El alcalde de Sevilla pierde la cuestión de confianza y confirma la soledad del PP para aprobar su primer presupuesto
Segundo acto del sinuoso camino que lleva a la aprobación del presupuesto del Ayuntamiento de Sevilla, una película que por ahora se desarrolla sin sorpresas. Si el lunes PSOE, Podemos-IU y Vox tumbaban el presupuesto municipal presentado por el alcalde del PP de Sevilla, José Luis Sanz, este viernes han llevado al regidor a perder la cuestión de confianza que ha presentado vinculada a las cuentas. Más allá de la reprobación de la mayoría del pleno y del desgaste político que supone no haber conseguido el apoyo de ningún grupo en todo este proceso, desde un punto de vista práctico lo que implica es que la oposición tiene ahora un mes para pactar una moción de censura. Como esto es algo que ya han descartado PSOE, Podemos-IU y Vox, pasadas estas cuatro semanas el presupuesto del PP se aprobará de manera inicial (y automática) a partir del 7 de julio.
En un abarrotadísimo salón de plenos, con un público propenso a aplaudir a los populares y con presencia de destacadas figuras del PP andaluz y sevillano, Sanz ha afrontado un momento “histórico en la democracia de Sevilla” al tratarse de la primera cuestión de confianza que ha debatido el pleno desde la caída de la dictadura franquista. En el cruce de intervenciones, ni el gobierno local ni la oposición han intentando convencerse, reiterando cada parte sus argumentos y limitándose el alcalde a constatar la soledad política del PP que ha compensado con la satisfacción de que “empieza la cuenta atrás para que Sevilla tenga presupuesto”.
El PP ha sido más consciente que nunca de su minoría (14 concejales frente a los 16 en los que está la mayoría absoluta), situación agravada con que no ha sido capaz de convencer ni a PSOE (12 ediles), ni a Vox (3) ni a Podemos-IU (2) para que al menos un grupo se abstuviera, lo que le habría puesto la alfombra roja. Esto le ha llevado a activar este recurso de la cuestión de confianza que se recoge en la Ley de Régimen Electoral General (Loreg) y que se puede utilizar un máximo de dos veces durante un mandato municipal.
La “pinza PSOE-Vox” frente a la “prepotencia”
En un contexto que (como todo el proceso en sí) no ha escapado a la crispación política y al ambiente preelectoral de las europeas de este domingo, el PP ha presentado la situación como fruto de la “pinza PSOE-Vox” –al grupo Podemos-IU lo incluye a veces y entonces habla de tripartito– que no hace más que proclamar incluso a escala nacional. Los tres grupos de la oposición, por su parte, explican lo ocurrido con la “falta de diálogo” del PP, la “prepotencia” de José Luis Sanz y su “incapacidad” para alcanzar acuerdos por gobernar como si tuviese mayoría absoluta.
El objetivo del alcalde ahora es intentar pasar esta página cuanto antes, ninguneando el reproche del pleno con el argumento de que lo importante para él son “los 133.000 sevillanos que me dieron su confianza”. De paso, ha asegurado que cuenta con el respaldo de una ciudadanía que “ha percibido la situación anómala de bloqueo” que sufre su gobierno, ha insistido en que su presupuesto “no es ideológico” y ha instado a la oposición a “no hacer perder ni un minuto más a Sevilla”. “La pinza está consolidada”, ha apostillado.
“¿Después de esta derrota se va a levantar tan tranquilo mañana?”, le ha espetado el portavoz socialista y exalcalde Antonio Muñoz, que ha reiterado que “le viene muy grande una ciudad como Sevilla” y le ha instado a “no hacerse la víctima”. En cuanto a la famosa pinza, ha resaltado la ironía de “qué sería del gobierno local sin la complicidad del PSOE”, después de que le haya permitido sacar adelante modificaciones presupuestarias por importe de 46 millones de euros en menos de un año. Muñoz, que incluso ha deslizado que Sanz dé un paso al lado para que asuma la Alcaldía uno de sus compañeros de filas y así darle un nuevo pulso al Consistorio hispalense, ha resaltado que “ni España se rompe ni aquí hay una pinza” y le ha hecho ver al regidor que de este proceso “sale debilitado, derrotado y con su soberbia habitual”.
Fracaso del pacto PP-Vox
La tesis que sostiene el PSOE, en lo que coincide con Podemos-IU, es que sacar el presupuesto (que ya se había dado por muerto y enterrado) perdiendo la cuestión de confianza ha sido un recurso de última hora porque a Sanz “le cogieron con el carrito del helado” negociando un pacto de gobierno con Vox al que se opuso el presidente andaluz y del PP, Juan Manuel Moreno. Por IU ha intervenido Ismael Sánchez, que le ha hecho ver al regidor que “va de derrota en derrota” y que el problema de fondo es que “no ha sabido ganarse la confianza” del resto de grupos.
“Creen que por ganar las elecciones ya tienen poder absoluto”, le ha recriminado, además de afearle que por mucho que diga el presupuesto sí que tiene carga ideológica, como demuestra la eliminación de las partidas para memoria democrática, la previsión de externalizar servicios como el de limpieza de colegios o el debilitamiento del servicio de la mujer. “¿Cómo vamos a confiar en alguien que miente y vulnera la ley?”, se ha preguntado de manera retórica Susana Hornillo (Podemos), que le ha reprochado a Sanz que “ha incumplido todas sus promesas”.
“Los ciudadanos han elegido un gobierno PP-Vox”
Por lo que respecta a Vox, su postura es clara desde el inicio del mandato municipal: si el PP quiere contar con su apoyo, tiene que hacerle hueco en el gobierno de la ciudad. “Los ciudadanos han elegido un gobierno PP-Vox”, ha proclamado su portavoz municipal, Cristina Peláez, pero Sanz “no ha sido capaz de defender los intereses de los sevillanos frente a Moreno Bonilla”, el presidente andaluz, al que acusa de frenar el pacto que se estaba fraguando por su propio interés electoral.
“Empiece a tener valentía y a defender Sevilla”, le ha retado, ya que su actitud no es la de un Vox que no es “la derechita cobarde”, por no hablar de que lo de la pinza con los socialistas “es ridículo” porque “jamás acordaremos nada con un partido traidor a España y a los españoles”. La consecuencia es que Sanz lidera “un gobierno débil, sin gestión y sin proyecto para Sevilla”, fruto de que el PP ha pactado con el PSOE “el 80% de las modificaciones presupuestarias” y que está “permanentemente arrodillado ante la izquierda”.
Por lo que respecta a las cuentas en sí, si se presentan reclamaciones no estaría definitivamente aprobado hasta los primeros días de agosto. El presupuesto consolidado asciende en número redondos a 1.300 millones de euros incluyendo organismos públicos y empresas municipales. Entre las principales cifras está la de 150 millones en inversiones o el anuncio de contar con 150 nuevos policías locales y 200 trabajadores más para Lipasam, la empresa municipal de limpieza, compromisos de difícil cumplimiento por los pocos meses que va a tener el gobierno local para ejecutar estas cuentas. Son, junto a una mayor dotación para los barrios desfavorecidos, las mismas prioridades que se anunciaron cuando –hace ya más de medio año– se presentaron las líneas generales de unas cuentas que ya están más cerca de concretarse.
3