La portada de mañana
Acceder
El Reino Unido vota para acabar con la era 'tory' tras 14 años de recortes y Brexit
La baja competencia fiscal del PP embarra el debate sobre la financiación autonómica
Opinión - El caos se apodera de ERC. Por Neus Tomàs

Vox y Ciudadanos presionan para que el PP lidere una moción de censura inviable

Carmen Moraga

0

La batalla de las tres derechas contra Pedro Sánchez y su “entreguismo a los separatistas catalanes y nacionalistas vascos” no cesa. Después de haber asistido el pasado día 13 de junio a la manifestación contra los indultos celebrada en la madrileña Plaza de Colón, juntos pero no revueltos, tanto Vox como Ciudadanos han decidido poner toda la presión sobre Pablo Casado para que sea él quien mueva ficha y lidere tras el verano una moción de censura contra el presidente del Gobierno, y así demostrar que realmente es “el jefe de la oposición”. La idea ha partido de la formación de extrema derecha, que sabe que la iniciativa, como la que presentó su presidente, Santiago Abascal, el pasado otoño, está abocada al fracaso por la imposibilidad de sumar los votos necesarios. Pese a ello, y de forma inmediata, ha sido jaleado por Inés Arrimadas, quien adelantó que los nueve diputados que le quedan a grupo la apoyarán solo si es Casado quien la encabeza.

Ambos colocan así al jefe de la oposición en una difícil tesitura: rechazar la propuesta, y que esa negativa sea utilizada por sus adversarios en la derecha; o aceptar el reto y desgastarse justo cuando las encuestas apuntan a que el PP empieza a recortar distancia al PSOE, y Vox a estancarse.

Tanto Abascal como Arrimadas tienen sus propios motivos para apretar a Casado e intentar dejarle en evidencia si no recoge el guante. El presidente de Vox y el del PP supuestamente rompieron relaciones precisamente el día del debate de la moción que impulsó Abascal en 2020. Abascal no olvida la dureza que empleó contra él, que le dejó descolocado, según reconoció después. Desde entonces, no se han dado tregua mediática. No se saludaron en Colón - es más, se esquivaron-; ninguno de los dos ha vuelto a hacerse un solo guiño de complicidad y compiten por ver cuál es más duro contra Sánchez. Con todo, sus partidos han alcanzado un acuerdo para investir a Isabel Díaz Ayuso. La estrategia de Casado es ignorar al líder del partido de extrema derecha a pesar de que el presidente del Gobierno no pierde oportunidad para colocarles al mismo nivel. Y eso irrita sobremanera al dirigente conservador.

Y Arrimadas sigue resintiéndose de la opa hostil que lanzó el PP contra su formación con la ayuda del propio ex secretario de Organización de Ciudadanos, Fran Hervías, y de la moción de censura que presentó su partido junto al PSOE en Murcia, que fracasó por culpa de tres tránsfugas de su mismo partido que terminaron con cargos en el Gobierno autonómico de Fernando López Miras. Después, el PP rompió el Gobierno de coalición en Madrid, hubo elecciones y Ciudadanos se quedó sin representación en la Asamblea regional.

Pese a que Arrimadas ha intentado recomponer la buena sintonía de antaño y ha compartido un reciente almuerzo con Casado en Madrid, no parece que lo haya conseguido, a tenor de los feos que sigue haciéndole el líder del PP y de las críticas que siguen vertiendo sobre su partido. “Hay muchos votantes del PP que no entienden que la obsesión del PP sea ahora mismo atacar a Ciudadanos en vez de atacar al Gobierno”, lamentó este martes Arrimadas en una entrevista en La Hora de la 1, de TVE.

El 'no' del PP

La idea de que Casado abandere la moción ha sido rechazada de plano por los conservadores. La portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, afirmó este martes que “los números no dan” para que la posible moción de censura salga adelante y sugirió que mejor es que Sánchez adelante las elecciones. “Si tan valiente es para indultar a los que rompieron el orden constitucional y la convivencia, que dimita y dé la voz a los españoles”, dijo Gamarra. Por su parte, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, cargaba contra Arrimadas y recordaba el tema de Murcia. “Las mociones de censura a Sánchez se hacen evitando entregar ayuntamientos como el de Murcia o romper Gobiernos regionales para dárselos al PSOE y Podemos”, reprochó en su cuenta de Twitter.

“Esto no va de Murcia, va de España”, le contestaba poco después en otro tuit el vicesecretario de Comunicación del partido, Daniel Pérez. “Sacar a Sánchez de la Moncloa desde el constitucionalismo es más importante ahora que cualquier rencilla personal. Estamos seguros de que la mayoría del PP comparte la visión de Estado”, sentenciaba Pérez.

Si la moción la termine presentando Vox, que ha dicho que da el verano de margen al PP, pondría en un aprieto a Ciudadanos dado que Arrimadas tendría que explicar durante el debate por qué han manifestado que apoyarían la del PP, pero no la de ellos, si ambas persiguen el mismo fin: denunciar “los atropellos” de Sánchez y pedirle que se vaya.

Para dejar clara su postura, Arrimadas señalaba este martes en la citada entrevista de TVE. “Creo que es mucho más eficaz, útil y transversal” que la moción de censura la presente Casado, ya que en su opinión, “lo lógico” es que ese mecanismo lo utilice el PP “como principal partido de la oposición”, dijo. Sin embargo, apuntó, “a Sánchez le encantaría” que fuera la extrema derecha“ quien volviera a censurar al Gobierno. ”Le encanta que la alternativa a él y a su gobierno frankenstein sea Vox“, señaló Arrimadas, porque ”sale reforzado“, zanjó.

La líder de Ciudadanos considera que el Ejecutivo del PSOE y Unidas Podemos “se debilita cuando lo que tiene enfrente es una pluralidad de partidos políticos”. Esa “pluralidad” sería la que representan PP, Vox y Ciudadanos, los tres únicos partidos -junto a los dos diputados de UPN y el de Foro Asturias- que en el mejor de los casos votarían a favor de la moción defendida por Casado.

Pese a todos sus piques, los tres partidos de la oposición siguen coincidiendo en que es necesario plantar cara a Sánchez al que acusan de estar poniendo en riesgo “la unidad de España” y de conceder unos indultos a los independentistas que suponen “un golpe de Estado a nuestra democracia”, son “un escupitajo a la cara de España” o “la gota que colma el vaso”, según Arrimadas. Una opinión compartida que han llevado al Tribunal Supremo para recurrir los indultos, aunque con diferentes estrategias y sin llegar a verse.

Vox, que rentabilizó la manifestación de Colón como si fuera una iniciativa propia, ha decidido esperar a que pase el verano, como ya hiciera en 2020. De momento ya han conseguido su objetivo de poner todo el foco de la presión en Casado, esta vez con la ayuda de Arrimadas. Tanto el coordinador nacional, Jorge Buxadé, como el portavoz en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, volvían a presionar este martes al líder del PP al que han invitado a “reflexionar” en estas vacaciones sobre la posibilidad de liderar esa censura contra Sánchez. De no hacerlo, los dirigentes de Vox han adelantado que ellos se lo plantearían de nuevo “si no cabe otro remedio”: “No nos temblarán las piernas”, aseguró Buxadé.