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Dimisiones y salidas con críticas internas: Vox afronta una riada de conflictos en su primer año en las instituciones 

Vox hace frente a su primer año en las instituciones consiguiendo cesiones de sus socios políticos, PP y Ciudadanos, como ha sucedido con el veto parental consagrado en el acuerdo de Presupuestos de Murcia, pero enfrentándose a las consecuencias de una expansión territorial asentada en doce meses: críticas internas y conflictos territoriales.

El último enfrentamiento ha estallado este lunes en Ceuta, con la salida de dos diputados de la Asamblea del partido. La semana pasada, el partido de extrema derecha también hacía frente a la marcha de la diputada autonómica andaluza Luz Belinda Rodríguez. En Badajoz, donde solo tienen un concejal, la dirección nacional hacía público este miércoles otro incendio interno: solicitaban a su único representante que les devolviese su acta por no prescindir del personal contratado como asesor.

Este conflicto descose a Vox en Extremadura, ya que su homólogo en el Consistorio de Cáceres abandonó la formación en octubrelamentando “los ramalazos radicales de Vox sobre los derechos LGTBI o la violencia de género”. A estas salidas se suma la protagonizada por la portavoz del partido en el Ayuntamiento de Elche

En varios consistorios sus compañeros han emprendido el mismo camino en los últimos meses. Así ha sucedido en Toledo, Rivas (Madrid), Vícar (Almería), Algeciras (Cádiz) y las ciudades malagueñas de Mijas y Torremolinos. Por su parte, en Roquetas de Mar (Almería) el partido aseguró que expulsaba a dos de sus tres concejales por “traicionar” a su votantes.

Malena Contestí acusó al partido de ser “antisistema”

El partido de extrema derecha ha experimentado abandonos muy críticos con su gestión interna a todos los niveles: estatal, autonómico y municipal. El portazo más sonado fue el de la exdiputada nacional, que Vox “es un movimiento extremista y antisistema”. Según su relato, en el partido se encontró con “múltiples escándalos de supuestas irregularidades que no solo no se investigan sino que se protegen”. Además, criticó que las actuaciones de la formación estuviesen centradas en “la exclusión y el insulto constante a los demás partidos, demagogia, homofobia, y extremismos varios”.

A nivel autonómico, el camino emprendido el pasado martes por Luz Belinda Rodríguez fue la primera salida polémica. La diputada andaluza, que abandonó el partido pero no renunció a su acta, se marchaba asegurando que se sentía apartada y que no le dejaban trabajar. Además, aportó una denuncia policial presentada en noviembre contra un asesor del partido por encontrarse su correspondencia abierta. Desde el partido justificaron la apertura de la correspondencia asegurando que era un “acuerdo de todos los miembros del grupo” para poder “agendar los actos a los que se les convocaban”.

La cabeza de lista por Almería, uno de los feudos de Vox, también aseguró que no es la única representante que está aislada en el grupo parlamentario andaluz. Por su parte, la dirección nacional pasó al ataque y aseguró que su expulsión “está fundamentada en la reiterada falta de compromiso” y su “anómalo comportamiento”. “Rodríguez se ha negado a aceptar las directrices del Grupo Parlamentario en Andalucía, no cumpliendo con los compromisos adquiridos y presentando iniciativas contrarias al ideario de Vox”, aseguraban.

Conflictos en Extremadura

Este miércoles, un día después de las declaraciones de Rodríguez, el Comité Ejecutivo Nacional daba la sorpresa al asegurar que habían exigido la devolución de su acta al único concejal que tienen en el Ayuntamiento de Badajoz, Alejandro Vélez. En un comunicado, la dirección nacional asegura que han tomado esta decisión porque le pidieron que “procediera a la rescisión del contrato del personal contratado como asesor” para “salvaguardar el compromiso de transparencia que este partido tiene con sus votantes”. Esta argumentación pone en la diana a su asesor, Juan Antonio Morales, y a su secretario, Antonio Pozo, contratados como personal de libre designación.

Estos dos políticos fueron los grandes fichajes de Vox cuando no tenía representación y ambos venían del PP. Abascal se llegó a desplazar a Mérida en septiembre de 2018 para anunciar en rueda de prensa estas dos incorporaciones. Morales se marchó del partido de Pablo Casado a Vox siendo diputado autonómico y ha protagonizado varias polémicas por su defensa de las “bondades” del franquismo.

