El barrio de Triana inaugura una placa en memoria de los asesinados “resistiendo el fascismo”

El Ayuntamiento de Sevilla inaugura hoy una placa de homenaje a los vecinos de Triana que murieron “resistiendo el fascismo”. El reconocimiento se realiza en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica y fue aprobada en la Junta Municipal del Distrito (JMD) trianero -el pasado día 3 de mayo- con la abstención inicial de PP y Ciudadanos. El texto que aparece, propuesto por el Gobierno local, sí fue apoyado por unanimidad.

El azulejo cerámico queda instalado en la fachada trasera del CEIP José María del Campo, situado entre las calles Rodrigo de Triana y Pelay Correa. Justo en ésta última se situaba un muro donde realizaron fusilamientos las tropas golpistas comandadas en la ciudad por el exgeneral Gonzalo Queipo de Llano.

“En memoria de las víctimas que lucharon por la libertad y fueron asesinadas en Triana. Para que no habite el olvido”. La frase conmemorativa culmina con una alusión al poema de Luis Cernuda (miembro de la Generación del 27 fallecido en el exilio) titulado 'Donde habite el olvido'. Una leyenda que fue consensuada por todos los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento hispalense.

La propuesta fue presentada a la JMD por IU para recordar a quienes fueron asesinados por las fuerzas rebeldes tras el golpe de Estado y en el arranque de la guerra civil española. La zona este de Andalucía, Sevilla, Huelva y Cádiz, cayó rápido en manos golpistas. A partir de ahí, la represión franquista sembró de terror cada localidad a su paso, y el país, de fosas comunes.

El genocidio franquista: terror en Sevilla

Como fue el caso de la capital andaluza. El historiador José María García Márquez recoge más de 13.000 víctimas documentadas en su libro 'Las víctimas de la represión militar en la provincia de Sevilla (1936-1963)' (Editorial Aconcagua). El más completo victimario provincial da una idea del genocidio ejecutado por los golpistas.

Es lo que el historiador Francisco Espinosa Maestre denomina el terror fundacional del franquismo. Muerte y extermino al rival ideológico, como alentaban figuras como Queipo o el poeta fascista José María Pemán.

El investigador señala la “dificultad” de certificar algunos casos. Porque eran trasladados a otros lugares, o porque de otros pueblos eran traídos a Sevilla para su fusilamiento. Muchos con paso previo por el 'barco de la muerte', el Cabo Carvoeiro. Ya en 1990, Espinosa Maestre ofrecía las primeras cifras de los cadáveres que fueron inhumados en la fosa común y que aparecían con registros en blanco en el libro del cementerio de la ciudad. Eran los asesinados cada día. Entre ellos el Padre de la Patria Andaluza, Blas Infante, supuestamente enterrado de forma ilegal tras su ejecución en la fosa conocida como del Pico Reja.

Homenaje 80 años después de los crímenes

José Díaz Arriaza dibuja un mapa de fosas en el camposanto sevillano que acoge a más de 3.500 asesinados. Lo cuenta en su reciente libro, 'Ni localizados ni olvidados. Las fosas del Cementerio de San Fernando de Sevilla, 1936-1958', que viene a completar su anterior obra 'Un rojo amanecer. El cementerio de San Fernando de Sevilla durante la Guerra Civil y la posguerra', editado (y extrañamente poco difundido) por el propio Ayuntamiento hispalense y el Patronato del Real Alcázar (2011).

De ahí, la propuesta de IU destacaba la oposición del barrio de Triana a las tropas franquistas que pretendían derrocar al Gobierno de la Segunda República. “Existen documentos gráficos sobre asesinatos que se produjeron entre la actual calle Pelay Correa y Rodrigo de Triana, siendo por tanto calles que simbolizan la resistencia al fascismo”, escribía la federación de izquierdas.

“Esta resistencia de los vecinos de Triana merece un reconocimiento de su barrio”, alegaban, cuando ya se han cumplido 80 años “del inicio de aquellos trágicos acontecimientos”. El documento aludía también una “condena a los golpistas” y apostaba por rendir un “merecido homenaje a todos los que sufrieron una terrible represión por el mero hecho de defender la Constitución y las leyes”.

Donde habite el olvido

Donde habite el olvido,

en los vastos jardines sin aurora;

donde yo sólo sea

memoria de una piedra sepultada entre ortigas

sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje

al cuerpo que designa en brazos de los siglos,

donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,

no esconda como acero

en mi pecho su ala,

sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,

sometiendo a otra vida su vida,

sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,

cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;

donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,

disuelto en niebla, ausencia,

ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;

donde habite el olvido.

Luis Cernuda