Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
El jefe de la Casa Real incentiva un nuevo perfil político de Felipe VI
Así queda el paquete fiscal: impuesto a la banca y prórroga a las energéticas
OPINIÓN | 'Siria ha dado a Netanyahu su imagen de victoria', por Aluf Benn

La congresista que abrazó la teoría de la conspiración QAnon confunde la Gestapo con el gazpacho para atacar a Pelosi

El Rastreador

10 de febrero de 2022 09:43 h

0

La polémica congresista de EEUU Marjorie Taylor Greene, conocida por ser seguidora en el pasado del movimiento QAnon, unirse a campañas negacionistas o posar con un rifle francotirador en campaña, protagonizó ayer un cómico momento mientras acusaba a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, de espiar a sus rivales políticos.

“Tenemos a la policía del gazpacho, Nancy Pelosi, espiando a los miembros del Congreso, espiando su trabajo legislativo, a nuestro personal y a los ciudadanos estadounidenses que quieren venir a hablar con sus representantes”, dijo Greene en una entrevista en televisión. La diputada confundió así la tradicional sopa andaluza con la Gestapo, la perversa policía secreta de la Alemania nazi.

Las polémicas declaraciones de la representante republicana, tanto por su error como por la gravedad de lo que realmente quería decir, se produjeron durante una entrevista en uno de los principales altavoces de la extrema derecha norteamericana, el canal One America News Network, afín al expresidente Donald Trump.

La entrevista se viralizó poco después y numerosos políticos y personalidades salieron al paso con memes y burlas en redes sociales sobre la confusión. Uno de los que ha entrado a la polémica ha sido el chef español José Andrés, que recordó a la congresista que la “policía del gazpacho” fue creada por él mismo en 1993 para asegurarse de que nadie añada tabasco o jalapeños al alimento andaluz. “No te olvides la mascarilla y el pasaporte de vacunación”, le recordó, de paso, el reconocido cocinero.

Greene ironizó horas después sobre su error en Twitter, con un mensaje no demasiado moderado, en línea con sus intervenciones. “No habrá sopa para quienes espíen ilegalmente a miembros del Congreso, pero serán arrojados a un goulash”, bromeó, utilizando una confusión más habitual, la del estofado típico de Europa del este con los Gulag, los campos de concentración soviéticos.

Este exabrupto de la política de extrema derecha no es ni mucho menos el primero que protagoniza. Los estadounidenses están acostumbrados a sus salidas de tono desde prácticamente el inicio de su vida política, muchos ciudadanos del estado de Georgia la votaron por ellos.

Greene acosó a víctimas de tiroteos en escuelas, pidió la ejecución de rivales políticos y apareció en su campaña a la Cámara de Representantes con un Barrett M82A1 en las manos, un rifle francotirador de calibre 50, usado por los soldados estadounidenses en Afganistán. Todo bajo el lema “¡Salvar América, detener al socialismo!”. Donald Trump la calificó como una mujer “fantástica”, una “verdadera ganadora”.

Hace poco, tanto Facebook como Twitter suspendieron la cuenta de la parlamentaria por difundir información falsa sobre el coronavirus. El año pasado, apareció con una mascarilla en la que se podía leer “libertad de expresión” y ha utilizado en numerosas ocasiones estas referencias al nazismo para referirse a sus adversarios políticos.

MTG fue, además, seguidora del movimiento QAnon, que ha ganado adeptos entre las filas republicanas desde la irrupción de Trump. La plataforma, “una oportunidad única en la vida para expulsar a esta camarilla global de pedófilos adoradores de Satanás”, según se define, es un movimiento de conspiranoicos que creen en una supuesta trama de pedofilia protagonizada por altos cargos demócratas y otros miembros del establishment, lo que denominan el 'deep state'.

Greene se desvinculó del movimiento el año pasado, arrepentida de haber creído en sus premisas, aunque no ha mostrado de momento mucho arrepentimiento por haber pedido la ejecución de algunos de sus compañeros demócratas, entre ellos, de Nancy Pelosi, por algunos asuntos como ser “la policía del gazpacho”.

La polémica congresista de EEUU Marjorie Taylor Greene, conocida por ser seguidora en el pasado del movimiento QAnon, unirse a campañas negacionistas o posar con un rifle francotirador en campaña, protagonizó ayer un cómico momento mientras acusaba a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, de espiar a sus rivales políticos.

“Tenemos a la policía del gazpacho, Nancy Pelosi, espiando a los miembros del Congreso, espiando su trabajo legislativo, a nuestro personal y a los ciudadanos estadounidenses que quieren venir a hablar con sus representantes”, dijo Greene en una entrevista en televisión. La diputada confundió así la tradicional sopa andaluza con la Gestapo, la perversa policía secreta de la Alemania nazi.