Sanidad usará los criticados test rápidos primero en hospitales, pero piensa evaluar también a la población inmunizada
España ha recibido un millón de nuevos 'tests rápidos' esta semana. Son de distinto tipo a los fallidos fabricados por la empresa Bioeasy, que detectaban antígenos, y que tuvieron que ser devueltos hace unos días tras una primera remesa que acertaba menos del 30% de los positivos. Los nuevos, de otro proveedor, detectan anticuerpos y son “complementarios” a la, según el ministro Salvador Illa, “pieza central” de la estrategia de diagnóstico nacional, que son las PCR de laboratorio. Los 'tests rápidos' de anticuerpos tendrán dos objetivos fundamentales: el primero, que se va a poner en marcha ya, es un “cribado rápido” en lugares “de prevalencia alta de la enfermedad”, como hospitales y residencias; el segundo, todavía analizándose pero “muy probable”, será realizar estudios serológicos poblacionales, es decir, poder saber a gran escala quién está y quién no inmunizado de COVID-19 por haberla pasado.
Este tipo de 'tests rápidos' de anticuerpos funcionan con muestras de sangre y tienen la desventaja de que solo son válidos, con una sensibilidad de hasta el 80%, a partir del quinto o sexto día desde que un paciente comienza a desarrollar síntomas, que es cuando puede empezar a generar anticuerpos. Eso en las previsiones más optimistas: la media es de 11 días, y hay enfermos que pueden tardar hasta 20. Tienen una efectividad de prácticamente el 100% pasados los 21 días desde la infección, cuando con casi seguridad una persona con COVID-19 ha desarrollado anticuerpos, que se quedan en el organismo una vez superada.
Tanto las PCR como los tests de antígenos, que requieren de muestras respiratorias, detectan la enfermedad en cuanto aparecen síntomas, pero los hospitales que cuentan con las primeras están sobrecargados y las segundos no tenían la sensibilidad necesaria. Tal y como ha explicado Illa, implantar inmediatamente los nuevos de anticuerpos en hospitales y residencias puede restar entre un 40 y un 60% de la actual presión sobre los laboratorios con PCR debido a que los resultados positivos son seguros. Los negativos tendrían que pasar igual por una PCR de verificación.
En el mercado hay 70 tipos de tests de anticuerpos y antígenos, de los que 14 han sido seleccionados por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y cuentan con el marcaje de la Unión Europea, según Illa. Este millón de tests, ha especificado el ministro, “están todavía sin distribuir, a la espera de la verificación del ISCIII”, aunque ya se están realizando pruebas. La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) ha publicado un informe en el que analizaba los pros y contras de los distintos tipos de test. Lo que concluían es que este tipo de pruebas serológicas, de anticuerpos, no pueden ser usadas “de forma rutinaria”, por ese retraso en el diagnóstico de entre 5 y 11 días.
“Eso es muy tarde para el diagnóstico de muchos pacientes”, añade Benito Almirante, miembro de la SEIMC y jefe de la Unidad de Infecciosas del Vall d’Hebrón. Almirante resume que en este momento estos test pueden ser útiles para el diagnóstico de sanitarios, que en España suponen casi el 15% de los infectados. “Va a ser muy útil para diferenciar a quien haya pasado ya la enfermedad, y esté disponible para trabajar, de quien no. Muchos sanitarios pasan una fase clínica muy leve, o apenas sin síntomas, así que para ellos nos irá bien”, sigue.
Uso poblacional de los tests
Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, también se ha referido a ellos desde su conferencia telemática: “Hay que iniciar su uso de forma adecuada en puntos adecuados”. “No se pueden utilizar en una fase inicial de la enfermedad”, pero sí “en personas que lleven días de evolución para reducir la carga de los laboratorios con PCR” y “a nivel comunitario y de población, para descartar y poder aislar casos y hacer estudios poblacionales de seroprevalencia para valorar el estado inmunitario de nuestra comunidad”. “No son perfectos, pero sí buenos para los objetivos que tenemos”, ha reiterado.
Desde Sanidad, tanto Simón como Illa han hablado así este jueves por primera vez del posible uso de este tipo de test a nivel masivo, para saber en un futuro próximo quién lo ha pasado y quién no, y que eso tenga unas consecuencias en las medidas de desescalada de las restricciones. “Hay otros procedimientos para este tipo de análisis y estudios serológicos, no es el único, pero es una posibilidad alta”, ha precisado Illa. El ministro ponía una salvedad para que esto se pueda aplicar de verdad: asegurarse de que, efectivamente, las personas inmunizadas “ya no transmiten” de ninguna manera el coronavirus, para lo cual están en constante actualización las investigaciones científicas, que eso parecen señalar.
Almirante ejemplifica que esto sería útil “para población general, para saber cuánta enfermedad ha habido en distintos grupos de población. Si en un barrio de 1.000 personas nos salen 400 positivas, nos sale que el 40% de la población ha tenido la enfermedad: es un área muy protegida. Si en otro solo lo tiene un 5%, ese barrio tiene poca carga y por tanto más riesgo de que penetre ahora o en el futuro”.
La primera premisa, según la SEIMC, es, en todo caso, “no comprar un kit de detección de antígenos o anticuerpos sin antes evaluarlo y probarlo en una población que represente aquella en la que se va a utilizar en la vida real”. Las pruebas de anticuerpos también serán especialmente útiles para el desarrollo de una futura vacuna y la comprobación de su viabilidad.
Refuerzo de las PCR con cuatro robots
Los diagnósticos más eficaces siguen siendo los que se hacen mediante PCR, “con una positividad superior al 80%, y detectando al virus directamente, sin tener que esperar a que el cuerpo fabrique anticuerpos”, recalca Almirante. Los serológicos funcionarían igual, pero de momento fallan. Illa ha querido incidir por eso en el reforzamiento que se está haciendo de las PCR, que siguen a un ritmo, según sus informaciones, de entre 15.000 y 20.000 diarias. Hay toda una “red capilar” de hospitales homologados para efectuar PCR por todo el Estado, que se puso en marcha antes de que la crisis estallara del todo. Pero, además de la sobreocupación actual, existe un “cuello de botella” para que se puedan hacer más: la falta de kits de extracción, que son unipersonales y que están dentro de un mercado que “está como está”.
El Gobierno, según ha dicho Illa, ha adquirido cuatro robots que, en un plazo de entre 10 y 15 días estarán “operativos” y aumentarán la capacidad de hacer PCR en 10.000, es decir, 2.500 PCR cada robot al día. También “trabajan con dos empresas” españolas para poder fabricar kits de extracción, y no tener que depender de las importaciones. “Las pruebas PCR las producen cuatro empresas españolas homologadas por el Instituto de Salud Carlos III. Estamos en proceso de homologación de otras tres. Si fructifica todo esto, multiplicaremos por mucho las PCR diarias. Adicionalmente, complementariamente, están los tests de diagnóstico rápido”, ha insistido.
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