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Jesús Vidal: “'El caso Enfield' da miedo, la serie muestra un estado de conciencia muy alterado”

Jesús Vidal saltó a la fama con su personaje sin ironía en la película Campeones y terminó de ganarse al público con su discurso de agradecimiento al Goya a mejor actor revelación de 2019. El 19 de mayo comienza su participación en la obra Calígula murió. Yo no, que podrá verse hasta el 6 de junio en el Teatro María Guerrero de Madrid. El intérprete, que tiene ceguera total en su ojo derecho y una miopía patológica que le deja un pequeño resto visual en el izquierdo, explica su relación con la pantalla. “Soy un actor muy cinéfilo a pesar de o gracias a mi discapacidad visual. Siempre, desde niño, me han llevado al cine. Para mí era un ritual, una fiesta, algo mágico, y yo veo el cine desde la fila tres. Ahora he perdido más vista, y bueno, lo mío con el cine es un amor de distancias cortas. Cuando hay subtítulos tengo que acercarme aún más, y tengo la suerte de contar con la ayuda de un telescopio que me permite ver más lejos y por tanto abarco la pantalla entera”. 

El intérprete tiene un gran conocimiento del cine, que se percibe cuando cita a sus directores favoritos: Antonioni, Von Trier y Cronenberg. “Yo creo que es mi Santísima Trinidad del cine”. Como película favorita destaca Anticristo: “Me parece maravillosamente filmada y muy bien interpretada y voy a nombrar otra de otro tenor, por ser distinta, Más allá de las nubes, de Michelangelo Antonioni y Win Wenders”.

“La gente no me asocia con el terror por la bondad de mi personaje en 'Campeones', pero me encanta”

Vidal elige la miniserie británica de 2015 de dos episodios disponible en Filmin El caso Enfield y justifica su recomendación: “Uno de mis géneros favoritos es el terror. La gente no me suele asociar a este género porque me han visto en Campeones, donde mi personaje tiene una bondad infinita y les cuesta mucho asociarme con este cine. Pero a mí me encanta el slasher”, señala refiriéndose a las películas en las que un brutal asesino se ceba, especialmente con adolescentes. “Me encanta Pesadilla en Elm Street, me gusta mucho también La noche de Halloween, me encanta el giallo”, se refiere aquí a otro subgénero, este de origen italiano, con abundante sangre y a menudo con investigación tras los crímenes. “Y me gustan mucho las películas de casas encantadas, —prosigue—, tipo Amityville, me gusta El exorcista también y sí que me gustan las películas en las que se aborda lo paranormal. No es que yo crea especialmente en ese tipo de sucesos, pero lo que me gusta observar y en lo que sí creo es en los estados alterados de conciencia que experimentan las personas que sufren o creen sufrir estos fenómenos extraños. Esto es lo que realmente me llama la atención”. 

De aquí deriva la ficción que ha escogido: “Quería hablar de una serie que trata uno de los casos más polémicos, el caso Enfield. Se trata de unos fenómenos acaecidos a una familia formada por una madre, dos hijas y dos hijos, uno de los cuales, no sé si tiene una discapacidad, el caso es que le cuesta hablar, y otro está internado en un centro. Este caso, el caso Enfield, siempre me ha llamado mucho la atención porque tiene una mezcla de fraude con sucesos que no se han podido demostrar”. El caso Enfield existió en realidad como investigación, y tuvo en vilo a parte de la opinión británica en el año 1977 cuando una niña de once años, Janet, afirmó haber protagonizado ciertos sucesos extraños.

“Creo que las niñas fingen los fenómenos extraños porque necesitan llamar la atención”

La serie mantiene la ambigüedad entre lo paranormal y lo fingido, para Jesús Vidal la realidad es más nítida: “El fraude en mi opinión es claro, creo que estamos ante dos niñas, o dos casi adolescentes, que fingen. Fingen poltergeist, fingen hasta una posesión y lo fingen por una necesidad de notoriedad, ellas quieren llamar la atención, y también por una necesidad paterna, de una figura masculina en su ambiente y esta ficción lleva a que la casa sea objeto de investigación de muchos parapsicólogos, entre ellos mi querido matrimonio Warren”. Vidal hace alusión al matrimonio de Ed y Lorraine Warren, investigador y medium en fenómenos paranormales que han inspirado numerosas películas y libros, entre otros un film sobre este mismo caso.  

A ello alude el actor: “Los sucesos empezaron y hay un momento en el que lo que es el poltergeist cesa. En medio hay sucesos de muy diferente intensidad, llegan a intervenir los famosos Warren y la serie está ambientada en un momento de la investigación que no coincide exactamente con el reflejado en la película El expediente Warren: el caso Enfield. Esta serie se centra mucho en los conflictos interiores que tiene la familia protagonista y en la relación que se da entre el protagonista de la serie, el parapsicólogo protagonista y la niña, Janet, que es la que experimenta más el poltergeist”.

“La relación paternofilial entre el parapsicólogo y la niña es lo más importante de la serie”

La serie crea una atmósfera íntima, triste y de cierta manera reconfortante, entre el investigador del caso y la víctima de los sucesos, como señala Vidal: “Entre el parapsicólogo y la niña se establece una relación paternofilial que es muy muy interesante y que en la película de James Wan pasan un poco de soslayo. Aquí, sin embargo, se ahonda en la necesidad de las niñas de llamar la atención y como entre los dos, el parapsicólogo y la niña surge esa relación que es, a mi modo de ver, lo más importante de la serie”. 

Los protagonistas lideran un duelo interpretativo con gran solvencia y el segundo investigador, interpretado por Matthew Macfadyen es conocido por los seguidores de las series recientes, por su personaje del advenedizo Tom en Succession. Juntos crean un clima intenso. “La serie no es la cascada de terror en la que se convierte Expediente Warren: el caso Enfield ni falta que le hace. No es el aprovechamiento técnico de los sustos que hace el maestro James Wan, pero miedo da. Es una serie, ya digo, muy psicológica. Esta parte psicológica del estado alterado de conciencia, sea o no por un fraude, el caso es que da a la casa una energía muy mala, un estado de conciencia muy muy alterado, muy mal rollo, y eso está perfectamente captado en la serie”.

Jesús Vidal ha disfrutado con las dos ficciones audiovisuales que tratan el caso, la miniserie y la película: “Yo no sé cual es mejor, si El caso Enfield o Expediente Warren: el caso Enfield, pero sí es verdad que he hablado de esta serie porque me parece muy importante el protagonismo que se da a la psicología de los personajes y a su mundo interior”.

Jesús Vidal termina destacando una secuencia de la serie en la que cree que se concentran algunas de sus mayores virtudes: “En el segundo capítulo, la secuencia de la posesión de la niña. Está narrada con pocos efectos, muy simples y creo que es importante que, junto al cine de terror más mainstream, de efectos especiales, exista también este tipo de cine, de ficción, en este caso serie, que nos cuente este tipo de fenómenos desde una perspectiva más interior. Y creo que las dos, serie y película, merecen mucho la pena”.