@Retiario estudió biología pero siempre quiso aprender y contar historias reales. En tiempos remotos fue paleontólogo, pero desde hace décadas es periodista y profesor de periodismo. Cree en la ciencia, la tecnología y el poder de la humanidad para cambiar las cosas para bien, si se aplica. Pasa la mayor parte de su tiempo en Internet y es un firme defensor de la pluma (y la red) frente a la espada.
El parásito mexicano que revolucionó la pintura europea
En México DF terminó en febrero de 2018 Rojo Mexicano, una exposición de pintura muy especial dedicada a uno de los primeros tesoros que los conquistadores españoles del imperio azteca trajeron a Europa y que no era dorado ni plateado, sino rojo: el carmín o grana de la cochinilla americana. Un pigmento que cambió la pintura, y la economía, de los países europeos.
En efecto, este insecto que parasita los nopales es utilizado desde tiempo inmemorial por los pueblos americanos como fuente de tintes, sobre todo un intenso y profundo rojo muy estable, aunque adecuadamente manipulado también puede proporcionar otros colores como amarillo y ocre. Hoy en día aún es posible encontrar artesanías teñidas con estos tintes naturales.
Para los acompañantes de Hernán Cortés una de las cosas que más les llamaron la atención en los mercados de la recién conquistada Tenochtitlán fueron las telas teñidas de un rojo intenso, color que en Europa no se conocía apenas: los únicos tintes pictóricos y para tela de este color o eran anaranjados, desvaídos e inestables o eran carísimos como el rojo púrpura, sacado de un caracol marino y apestoso y tan caro que estaba reservado a los emperadores romanos y después a la realeza.
Por eso la llegada a España de la grana de cochinilla revolucionó el arte pictórico al permitir a los grandes de la pintura usar su brillante y profundo rojo en gran cantidad por primera vez: desde Rubens a Van Gogh la cochinilla dejó su marca imperecedera en las mejores obras de los mejores artistas de todos los tiempos hasta que bien entrado el siglo XIX se desarrollaron los colorantes sintéticos.
Durante siglos el comercio del rojo carmín fue estrechamente controlado por la corona española y proporcionó pingües beneficios a los conquistadores.
Hoy, quizá como venganza histórica, el insecto ha llegado a la Península y esta arrasando con las chumberas y otros cactus locales, pero durante mucho tiempo fue uno de los tesoros de la conquista.
Imagen de Peter Paul Rubens - The Yorck Project 10.000 Meisterwerke der Malerei. DVD-ROM, 2002. ISBN 3936122202. Distributed by DIRECTMEDIA Publishing GmbH. Dominio Público.
En México DF terminó en febrero de 2018 Rojo Mexicano, una exposición de pintura muy especial dedicada a uno de los primeros tesoros que los conquistadores españoles del imperio azteca trajeron a Europa y que no era dorado ni plateado, sino rojo: el carmín o grana de la cochinilla americana. Un pigmento que cambió la pintura, y la economía, de los países europeos.
En efecto, este insecto que parasita los nopales es utilizado desde tiempo inmemorial por los pueblos americanos como fuente de tintes, sobre todo un intenso y profundo rojo muy estable, aunque adecuadamente manipulado también puede proporcionar otros colores como amarillo y ocre. Hoy en día aún es posible encontrar artesanías teñidas con estos tintes naturales.