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El patio de la Diputación de Sevilla presenta un inusual tráfico para ser martes. A un lado y otro se agrupan corrillos de gente que habla sin alzar mucho la voz, como en un velatorio. De hecho, los 21 alcaldes que se han confinado en el edificio de la institución provincial encarnan el cortejo fúnebre de la atención sanitaria en la Sierra Sur de Sevilla. Una comitiva que pretende, ellos sí, alzar la voz contra la Junta de Andalucía, a la que recriminan que, con su omisión de socorro, haya otorgado la extremaunción a la medicina rural en la provincia.
La situación que ha llevado este martes a los representantes municipales de las poblaciones del área sanitaria de Osuna a protestar contra las políticas de sanidad es “insostenible”, claman.
La mañana apenas acaba de empezar y los corros se agrupan en uno más grande. Es la alcaldesa de Osuna, Rosario Andújar, quien toma la palabra en primer lugar para verbalizar lo que el acto quiere representar: el hartazgo de las poblaciones que ya fueron hace dos meses a reclamar ante el Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, una atención sanitaria suficiente para la población de las zonas rurales. En nombre de sus homólogos, Andújar acusa al Gobierno andaluz de obviar el problema y farfullar excusas evitando tomar medidas al respecto.
Sin embargo, la denuncia de este martes va más allá de condenar el abandono y la dejadez a la que dicen estar sometidos desde hace más de un año. Pretenden hacer despertar la conciencia del resto de la ciudadanía. Para ayudar a ello ello, las camisetas de Marea Blanca en Sevilla van inundando poco a poco el espacio, trayendo con ellas pancartas que terminan por llenar el patio. Las consignas habituales del movimiento se concretan esta vez en casos con nombres y apellidos, los de las víctimas de la falta de personal sanitario que llevan meses denunciando en la Sierra Sur.
El colectivo de Marea Blanca ha querido arropar a los alcaldes que harán noche en las dependencias de Diputación para emprender a primera hora del miércoles una marcha hasta San Telmo. Pero antes, los alcaldes han querido lanzar un grito de socorro al unísono y con los colores de distintos signos políticos, ya que incluso los tres ayuntamientos del PP respaldaron la iniciativa en un primer momento, aunque finalmente no han acudido a la convocatoria.
Tras las declaraciones de la alcaldesa de Osuna, el turno de palabra lo retomó su homólogo en Marinaleda, Sergio Gómez Reyes (IU), quien ha querido poner el foco en la sanidad privada que, en palabras del alcalde, se está beneficiando del estado “raquítico” de la pública. El hastío con la administración regional impregnaba un discurso que apuntala la sanidad como uno de los elementos claves de confrontación entre los ayuntamientos de la Sierra Sur y San Telmo.
Pese a no ser competencia municipal, los alcaldes de las zonas rurales de Sevilla se han puesto al frente de la lucha por la sanidad conscientes del malestar que se respira entre los vecinos. Una lucha que podría estar pasando factura a regidores como el de Marinaleda, quien sufrió un desmayo repentino tras su intervención ante los medios y tuvo que ser atendido y posteriormente trasladado al Hospital Universitario Virgen del Rocío.
El encierro, mientras tanto, sigue su curso como punto de resistencia común ante la Junta. Hasta que abandonen las dependencias de la institución provincial a las 10 de la mañana del miércoles, los alcaldes se muestran abiertos a dialogar con los responsables de la Junta. Una administración que ha presentado este martes en la mesa sectorial con los sindicatos un plan de verano que llega en pleno julio, como le han reprochado los alcaldes, a quienes se les antoja insuficiente para paliar los efectos de años de “abandono” en la atención sanitaria rural andaluza.
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