la violencia y no sea para condenar un ataque, tendrán que responder ante los tribunales”. “Hasta ahora no se ha hecho, porque ha habido carta blanca para insultar, amedrentar, amenazar a la mitad de España, pero eso se va a acabar. Estos delitos de odio se van a empezar a perseguir, vengan de donde vengan”, aseguró Espinosa.

Luego explicó que encargaría a los abogados del partido que se querellen contra todos aquellos que les acusen de fomentar “la violencia” y “el odio” o les tachen de homófobos o machistas, por el discurso que mantienen sobre la inmigración ilegal, a la que vinculan sistemáticamente con la “okupación” de viviendas, las “violaciones en manada” o “la delincuencia e inseguridad” en las calles.

En esa misma rueda de prensa el propio Espinosa esgrimió un recorte de La Razón en la que se vinculaba el ataque -todavía no desmentido por el autor de la denuncia que luego resultó falsa- con la inmigración. “No vamos a dejar de decir que gracias a las élites izquierdistas que han llenado las calles de inmigrantes ha subido el nivel de inseguridad”, afirmó.

También el líder de la formación en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, vinculó el ataque de Malasaña, sin ninguna prueba, a la “inmigración ilegal”. Durante una entrevista en La Hora de La 1, de TVE dijo que “una de las causas directas de la violencia” es la “entrada masiva de inmigración ilegal”. “Condenamos la violencia, toda la violencia. La violencia que se produce a diario en muchos lugares de España y lo que pedimos es que la información se diga claramente. La violencia, aunque algunos se ruboricen, te llamen xenófobo y racista, tiene una causa directa en España con la entrada masiva de inmigración ilegal”, apostilló.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, replicó en la Cadena SER que “cuando hay muchas personas que desde lugares de visibilidad pública sueltan discursos de odio, y lo que hace Javier Ortega Smith es un discurso racista y de odio, eso hace que la gente diga 'ah, si lo dice un diputado o un presentador de televisión será que es legítimo pensar eso”, añadiendo que en su opinión hay “una ”estrategia de blanqueamiento y normalización de discursos racistas y homófobos“.

Por su parte, Abascal señaló a la izquierda a la que acusó de tapar el origen de estos delitos. Antes de producirse la confesión del joven, el líder de la extrema derecha condenó la “brutal agresión homófoba” al tiempo que acusó al “consenso progre” y a sus “lacayos mediáticos” de “silenciar” muchos de estos casos “para no hablar del origen de los agresores”, haciendo que “los españoles no se enteren de la mayoría de estos terribles sucesos”.

Una situación similar se ha vivido tras la marcha neonazi que partió este sábado de Chueca en contra de los colectivos LGTBI al grito de “fuera sidosos de nuestros barrios” o “no queremos maricones en nuestras calles”. Aunque hubo algunos dirigentes de la izquierda que vieron detrás el aliento de Vox, como la portavoz del Comité Organizador del 40 Congreso del PSOE, Eva Granados, que afirmó que “el discurso del odio es la antesala de las agresiones”, Abascal también se permitió señalar al partido de Pedro Sánchez como instigador de dicha marcha. “La manifestación nazi en Chueca apesta a cloaca socialista, no tengo ninguna duda”, afirmó este domingo tras participar en una protesta en Madrid del sindicato Solidaridad contra la subida de la luz. El dirigente de extrema derecha no dudó tampoco en asegurar que está viendo “cosas muy extrañas”, entre las que citó “los sobres con balas” recibidos por el ministro Marlaska y el exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, sobre los que siguen pidiendo “aclaraciones”, y otros “montajes como el de Malasaña”.

Este mismo lunes, el portavoz nacional de la formación ultraderechista, Jorge Buxadé, apuntaba incluso a Podemos y abundaba en el asunto asegurando que en la manifestación de los neonazis todo fue “muy raro” ya que fue convocada por una asociación con otros fines y la Delegada del Gobierno, Mercedes González, dejó que derivara por otros derroteros y con otro itinerario.

Semanas después de aquella severa advertencia de Espinosa de los Monteros, no hay noticias de que el partido haya presentado denuncia alguna contra quienes ven detrás de algunos de sus mensajes un altavoz para el odio hacia determinados colectivos. Tres días después de su paso por los micrófonos de Jiménez Losantos, Abascal tampoco ha desmentido ni matizado la frase en la que recomendaba “abofetear” a Aragonés.