Santiago Abascal está empeñado en que Vox recupere el fuelle perdido estos meses en los que la formación de extrema derecha no ha logrado levantar cabeza. Y su gran esperanza la han puesto en las elecciones europeas del 9 de junio y no tanto en las convocadas al Parlamento Vasco del 21 de abril, donde tienen una única diputada y no esperan crecer; ni tampoco en las catalanas del 12 de mayo, en las que se conformarían con mantener los 11 escaños que tienen en la actualidad. Para ello la dirección de partido acaba de anunciar que entre los días 18 y 19 de mayo celebrarán 'Viva24', su gran 'fiesta patriótica' que en otoño del año pasado se vieron obligados a aplazar sine die ante “la incertidumbre política” que aseguraron que se avecinaba.
Entonces Vox anunció a través de un correo electrónico a sus afiliados y cargos públicos y orgánicos que la tercera edición de ese festival no se iba a poder celebrar en octubre, como estaba previsto. La justificación oficial que dio la dirección del partido fue que se suspendía “ante la imposibilidad de conocer el escenario político” que se iba a producir a lo largo de “las próximas semanas”. En el mensaje interno no se concretaba a qué se referían pero se entendía que era para esperar a ver qué iba a pasar con las investiduras de los dos líderes del PP y del PSOE, Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez, que pugnaban por encontrar apoyos para gobernar tras los comicios de julio de 2023, adelantados por Sánchez. En Vox no descartaban otra repetición electoral si ninguno lograba su propósito de convertirse en presidente del Gobierno.
Sin embargo, la verdadera razón para tal aplazamiento no era solo esa. El partido de extrema derecha acababa de sufrir una importante derrota en aquellas generales, en las que se dejó nada menos que 19 diputados, pasando de los 52 que tenía en el Congreso a 33, lo que supuso para sus arcas una importante merma de ingresos públicos y subvenciones que el partido recibe pero que se niega a otorgar a sindicatos y organizaciones que no son de su cuerda en aquellas comunidades en las que gobierna con el PP. “La secuencia de unas elecciones no previstas –como fueron las del 23J– han afectado a la capacidad económica para preparar un evento tan importante y grande. Hay que esperar a que entre dinero”, reconocieron entonces fuentes de la formación a esta redacción.
El declive de Vox y sus crisis internas
Otro de los factores que hicieron posponer la edición de 'Viva23' fue la grave crisis interna que se había desatado en el partido tras la inesperada marcha del que había sido hasta ese momento su portavoz en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, que alegó “razones personales”. Su dimisión dejó traslucir la guerra interna que se libraba en Vox, batalla que había ganado el sector más duro y conservador, liderado por Jorge Buxadé, al que se le atribuyó entonces la decisión de haber excluido de las candidaturas electorales a diputados considerados del ala más “liberal”. Abascal decidió nombrar como nueva portavoz en el Congreso a la que fue senadora por designación autonómica de Andalucía, Pepa Millán.
Lejos de calmarse las aguas, el partido continuó con importante tensiones mientras comenzaban a surgir voces internas que en privado cuestionaban el liderazgo de Abascal. Para atajar cualquier tipo de maniobra contra él si Vox fracasaba en las siguientes elecciones, en este caso las gallegas, que el sucesor de Alberto Núñez Feijóo, Alfonso Rueda, había adelantado para el 19 de febrero, Abascal decidió convocar a toda prisa una Asamblea extraordinaria para finales de enero de este año 2024 de la que salió entronizado nuevamente como presidente de Vox para otros cuatros años más. Tal y como las encuestas vaticinaban, el partido tampoco logró en esa ocasión representación en Galicia, fracaso que desde la nueva dirección achacaron a los llamamientos del PP al “voto útil” y a la campaña de “demonización” que aseguran que se orquestó contra ellos, impidiéndoles, entre otras cosas, estar en los debates electorales.
