Los bomberos bajan a los activistas que se subieron al ficus centenario de Sevilla para evitar que lo talen
Tres personas pasan toda la mañana en el árbol de la parroquia de San Jacinto en Triana y, nada más apearse, se reanudan los trabajos para eliminarlo. La comunidad parroquial lamenta la medida, pero señala que el ejemplar “se ha convertido en un cáncer que crece de forma desmesurada”
Dos vecinos y miembros de la plataforma En defensa del ficus de San Jacinto, Inés M. y Javier R., se han subido a las 7 de la mañana de este miércoles al árbol propiedad de la parroquia ubicada en el barrio sevillano de Triana para “parar” lo que califican como un “atentado incomprensible e inadmisible”. “Estaremos aquí hasta que nos echen”, señalan en un vídeo difundido por ellos y en el que defienden que esta acción de protesta “pacífica” es “la única forma de reivindicar” que no se tale este ejemplar centenario, una protesta a la que posteriormente se sumó otra persona y que se completó con otras encadenadas a la reja del recinto parroquial. Horas después, en torno a las 13, un equipo de bomberos ha bajado a los tres jóvenes y a continuación se han reanudado los trabajos para derribar el árbol.
Tras seis horas de protesta para exigir que no se tale el ejemplar “sin considerar los beneficios ecológicos y ambientales que este árbol en concreto, en perfecto estado, ha dado y da al barrio de Triana”, los tres miembros de la plataforma han atendido el requerimiento de los bomberos sin oponer “ningún tipo de resistencia”, según ha explicado a Europa Press Clara Márquez, coordinadora del Pacma en Sevilla.
Decenas de vecinos, curiosos y activistas se han concentrado desde primera hora de la mañana en la calle San Jacinto con motivo de esta acción protesta de la plataforma En defensa del ficus de San Jacinto, que ha afeado a la iglesia y al Ayuntamiento de Sevilla que no quieran “hacerse cargo económicamente de mantener este árbol monumental” y reclama que “se paralice” la tala “hasta contar con estudios científicos de profesionales del arbolado independientes que completen la informacion antes de tomar la decisión de matarlo”.
En este sentido, la entidad lamenta que “se le acusa de peligroso por falta de los cuidados adecuados para su conservación”. Igualmente, afea a la iglesia y al Ayuntamiento de Sevilla que no quieran “hacerse cargo económicamente de mantener este árbol monumental” y reclama que “se paralice” la tala “hasta contar con estudios científicos de profesionales del arbolado independientes que completen la información antes de tomar la decisión de matarlo”.
La comunidad parroquial defiende la medida
Este pasado martes 16 de agosto, la empresa contratada por la iglesia de San Jacinto para llevar a cabo la tala del ficus centenario ubicado dentro del espacio de la parroquia ha empezado con las tareas previas de poda del árbol, lo que ha obligado a tomar medidas de regulación de tráfico que se mantendrán “lo que duren los trabajos”, según confirmaban fuentes municipales.
Por su parte, la comunidad parroquial de San Jacinto ha señalado este miércoles en un comunicado que “nadie más que los miembros de esta comunidad –conformada por el párroco, grupos parroquiales, catequistas y grupos de fe, entre otros– sentirán la desaparición” del ficus centenario ubicado en el recinto de la iglesia, al tiempo que ha defendido la tala de este ejemplar que “a todas luces, se ha convertido en un cáncer que crece de forma desmesurada en el lugar menos adecuado, aunque algunos sigan pensando que es como un bonsai que podemos manejar a nuestro antojo con el cuidado necesario”.
En la nota publicada en las redes sociales de la parroquia, el consejo parroquial recuerda a los que “creen que ha habido despreocupación por parte de la propiedad” que ésta lleva “muchos años intentando buscar distintas soluciones a esta realidad”. “Nadie, ni técnicos ni profanos sensibles y amantes de la naturaleza, pueden asegurar que, a pesar de mantener los cuidados necesarios, este árbol no vaya a seguir creciendo en profundidad por su enraizamiento y que pueda seguir desprendiendo ramas que puedan ocasionar nuevas desgracias personales como las ya ocasionadas, o incluso peores”.
Un lugar no indicado para estos árboles
“La peor decisión fue sembrar este tipo de árbol en este lugar”, ha abundado la comunidad parroquial en su comunicado de prensa, en el que apunta, además, que resulta “anecdótico” que “el mayor porcentaje de manifestantes” sean personas de asociaciones o entidades “foráneas a este barrio de Triana”. Por último, defiende las “decisiones y gestiones” realizadas por el párroco de San Jacinto, Javier Rodríguez, “avaladas y apoyadas por este consejo”. Igualmente, recuerda que “fueron los partidos políticos y asociaciones de Triana, reunidas en junta de distrito y sin ningún tipo de influencia por parte de esta parroquia, quienes dieron el visto bueno a este proceso, con 18 votos a favor y la única abstención de Podemos”.
El párroco, Javier Rodríguez, ya había confirmado que “sintiéndolo en el alma, hay que tomar una decisión drástica”, justificando la tala del ejemplar en que “lo más importante es la seguridad de las personas y del templo”. Los gastos derivados de la tala y los trabajos previos a la misma corren a cargo de la parroquia, costes que “van a ser cuantiosos” y que serán detallados en las próximas semanas por Rodríguez para que “se sepa” cuál es la situación y los “males” que “está causando” el ficus.
