El psiquiatra sevillano Javier Criado está siendo juzgado desde este miércoles por un presunto delito contra la integridad moral de una de sus pacientes. Se trata de la única acusación que ha llegado a juicio por considerarse el resto de las acusaciones prescritas y que llevó a un grupo de 32 presuntas víctimas a denunciar en 2015 malas praxis y abusos del conocido doctor. Tres de ellas, que han acudido como testigos, han ratificado aquellas denuncias y han relatado pormenorizadamente que Criado abusó de ellas en su consulta de la calle Alfalfa de la capital hispalense, donde nunca tomaba notas cuando las atendió y donde todos los comentarios que les hacía tenían un carácter sexual que nada tenían que ver con el motivo que allí les había llevado, coincidiendo en reconocer que habían acudido a su consulta porque él era “reconocido como el mejor psiquiatra de Sevilla”.
Durante la primera sesión de la vista oral, de versiones totalmente contradictorias y que continuará el viernes, la mujer ha corroborado todas sus acusaciones y frases “soeces” que tuvieron lugar durante las cuatro consultas entre enero y febrero de 2015, afirmando que el psiquiatra “solo me hablaba de sexo”. “Si te quieres curar, tienes que follar”, ha recordado que le dijo en una ocasión, asegurando que le preguntaba “si follaba” y similares cuestiones relacionadas con la sexualidad. La denunciante, M.G.G.P., de 59 años, que ha declarado como primera testigo, ha afirmado que se sintió “fatal, humillada y vejada” cuando el psiquiatar le preguntaba “constantemente” por relaciones sexuales. “Salía zombie de la consulta, como hipnotizada”, ha dicho, añadiendo que lo que quería era curarse: “Quedé muy marcada y defraudada porque me había puesto en manos del mejor psiquiatra de Sevilla”, ha comentado ante la titular del Juzgado de lo Penal número 9.
El psiquiatra, de 71 años, ya jubilado y que ha declarado en primer lugar, como acusado, ha negado los hechos en el interrogatorio, se ha declarado “inocente” de las acusaciones y ha calificado a la denunciante como “una histriónica de libro”. Criado, que solo ha querido responder a las preguntas de la fiscal y a su abogado, Enrique del Río, ha recordado que conoció a la mujer cuando llegó a su consulta “hecha polvo”, con una “ansiedd tremenda”, negando “absolutamente” haberle hablado con mal tono o usar expresiones sexuales en sus conversaciones. “Si hubiera sido así, mi consulta no hubiera durado ni dos días”, ha insistido ante las preguntas de las partes. “¡Yo cómo iba a decir eso!”, ha enfatizado al acusársele de decirle a la denunciante frases como “loquita, ¿esta semana cuántas veces has follado?”, “esto con un buen polvo se te quita”, o preguntarle si no tenía claro “si le gusta más una polla o un coño”, entre otras frases relacionadas exclusivamente con el sexo. “¡Ni en los chistes más toscos!”, se ha defendido Criado. “Nunca jamás me preguntó cómo me encontraba, solo me preguntaba por follar y por sexo”, ha declarado la denunciante.
El Betis, el Sevilla y la Hermandad del Cerro
Según su relato, “estaba muy mal” y por eso acudió a verle, a instancias de su entonces marido, del que ahora está divorciada y que también ha declarado como testigo. “Yo no paraba de llorar”, ha recordado. “Me dijo que no me iba a curar porque era del Betis y que me tenía que hacer del Sevilla y que me iba a manipular la mente, que me iba a llevar al palco con Del Nido”. El acusado ha negado que hablara de fútbol, de sexo o de Semana Santa con la denunciantes en aquellos primeros meses de 2015, cuando era Hermano Mayor de la Hermandad de Pasión. Ha dicho que era ella la que le hablaba de fútbol o Semana “con la clara intención de congraciarse conmigo”, otro de los sintomas de su trastorno, según ha explicado con detalle.
La denunciante, muy aficionada del Real Betis ya que era la “válvula de escape” a sus problemas, según le dijo otro psicólogo que le atendió con anterioridad, asegura odiar el color rojo de todas las veces que el psiquiatra la hablaba del Sevilla FC y de intentar convencerla que se hiciera de ese equipo. También tuvieron, según el relato de la mujer, algunas conversaciones de la Hermandad de El Cerro del Águila, barrio de procedencia. “Él solo me hababa de sexo y yo no estaba para eso, porque estaba mal y además vivía con mi madre”, lamentando que le hacía esperar cada vez que iba a la consulta y que siempre la llamaba “loquita”, incluso delante de otros pacientes. “Yo lo que quiero es que se haga justicia, porque un psiquiatra es para curarse, no para salir peor”, ha comentado. “Le denuncié para ser la última en sufrirlo, porque yo aún no me he recuperado”.