Pozo ostentó la alcaldía de Guadiana del Caudillo hasta el pasado 26 de mayo. Durante años batalló contra la ley de Memoria Histórica para mantener el topónimo del pueblo y una placa que recuerda la visita del dictador a este municipio. Ni el concejal ni sus trabajadores explican a eldiario.es por qué se ha desatado este conflicto con la dirección nacional.

Una veintena de gestoras

La semana pasada Vox también anunciaba que el 16 de enero el Comité Ejecutivo Provincial de Cádiz había presentado su dimisión. Fuentes cercanas a los ya exdirectivos provinciales aseguran que han tomado esta decisión porque debe “haber un relevo de personas” en la cúpula. De forma provisional, el partido informaba que han decidido nombrar coordinador provincial al diputado autonómico Manuel Gavira, hasta que se designe a una comisión gestora. Este anuncio ha sido criticado por afiliados veteranos, que apuntaban de forma anónima a la edición andaluza de eldiario.es que “el partido sólo quiere asegurarse poner a gente de Abascal en cada provincia”.

No es la primera dimisión en cascada protagonizada por una dirección provincial. Tras las elecciones del 10N la Ejecutiva regional de Vox en Murcia anunció que dimitía en bloque dado el “gran crecimiento” experimentado por su formación desde su nacimiento. En los últimos comicios nacionales, el partido de extrema derecha había conseguido situarse como primera fuerza. El vicesecretario de juventud, David Ibáñez, aseguró que tomaban esta decisión por el “exceso de trabajo” de la Ejecutiva territorial.

En Jaén se produjo una situación parecida. La primera semana de agosto el partido anunció que la dirección nacional había aprobado una comisión gestora para coordinar el partido en este territorio, en este nuevo equipo de coordinación mantenían como presidenta a Salud Anguita, una persona muy cercana al equipo de Javier Ortega Smith.

Según informó Europa Press, hasta el mes de diciembre había más de una veintena de provincias con una dirección provisional, entre ellas incluían a Almería, Granada, Huelva, Las Palmas, Albacete, Valencia, Alicante, Cáceres, Huesca, Teruel, Barcelona, Lleida, Navarra, La Rioja, Álava, Ávila, Valladolid, Zamora, Palencia, León y las cuatro provincias gallegas.

Dimisión en Melilla tras una polémicas declaraciones

En las dos ciudades autónomas Vox también tiene varios conflictos abiertos. La semana pasada la dirección nacional también anunciaba que su presidente provincial, Jesús Delgado, había presentado su renuncia. En esa nota de prensa no había ninguna alusión a las polémicas declaraciones publicadas por El Confidencial dos semanas antes, en las que criticaba a la dirección nacional.

“A mí la única sensación que me da es que [Vox] se ha creado para el lucro de cuatro o cinco personas, que son la cúpula. Cada día estoy más convencido de ello”, apuntaba el político en una conversación con militantes filtrada a El Confidencial. En ese mismo audio denunciaba que el “único cometido” de la dirección nacional es “recaudar, recaudar, recaudar y recaudar”.

A pesar de este anuncio, Delgado mantendrá su acta como diputado en la Asamblea de la ciudad autónoma, según informan medios locales como Melilla Hoy, y amenaza con acciones legales a los autores de las grabaciones. Esta redacción ha tratado de contactar con el ya expresidente de Vox en la ciudad autónoma, sin haber recibido respuesta por el momento.

Finalmente, este lunes se desataba el último conflicto con la salida de dos diputados del partido en la Asamblea de Ceuta. Ante esta noticia, el portavoz de Vox en la ciudad autónoma en esta institución no ha esquivado el conflicto. “Los traidores me tendrán personalmente en frente, sin tregua ni cuartel. Esas actas usurpadas no son vuestras, son de Vox. Preparaos para lo que os viene encima en cada pleno”, replicó a través de su cuenta de Twitter, ya que según informa Efe sus excompañeros de partido mantendrán el acta.

eldiario.es ha tratado de recabar la versión de Vox sobre estos conflictos internos, sin haber recibido respuesta por el momento.

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