A Izan Ruiz el mundo se le vino encima cuando se dio cuenta de que pasaría del colegio al instituto sin saber leer ni escribir, ni sumar ni multiplicar. Además de su autismo, padecía dislexia, de modo que su nivel de lectura era el de un niño de primero de Primaria. “Sufrí una depresión cuando descubrí que en el nuevo centro no había Aula Específica, y me vi rodeado de niños que yo llamaba malitos”, recuerda. “Era como una guardería. Hasta que me di cuenta de que ni ellos estaban malitos, ni la experiencia era inservible”. Lo que todavía no sabía este joven sevillano de 15 años es que aquel sería el comienzo de su carrera como escritor, campo en el que ha debutado con la novela El Club Z (Círculo Rojo).
“Me había esforzado en aprender, y al no lograrlo me sentí como si no sirviera para nada”, dice. “No podía trabajar, me parecía que yo era tonto, estúpido. Y mis profesores no sabían cómo ayudarme”. Pero la situación cambió radicalmente cuando los maestros del Centro Jacaranda de Brenes (Sevilla) repararon en que Izan llenaba folios con una sucesión de rayas y puntos a primera vista incomprensibles.
Según evoca Izan, “les expliqué que era un cuento que había escrito, y me animaron a pasarlo al ordenador, y empecé a hacerlo en casa con la ayuda de mi madre”, recuerda. “Lo que todavía no podía ni imaginar era que llegaríamos a publicarlo. Pensaba que eso sería para grandes artistas y famosos”.
“Ya eres escritor”
Su madre, Patricia, sabía que “desde pequeño Izan siempre ha inventado historias, solía dibujar una especie de cómic con un código propio de escritura, hecho de rayas y asteriscos. Llegó a acumular hasta 30 historias, y él sabía perfectamente cuál era cada una”, explica. “En clase, él dictaba y los maestros lo escribían, y cuando llegaba a casa me contaba la historia a mí, y yo seguía escribiendo la historia. Hasta que encontramos el teclado de voz Google y ya se sienta solo en el ordenador, de modo que yo solo tengo que corregirle alguna falta”.
Patricia le enseñó a manejarse asimismo con una aplicación de Book Creator que ayuda a los escritores amateurs a diseñar sus propios libros. “Cuando lo tuvimos listo, fuimos a encuadernarlo para regalárselo, pero un amigo que lo vio nos insistió en que había que publicarlo. Yo tampoco pensaba que fuera algo a nuestro alcance, pero nos pusimos en contacto con la editorial y nos dieron la sorpresa: ‘Ya eres oficialmente un escritor’, le dijeron”.
Según explica el propio autor, El Club Z narra la historia de “una chica llamada Verónica, de 11 años, que se muda con su madre a Brenes. En su nuevo colegio se enfrenta a nuevas amistades y también a rivalidades: por ejemplo, choca con una chica muy popular, cuyo novio está enamorado de Verónica. Por otro lado, cada vez que Verónica llega a casa, ve que su madre le oculta algo. Ese es uno de los misterios de la historia”.
Hoy El Club Z, que se vende a través de Amazon y plataformas digitales, lleva vendidos más de 700 ejemplares. En cuanto a la reacción del público, Izan se sorprende de que “la novela está gustando tanto a chicos como a grandes, sin importar a qué género pertenecen”, afirma. Por su parte, su madre comenta que “la publicación de la novela ha sido muy buena para su autoestima. En más de un centro me preguntan si llevo a Izan a algún sitio especial, porque tiene un vocabulario muy extenso. Pero es todo de él, aprende de lo que escucha y de lo que ve. Incluso ha motivado a otros chavales como él a escribir sus propios libros”.
Nuevos proyectos
La presentación de El Club Z tuvo lugar el pasado mes de abril en el Centro Cultural Los Silos de La Rinconada, en el marco del ciclo La Estación de las Letras, donde compartió cartel con figuras tan conocidas como Benito Olmo o Carmen Posadas. Sin embargo, el joven escritor no pretende obsesionarse con la idea de hacer carrera en el mundo de los libros. “Por ahora lo veo tan solo como un hobby, pero quiero seguir haciéndolo. Si sigo, ya veremos hasta donde logro llegar”. Lo que sí le encantaría es ser actor de cine, y es capaz de aprenderse guiones de memoria solo a través de los audios. Y ha logrado leer por fin, si bien muy lentamente: el primer libro que ha leído completo, por cierto, es el suyo.
Ahora, Izan Ruiz sigue trabajando en sus historias con la ayuda del teclado de voz de Google, y ha encontrado en la literatura la mejor forma de aprovechar su tiempo libre. “Me meto en mi mente y simplemente disfruto”, asegura. “Para mí inventar historias es muy relajante. De hecho, me molesta mucho cuando me interrumpen, o si hay alguien alrededor”.
Su próximo proyecto es, según él mismo ha anunciado a su madre, una novela juvenil. Cuando Patricia la leyó, lo felicitó porque estaba claro que había madurado muchísimo, a lo que Izan respondió: “No, simplemente es otro género”.