El programa de viviendas colaborativas de Sevilla recibe el aval (y el dinero) del Gobierno central
Una de las apuestas más singulares en materia de vivienda del Ayuntamiento de Sevilla de un tiempo a esta parte es el modelo colaborativo o cohousing, proyectos con los que se impulsa la convivencia entre grupos muy diferentes para compartir espacios de trabajo, estudio y ocio. La primera iniciativa, la conocida como RUE 32, se puso en marcha en Sevilla Este y se pregonó como la primera de estas características en Andalucía. Los buenos resultados cosechados han animado a fomentar una línea que ahora, además, va a recibir un espaldarazo importante gracias a la inversión adicional que va a aportar el Gobierno central.
En concreto, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha concedido unas ayudas directas por importe de 12 millones de euros, a repartir en tres años. Los primeros cuatro millones son ya para este 2021 y se destinarán a impulsar el alquiler, con 218 viviendas en Hacienda El Rosario y cuatro proyectos con 193 plazas de alojamientos compartidos protegidos.
Para ello, este jueves se ha firmado el acuerdo de colaboración entre el Ayuntamiento de Sevilla y el Ministerio, con la participación también de la Consejería de Fomento, y es que la Junta es la que tiene las competencias en materia de vivienda en Andalucía. El dinero que pone el Gobierno central permite en última instancia aligerar el coste de estas operaciones para las arcas municipales, lo que luego debe traducirse en unos arrendamientos más asequibles para los inquilinos.
Un modelo original y en alza
Las cinco actuaciones las lidera Emvisesa, la empresa municipal de la vivienda, y la nota diferencial la ponen unos alojamientos colaborativos que suponen el grueso de las más de 300 plazas que se quieren desarrollar en el marco del Plan Municipal de la Vivienda de Sevilla (PMVS). Esta modalidad compartida puede adoptar la forma de cohousing o coliving.
¿Y qué es exactamente una vivienda colaborativa? Pues lo que se busca es la convivencia entre grupos heterogéneos, sentido en el que se suele poner como ejemplo a personas pertenecientes a la comunidad investigadora, educativa o deportiva; emigrantes sevillanos retornados; personas procedentes de rupturas de unidades familiares y menores de 35 años y mayores de 55 años, así como beneficiarios de actuaciones de realojo, rehabilitación o regeneración urbana.
La idea, defiende el gobierno local, es que estas personas convivan y cooperen en la realización de diversas tareas en unos alojamientos que disponen de zonas comunes, para así facilitar el intercambio de experiencias laborales y vitales. Se trata, en definitiva, de una versión actualizada de los clásicos corrales en los que los vecinos interactúan y colaboran entre ellos en la elaboración de proyectos profesionales o tareas domésticas, además de darse mutuamente compañía y apoyo psicológico.
Rehabilitaciones y ubicaciones estratégicas
Las viviendas colaborativas que ahora van a recibir financiación estatal se ubican en el casco antiguo en edificios públicos a rehabilitar, con un diseño que surgirá de un concurso de arquitectura convocado por el Ayuntamiento hispalense. Las ubicaciones, además, son estratégicas: en las calles García Ramos, Torneo, Jesús del Gran Poder y Lumbreras, con un total de 44 alojamientos dotados con 193 plazas.
El acuerdo para que llegue este dinero desde el Gobierno central lo suscribieron este miércoles la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, y el alcalde hispalense, Juan Espadas, con la rúbrica también de la consejera de Fomento y Ordenación del Territorio, Marifrán Carazo. Las tres partes coincidieron en que una iniciativa de este tipo permite ofertar vivienda a precios asequibles y, además, ayuda a la recuperación económica y del empleo, de ahí que Carazo aprovechase para proponerle a la ministra extender este modelo a toda Andalucía. La idea, apuntó, sería que “se puedan unir todos los municipios andaluces que así lo quieran”.
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