'Te regalo' de Carlos Baute: “No existe el amor perfecto, todos somos defectuosos”
Misma cara de niño revoltoso, misma sonrisa picarona, mismo pelazo. Han pasado 16 años, pero Carlos Baute (Caracas, 1974) sigue siendo el mismo tipo que movía las caderas como nadie en 2005 y que volvía locas a niñas, jóvenes y mayores. El mismo tipo que sin perder de vista a su admirado Juan Luis Guerra compone fácil y rápido éxitos martilleantes. De esos que permanecen en el inconsciente por tiempo indeterminado. Como pasó con Te regalo, uno de los temas que marcó su carrera, sin necesitar la compañía de nadie, ni siquiera la de Marta Sánchez.
Te regalo mi orden, mi desorden, te regalo mi norte y mi horizonte, mi filosofía, mis historias, mi memoria. Es imposible leerlo sin tararear, pero de toda esta enumeración había una idea que no podía faltar: el desorden. ¿Por qué? Porque en una pareja hay que aceptar al otro tal y como es, con sus cicatrices, sus manías, sus lacras y sus carencias. “No existe el amor perfecto, es imposible. Al final, todos somos defectuosos. Hoy en día lo más fácil es usar y tirar en vez de ver cómo se solucionan los problemas”, defiende el cantante y compositor venezolano.
Confiesa admirar a los matrimonios que llevan juntos toda la vida. “Si no es la persona adecuada no hay que forzar las cosas, pero el amor sufre transformaciones: si tienes hijos o no, si tienes enfermedades, si hay calamidades, si hay pandemias... Pasan muchas cosas. Por eso creo que tenemos que trabajar nuestros defectos, aceptarnos, respetarnos”, añade con convicción. Él precisamente acaba de pasar el Covid-19 y de publicar nuevo single, Y te pido perdón, con Juan Magán: “Pido perdón porque pedir perdón no es malo, es bonito, y si te lo dan, genial. No hay que estar triste para pedir perdón. No es un tema dramático, todo lo contrario”.
Tampoco lo es Te regalo. Una “carta de amor” en forma de canción que publicó en 2005 y que se convirtió muy pronto en un éxito en la radio y en la sintonía de telenovelas por toda Latinoamérica: “Fue todo un fenómeno, yo apenas hice promoción. Cuando todo surge solo, de forma orgánica, es muy lindo. Era una canción muy honesta que reflejaba lo que sentía en ese momento…”. Por eso, reconoce sin pudor que hoy no cambiaría nada, ni una sola coma de la letra, aunque se la dedicase a una pareja con la que ya no está.
La canción de nuestra boda
“Ha sido la canción que más rápido he escrito en mi vida. Salió en minutos. Eran las doce y pico de la noche y la empecé a componer para que ella la escuchase por la mañana”. Todo bajo la atenta mirada del hermanito de su pareja, de ocho años. “Yo iba componiendo distintas partes con la guitarra y le preguntaba: '¿Te gusta más esto o esto otro?'. Los niños son sinceros no, lo siguiente”. Y, en ocasiones, también son capaces de detectar mejor que nadie las canciones de boda perfectas: “No te imaginas la cantidad de veces que me paran por la calle y me dicen: 'Carlos, ¿le puedes hacer un vídeo a mi mujer? ¡Te regalo fue nuestra canción de la boda!'. Eso me vuelve loco, me alegra el alma y me estimula para seguir componiendo”.
2