El Palacio de Vistalegre, escenario simbólico para Abascal
Pasado ese mal trago, ahora en Vox creen que ha llegado el momento de recuperar su gran 'fiesta patriótica' y para esta nueva edición han elegido un lugar simbólico para el partido: el Palacio de Vistalegre de Madrid, el mismo escenario donde en 2018 la formación de extrema derecha celebró un primer gran acto logrando reunir a más de 10.000 personas para presentar las líneas maestras de su programa electoral. Aquella importante puesta en escena fue el preludio de su también primer éxito en las urnas, que le llegó un año después, en 2019, primero en las municipales y autonómicas del mes de mayo, y, después, en las dos elecciones generales que se sucedieron en abril y noviembre, en las que la formación consiguió alcanzar en el Congreso hasta 52 diputados.
La intención de Abascal es demostrar que el partido, pese al declive sufrido, sigue teniendo músculo y así lo demostrarán durante el nuevo evento en el que van a echar el resto y en el que como es habitual habrá invitados estelares de la extrema derecha de otros países, como el presidente argentino, Javier Milei, que ya ha confirmado su asistencia. El dirigente de Vox confía en que todos esos apoyos puedan ser cruciales para su partido de cara a las elecciones al Parlamento Europeo, en las que casi todos los sondeos pronostican un notable auge de los partidos más ultras.
Según anuncia Vox en un comunicado, 'Europa Viva 24' en su primera jornada “contará con conferencias, discursos, encuentros, zona comercial y gastronómica, y actividades lúdicas para pequeños y mayores”. El segundo día estará reservado para escuchar los discursos del presidente nacional, Santiago Abascal, y los de algunos de los integrantes de la candidatura de VOX al Parlamento Europeo, que presentarán su programa para esos comicios basado “en la defensa de la soberanía de las naciones europeas, los derechos de los trabajadores del sector primario y la protección de las fronteras, entre otros aspectos”. Ese día habrá también “intervenciones de líderes internacionales”.
'Viva 22' y la Historia de España, según Vox
En la última edición del festival, celebrado en 2022 en el espacio Mad Cool de Madrid bajo el lema “La Historia que hicimos juntos”, Abascal no tuvo reparos en mostrar su faceta más ultraderechista y ensalzó al figura de José Antonio Primo de Rivera y en una pseudorepresentación teatral sobre la historia de España, reivindicó unas palabras del fundador de la Falange: “Andan a vueltas con que quieren sacar el cuerpo de José Antonio Primo de Rivera. Un hombre que antes de ser fusilado dijo unas palabras que a nadie pueden ofender: 'Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles'”.
El líder de Vox cargó ante los suyos contra el Gobierno de Sánchez y sus aliados dado que justo esa semana habían dado luz verde definitiva a la Ley de Memoria Democrática. “Quieren empezar de nuevo a profanar tumbas” y a “desenterrar odios”, clamó, recordando que allí donde Vox gobernara derogarían esa ley “nefasta” y “totalitaria”. Su compromiso no ha tardado en cumplirse y poco a poco han ido doblegando al PP, emprendiendo una ofensiva contra las leyes de memoria histórica para sustituirlas por otras normas que han denominado “de concordia”, como acaban de hacer en Castilla y León.
Los Meconios y su éxito 'Vamos a volver al 36'
Otro de los momentos del anterior festival fue la jornada de cierre que protagonizaron Infovlogger y Los Meconios, un trío de techno-pop que amenizó la fiesta con su canción 'Vamos a volver al 36', una canción con la base musical de un tema de Aqua que empezaba con versos como “cabreamos siempre a los comunistas, feministas y progres”, o “la izquierda que gobierna acá se llama frente popular, rodeados de revolucionarios pajilleros de sofá”.
En esta nueva edición del festival que Vox califica de “patriótico” está confirmada la presencia no solo del argentino Milei, quien apenas hace unas semanas cuestionó las cifras de desaparecidos de la última dictadura militar de su país, sino también de André Ventura, el líder del partido ultraderechista portugués Chega. También se esperan palabras de aliento de la presidenta italiana Giorgia Meloni, del polaco Mateus Morawiecki y del primer ministro húngaro, Viktor Orbán.