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La familia de Carrero Blanco pide a Cassandra que se disculpe por sus tuits
El diario ABC publica este lunes una carta al director firmada por la nieta del almirante Luis Carrero Blanco, María Shoendorff Carrero Blanco, en la que se pide a la tuitera Cassandra Vera que se disculpe por los chistes que escribió en Twitter sobre el asesinato de Carrero Blanco.
“Solo le pediría a la señora Cassandra que pidiera perdón”, escribe Shoendorff en una carta titulada 'Almirante Luis Carrero Blanco'. Una carta en la que asegura sentirse en “la obligación moral de escribir” para defender “a la persona ofendida” que “no puede hacerlo, pues le arrebataron la vida”.
“Solo quiero decir a la señora Cassandra que espero que lo sucedido le haya hecho aprender algo que a mí, personalmente, me enseñaron: que la libertad, sea del tipo que sea, termina cuando afecta al prójimo. En un país como España, donde tantas víctimas del terrorismo ha habido, no se puede hacer mofa, burla y chistes de alguien que no se puede defender”.
La Audiencia Nacional condenó a un año de prisión y a siete de inhabilitación a Cassandra por un delito de humillación a las víctimas del terrorismo. Una sentencia anulada por el Tribunal Supremo, que absolvió a la tuitera al considerar que los chistes que escribió eran “chistes ya conocidos en los que se juega en clave de humor con la forma singular, mediante la voladura del vehículo de Carrero, en el que se perpetró el atentado.
La sentencia entiende que sus 12 tuits de Cassandra fueron chistes fáciles y de mal gusto sobre un atentado ocurrido hace ya 44 años, sin ningún comentario ultrajante hacia la víctima, son reprochables “social e incluso moralmente en cuanto mofa de una grave tragedia humana”, pero no resulta proporcionada una sanción penal.
María Shoendorff Carrero Blanco pide a Cassandra que se disculpe y asegura que “por sus palabras” se ha visto “en la tesitura de hacer comprender” a su hija “lo que fue para una familia perder” a su abuelo. “Le deseo que nunca tenga que sufrir lo que nosotros llevamos sufriendo desde 1973”, acaba la carta de Schoendorff.