Criado ha recordado que la paciente “tenía una contradicción terrible en la etiología de su problema”, ya que al principio habló de unas posibles malos tratos por parte de su padre y, cuando su marido salió de aquella primera consulta, puso a su pareja “como un trapo” y dijo que era “posesivo y celoso”, por lo que le diagnosticó con un trastorno histriónico de la personalidad, que mejoró sensiblemente en la segunda consulta con respecto a la primera, según su versión. A preguntas de su abogado se ha reafirmado en los mismos argumentos y ha vuelto a negar “absolutamente” que nunca dijo “frases soeces” a la denunciante, hoy testigo. La mujer se ha derrumbado al finalizar su testifical con las preguntas del abogado de Criado, a quien había advertido que no la iba a liar o a confundir, que no le llevara “a su terreno” con sus preguntas, ahondando en la cuestión futbolística.
Tocamientos y preguntas sexuales
Más tarde han declarado otras tres mujeres como testigos, a petición de la acusación particular y quienes han relatado los abusos sexuales que presuntamente cometió Criado. C.R. ha dicho que acudió a su consulta después del verano de 1998 y que fue “víctima de abusos” en el sofá de su consulta después de haber acudido por estrés terrorista ya que su marido entonces era político. “Nunca me trató de mi problema”, asegurando que la besó, que puso su mano en su pene y que hacía él amor con su mujer pensando en ella, instándola a masturbarse. “Todo ello era ofensivo y fuera de lugar”. Se lo contó a su marido, aunque siguió yendo por “estaba narcotizada y necesitaba el alta”. Su denuncia se archivó hace años y, al levantarse la alarma social cuando trascendieron otras denuncias, se unió a ellas.
Otra de las testigos ha relatado que fue a una consulta en junio de 2006 porque un mes antes había fallecido su hija de 20 años. “Tenía fama y pensaba que podía aliviar mi dolor” pero, “cuando le dije que estaba divorciada me dijo que eso era porque follaba poco con mi marido. ”¿Tú eres fogosa, tú eres multiorgásmica?, me preguntó. “Yo no daba crédito, pero él insistía con el tema del sexo y mis gustos sexuales”, ha relatado. Presa de “congoja y humillación” llegó a tocarle los pechos por detrás mientras estaba sentada. Tras ese episodio reaccionó y se fue, no sin antes pagarle “120 euros que se metió directamente en su bata”. “Salí de allí mal, humillada, porque no respetó a una madre que había ido rota por su dolor”, ha concluido la testifical antes de echarse a llorar.
La cuarta testigo, los abusos se produjeron cuando que fue en 1990 a su consulta, a la que acudió allí porque “estaba agobiada por unas oposiciones” y le preguntó “si era virgen y si tenía orgasmos”, según su relato. “Me sentí totalmente vejada y humillada”, ha comentado en la sala de juicio. Su declaración y las de las anteriores mujeres, según había advertido la fiscal, servirían para contextualizar la manera en que se desarrollaban las consultas de Criado, no para acreditar los hechos que se juzgan porque los otros ya han prescrito.
La historia
Fue en 2015 cuando una treintena de mujeres, alguna de ellas de familias notables de la capital hispalense y que habían guardado silencio durante muchos años, se atrevieron a denunciar las presuntas malas praxis y abusos del psiquiatra. Sus testimonios cayeron en saco roto desde el punto de vista judicial al entender los jueces que la mayoría de los delitos habían prescrito. Aquellas mujeres habían denunciado al psiquiatra por un delito continuado de intrusismo profesional, un delito de omisión del deber de socorro, un delito continuado contra la integridad moral, tres delitos continuados de abuso sexual, dos delitos de abuso sexual y uno de inducción al suicidio. Pese a no llegar a enjuiciarse los hechos, la instructora decidió que la investigación siguiera adelante únicamente respecto al presunto delito contra la integridad moral cometido sobre una de las víctimas en 2015, que es el que ahora se está juzgando.
Las presuntas víctimas, agrupadas en la asociación 'Veritas' y que vieron cómo el juzgado y luego la Audiencia archivaron sus denuncias, entendieron que los hechos “que se llevan produciendo más de 30 años” eran constitutivos de un delito continuado, por lo que la prescripción que se acordó judicialmente “no debe señalarse en función de la fecha en que ocurrieron sino desde que las víctimas han tenido capacidad para entender lo que les había ocurrido y el daño psicológico producido”, es decir, en el año 2015 cuando lo hicieron público. Una de ellas, precisamente, cuenta así su experiencia en el artículo 'Yo fui víctima de abusos sexuales de Javier Criado'. “En 2015 conocieron otros casos por redes sociales que les hicieron tomar conciencia del drama sufrido y les decidió a dar el paso de denunciarlo”, argumentó en su momento 'Veritas' en contra del criterio de la Fiscalía de Sevilla, que apoyó el archivo.
Muchas de aquellas mujeres prefirieron seguir en el anonimato mientras otras decidieron denunciar públicamente la situación. Incluso un total de 32 de ellas presentaron su testimonio ante el Comité Deontológico del Colegio de Médicos de Sevilla.