El cura ha recordado los informes propios y municipales que apuntan a la “necesidad de talar” el citado árbol, documentación que fue trasladada a la Comisión de Patrimonio Histórico de Sevilla para que comprobara cómo está afectando el ficus tanto al Bien de Interés Cultural (BIC) que constituye la Iglesia de San Jacinto “como a los viandantes”.
El informe municipal
La Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, adscrita a la Consejería de Cultura, apostó por que fueran “especialistas” los que fijasen “el alcance” de las medidas a aplicar a este árbol, es decir, quienes las definiesen. Finalmente, y previa petición del apeo por parte de la parroquia dueña del ficus por estar en sus terrenos, la Gerencia de Urbanismo municipal concedió la licencia de apeo o tala.
La Gerencia analizó, en su momento, tanto la solicitud de tala como el informe sobre la afección del árbol en la parroquia, así como el informe de Parques y Jardines en respuesta a la solicitud hecha por la propia administración local sobre la “viabilidad” de mantener el ejemplar.
Sobre este último punto, el informe municipal señalaba que “siempre y cuando se tomen medidas de conservación, no sería necesario el apeo”, toda vez que esas medidas de conservación recaen en el titular o propietario del BIC, que es la propia parroquia.
El Ayuntamiento se defiende
A todo esto, el portavoz del gobierno municipal, Juan Manuel Flores (PSOE), ha explicado este miércoles que la licencia concedida a la orden de los Dominicos de la iglesia de San Jacinto para los trabajos de apeo del ficus “no solo estaba basada en la autorización por parte de la Comisión de Patrimonio de la Junta y en los informes técnicos que advierten sobre su peligrosidad, sino también en el respaldo de todos los grupos políticos, a excepción de Podemos que se abstuvo, y de todas las entidades vecinales que conforman la Junta del Distrito Triana y el acuerdo de la Comisión Ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo, incluido el voto favorable del PP”.
“No es una decisión que se haya tomado de la noche a la mañana. Es un debate que se ha ido produciendo desde hace ya varios años y que tuvo su punto de inflexión en el grave accidente en marzo de 2021, cuando la caída de una rama provocó seis heridos, uno de ellos de gravedad. Una caída de ramas que se venían produciéndose pese a las actuaciones de poda, algunas de ellas realizadas subsidiariamente por el Servicio de Parques y Jardines”, ha desgranado en una nota de prensa remitida por el Ayuntamiento.
Así, en la Junta Municipal del Distrito Triana de abril de 2021, y “a iniciativa” de la Asociación de Vecinos Triana Norte, se abordó esta cuestión con la presencia además de las asociaciones vecinales del Tardón, Carmen de Triana, Santa Ana y Triana Viva, las asociaciones de padres y madres La Dársena, Altozano y San José de Calasanz, la Asociación de Comerciantes de Triana, la Asociación de Jubilados CASA, la Asociación de Personas Afectadas por Fibromialgia y la Peña Cultural Los Ángeles y todos los grupos políticos municipales.
Un olivo en vez del ficus
En esta reunión, el Ayuntamiento de Sevilla, a través del delegado de Transición Ecológica y Deportes, David Guevara, explicó a los presentes la situación del ficus en cuanto “al riesgo que entrañaba para la seguridad de las personas”, tanto de los viandantes como de la comunidad educativa del colegio anexo (San Jacinto) y los fieles que acudían al templo.
La asociación vecinal Triana Norte planteó a la Junta Municipal del Distrito Triana la propuesta de instar al Arzobispado de Sevilla “a la retirada del árbol y a la plantación de un olivo de proporciones más pequeñas y adaptadas a las condiciones físicas de la ciudad y del sitio”. La propuesta fue aprobada “por la mayoría de los presentes, salvo con la abstención de Podemos”.
Por otro lado, en la Comisión Ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente del 31 de mayo de 2022 que aprobó la licencia solicitada por la iglesia de San Jacinto tras la autorización de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía y los informes técnicos sobre el riesgo del ejemplar para la seguridad de las personas y la integridad patrimonial del templo, el Partido Popular “votó a favor de su concesión”.
Decisión “avalada” por el movimiento ciudadano
“Por tanto, la concesión de la licencia viene avalada por el movimiento ciudadano de Triana a través de su Junta Municipal del Distrito y por el órgano de gobierno de la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente con el voto afirmativo del Partido Popular manifestado por su portavoz, Juan de la Rosa”, ha remarcado el también delegado de Hábitat Urbano y Cohesión Social.
Flores ha reiterado que, “debido a las características del árbol y las condiciones de su ubicación, constreñida en el atrio del templo, no se puede garantizar su seguridad”, de ahí que se atendiera la solicitud de apeo presentada por la Orden de los Dominicos, titular del ficus, previa autorización de Patrimonio de la Junta y los informes técnicos.
“Es una cuestión ya de seguridad que ni siquiera las podas garantizan. No es una cuestión de dinero y ni siquiera de quién es el titular del árbol, de ahí que llamemos a la responsabilidad primero de los partidos políticos que se manifestaron a favor del apeo y también la comprensión de la ciudadanía que se opone a la decisión de la iglesia, que desde el gobierno municipal entendemos basándonos en argumentos técnicos”, ha concluido.
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