La portada de mañana
Acceder
16 grandes ciudades no están en el sistema VioGén
El Gobierno estudia excluir a los ultraderechistas de la acusación popular
OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Vox lleva la confrontación con los medios de comunicación al centro de su campaña

Vox demoniza a medios de comunicación y señala a periodistas en sus mítines. Para calentar algunos actos del partido, en los minutos previos a que empiece y antes de que salgan los líderes de Vox, intercalan sevillanas y canciones de Taburete con vídeos en los que aparecen figuras mediáticas como Ana Pastor, Jordi Évole o Antonio García Ferreras con el único objetivo de que sus seguidores abucheen e insulten a periodistas no afines.

El partido y sus dirigentes, crecidos por las encuestas que le auguran un notable crecimiento en la votación del domingo que los podrían llevar hasta los 55 diputados (ahora tienen 24), han decidido ir un paso más allá y alardear de sus vetos y censuras a la prensa que no les gusta.

El partido de extrema derecha ha publicitado el nombre de las empresas informativas a las que no dejarán entrar en su sede el 10N y donde sí han convocado a otros periodistas para seguir el recuento electoral. Entre los medios vetados se encuentra eldiario.es, El Español, El País y la Cadena Ser.

A través de su perfil en Twitter, Vox alardeó de vetar la presencia de trabajadores del El País y la Cadena Ser en su “sede” y en “actos privados con simpatizantes”. El partido aseguraba que tomaban esta decisión por un editorial del periódico del Grupo Prisa en el que criticaron los “argumentos xenófobos e intolerantes” de Santiago Abascal en el debate.

Este mismo jueves, durante los momentos previos a que comenzase el mitin de Santiago Abascal en la Feria internacional muestras de Valencia los asistentes, han increpado en varias ocasiones a la periodista de La Sexta mientras se preparaba para entrar en directo. Pitidos, abucheos y gritos de 'fuera, fuera' han sido constantes.

En el acto había cerca de 6.000 personas. Un par de seguidores de Abascal han acompañado sus gritos contra la reportera con el alzamiento de brazo y mano. Para reducir el ruido de los pitidos, el DJ ha optado por poner música y subir el volumen. La banda sonora se ha mantenido hasta que han llegado los políticos, que han llegado 45 minutos más tarde de la hora convocada. Como viene siendo habitual los asistentes han ondeado la bandera española al ritmo de José Manuel Soto o el popular pasodoble de La Banderita.

Abascal se defiende

El presidente ha dedicado gran parte de su intervención a cargar contra los medios, aunque ha querido aclarar que solo se dirige a los “oligarcas” propietarios de las cabeceras y no a los “periodistas que están trabajando por un plato de lentejas”. “Os pido respeto a todos los profesionales que nos acompañan”, ha apuntado.

En esa misma idea había insistido, tras el incidente con la periodista de La Sexta, un miembro de la organización. Cuando ha planteado su postura, los seguidores han empezado a abuchear, conforme iba avanzando su argumentación el público ha terminando aplaudiendo. Los seguidores que se han desplazado hasta este acto no han llenado el aforo, desde el partido de extrema derecha han conseguido reunir en el mitin previo al cierre de campaña tres cuartos de entrada.

Abascal ha asegurado que desde el debate de candidatos su partido viene sufriendo una “campaña de criminalización”. “Parece que han entrado en pánico porque ahora millones de españoles nos conocen directamente sin la distorsión de los medios de comunicación”, ha asegurado, para continuar reseñando que partidos políticos y medios están atemorizados “porque deben tener datos más que preocupantes”, en alusión a sondeos internos.

“Casi ningún medio ha roto una lanza a favor de Vox”, ha añadido, para lamentar posteriormente que los periodistas “se ponen en guardia desde el corporativismo porque no les damos una tarjeta para entrar en nuestros actos”. Finalmente ha conducido su argumentación para terminar relacionando los ataques de la prensa con la agresión denunciada este jueves por su amiga y cabeza de lista de su partido en Vizcaya, Nerea Alzola. “Les hacemos responsables de la campaña permanente de odio y violencia contra Vox”, ha sentenciado.

Esta estrategia de situar en la diana a los medios y periodistas que no consideran afines no es nueva ni original, ya fue promovida por otros líderes líderes populistas como Jair Bolsonaro en Brasil y Donald Trump en Estados Unidos. Esta consigna impregna la relación del partido con la prensa desde que consiguieron por primera vez representación institucional, en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre. Ni conceden entrevistas, ni sus responsables de prensa contestan a ninguna petición de información, ni acreditan como prensa en sus actos a los medios que señalan como incómodos.

La única forma que tienen los periodistas vetados por esta formación de entrar a sus actos es como un asistente más y tratando de pasar desapercibidos. Evitando sacar herramientas de trabajo, como puede ser un ordenador portátil, porque en alguna ocasión los seguidores han comenzado a leer las notas tomadas y a criticarlas con sus compañeros de asiento.

eldiario.es, que ha destapado documentos internos con la estrategia y los vetos concretos de Vox, hace meses que no es bienvenido en los actos de Abascal y compañía. “Si nos trataseis un poco mejor, seguro que os cogían el teléfono”, fue una de las últimas respuestas que un alto cargo del partido dio a eldiario.es al tratar de verificar una información y pedirle su versión, recordando que el equipo de prensa del partido nunca contesta a esta redacción.

En esa argumentación reside la decisión que toman desde la dirección del partido, se sienten maltratados por determinados medios. El partido que se define como “constitucionalista” obvia el artículo 20 de la Carta Magna que reconoce el derecho “a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión”.

Listas negras de medios en el Congreso

El manual de comunicación distribuido a sus coordinadores provinciales tras la irrupción electoral andaluza ya contemplaba la confrontación con los periodistas como una de las consignas clave en la gestión comunicativo. “Nunca hay obligación de conceder una entrevista o de facilitar información a los medios. Es más, si se trata de un medio de comunicación poco afín, debe rechazarse”, recoge este documento, que añade que la información del partido “debe gestionarla el partido, nunca un medio”.

Esta misma tesis fue difundida por la jefa de prensa del Congreso, Rosa Cuervas, a los 24 diputados que obtuvieron en abril. A través de un mensajes de WhatsApp, publicado por esta redacción, les ordenaba a no responder a los periodistas de nueve empresas informativas y a dos programas de televisión asegurando que “no son medios de comunicación ni periodistas, sino activistas”. “Solamente hablarán mal de nosotros, porque somos su enemigo”, sostuvo en una comunicación enviada en agosto a todo el grupo parlamentario.

Entre las cabeceras digitales vetadas incluía a Público, eldiario.es, La Marea, El Plural, El Español, Infolibre, y la revista Contexto (CTXT) Otros dos periódicos incluidos en esta relación de empresas de información a los que se ordena no atender, son El Mundo y El País. Aunque en ambos casos aportaban un comentario, en El Mundo salvaban a dos redactores y en El País añadían este comentario: “En términos generales, luego ya iremos viendo”.

A 48 horas de que acabe la campaña han pasado del “ya iremos viendo” a vetar a todos los periodistas vinculados al Grupo Prisa. De esta forma vuelven a estirar la cuerda como ya hicieron en abril, cuando comenzaron expulsando a informadores de El Plural, Onda Cero, El Español y eldiario.es del grupo de WhatsApp en el que aportaban información sobre el partido, el único canal que tenían los periodistas de medios no afines para recopilar información sobre Vox.

Protestas de colectivos profesionales

El periodo electoral continúo con vetos en sus actos, a pesar de que en algunas ocasiones habían confirmado la acreditación días antes. Y finalizó con descalificaciones a profesionales de la información, mandando “a esparragar” cuando se trataba de recabar una versión antes de publicar una noticia y llegando al insulto: “Sois una vergüenza. Nos tendréis enfrente. Siempre”. Así respondía a periodistas de esta redacción el diputado por Toledo y vicesecretario de comunicación de Vox, Manuel Mariscal.

También en esa campaña el vicepresidente del partido, Víctor González Coelho de Portugal, pidió cerrar La Sexta en un mitin en Albacete. Las consecuencias de ese comentario fueron recibidas por el equipo de reporteros de ese mismo canal de televisión días después, cuando en un mitin en Valencia fueron abucheados por los asistentes mientras trataban de hacer su trabajo

A pesar de que colectivos profesionales, como la Federación de Asociaciones de Periodistas de España y la Asociación de la Prensa de Sevilla condenan estas decisiones y piden al partido de extrema derecha que deje de vetar a periodistas y crear listas negras, Vox insiste en repetir esta estrategia copiada de movimientos populistas internacionales y vitoreada por sus seguidores en mítines y redes sociales.