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El Papa llamando a Dios

Una vez más nos hemos jugado la vida por la transparencia. Varios agentes infiltrados en el Vaticano han recuperado las conversaciones entre el Papa Ratzinger y Dios vuestro señor que han llevado a la dimisión del primero. Por desgracia, la calidad de la emisión no es del todo buena y hay numerosas interferencias (es lo que tiene hablar con el cielo). Creemos, sin embargo, que es un documento fundamental para la historia y, por qué no, para la gente.

CINTA 1:

RATZINGER: (...) Estoy to mal ¿Has visto las ojeras que tengo? Voy a nervocalm casi cada dos horas.

DIOS: Debes tener paciencia.

RATZINGER: Tengo paciencia, pero hay mucho que hacer.

DIOS: Tómatelo con calma, libre albedrío. Haz como hago yo.

RATZINGER: Claro, tú externalizas la gestión y el estrés es para el capataz (...). Lo siento. No. No quería faltarle al respeto, señor. Claro que no. No.

[La Cinta se corta. Chasquidos. Retransmisiones deportivas. Anuncios. Se escucha una voz de mujer: “Nos están matando lentamente...”]

CINTA 2:

RATZINGER: Yo lo dejo. Lo dejo.

DIOS: Pero Ratz, ¿qué vas a hacer? Los papas no se jubilan. Los papas no dimiten. Haz como si fueras español.

RATZINGER: Tengo dinero ahorrado. Creo que voy a ir a Mallorca. A la playa.

DIOS: Ahhh, las playas. No me salieron mal las playas. Las playas y los petroleros es de lo que mejor me quedó.

RATZINGER: No te pongas nostálgico, joder. Las cosas aquí abajo están muy jodidas.

DIOS: ¿Me lo dices tú, que te marchas?

RATZINGER: ¡Yo sólo soy un hombre! La gente está mal, está muy mal.

DIOS: ¿Pobreza? ¿Miedo? ¿Angustia?

RATZINGER: No, para eso creamos las terapias y los calmantes. Me refiero al relativismo.

DIOS: Ah, eso.

RATZINGER: Ya no hay... no hay buenos, ni malos, ni épica ni nada. No hay temor de Dios.

DIOS: A mi me lo vas a contar. (...) Y así fue como creé las almohadas cervicales, el tunning y el vintage... Ratz... ¿Ratz? ¿No te habrás dormido? No se te habrá ocurrido dormirte.

[Nuevo corte de la cinta: Escuchamos distintas voces que gritan juntas. Datos del paro. Promesas. Acuerdos. Alguien se encomienda a Dios. Se escuchan disparos. Más gritos. “Morsi Asesino”].

CINTA 3:

La parte inicial de la cinta está defectuosa. Se escucha al Papa solicitar formalmente su dimisión en algunos momentos.

DIOS: A mí me da igual. No tienes indemnización de ningún tipo. No tienes contrato, por lo tanto tampoco te vamos a pagar los atrasos.

RATZINGER: Pero, mi señor... Eso no parece muy justo.

DIOS: No lo parece, no. Pero lo es. Es justo como justa es la ley de la gravedad. Por cierto, qué finura de trazo ahí, con la ley de la gravedad, qué saber estar. O cómo es justo, no sé, el poder de las mareas. Lo que yo he creado es justo. Soy la patronal de la humanidad. Pago en B, si es que pago. Bastante que os dejo vivir ¿Te he contado que al principio me decanté por otras formas de vida a las que llamé “Los pequeñitos”? No cuajó. Quiero decir, Ratz, que puedo ser muy buena gente o ponerme en plan Babilonia. Entre Piaget y Pinochet, me quedo con Pinochet.

RATZINGER: Pero mis ahorros...

DIOS: Pero, ¿qué ahorros?... ¡¿Qué ahorros?! Eso pertenece a la orden. Tú, si quieres, pides un crédito como hace todo el mundo.

RATZINGER: Yo me largo de aquí.

DIOS: Qué desagradecido eres. Y por cierto... ¡vaya mierda de móvil!

[La conversación cesa. Hay un silencio durante siete minutos. Después anuncios. Nuevo silencio de tres minutos. Luego se escucha “Dación en Pago Retroactiva, Stop Desahucios, alquiler social... Y un coro de voces corea cada vez más fuerte ”Sí se puede“, ”Sí se puede“, ”Sí se puede.]

Una vez más nos hemos jugado la vida por la transparencia. Varios agentes infiltrados en el Vaticano han recuperado las conversaciones entre el Papa Ratzinger y Dios vuestro señor que han llevado a la dimisión del primero. Por desgracia, la calidad de la emisión no es del todo buena y hay numerosas interferencias (es lo que tiene hablar con el cielo). Creemos, sin embargo, que es un documento fundamental para la historia y, por qué no, para la gente.

CINTA 1: