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El río Yamuna, una “cloaca” en Delhi tras dos décadas de planes de limpieza
El río Yamuna, definido con frecuencia como “río muerto” o “cloaca”, es uno de los más contaminados de la India desde hace décadas y sus aguas siguen negras a pesar de los millones de rupias gastados por el Estado en planes de limpieza.
Considerado uno de los más sagrados para los hindúes, el Yamuna adquiere un tinte oscuro y en sus aguas se forman grandes nubes blancas de espuma tóxica que son arrastradas por la corriente a causa de las aguas fecales sin tratar, vertidos industriales y agrícolas que recibe.
A pesar de su estado, hay quienes se bañan diariamente en él o practican algún ritual en un río que transcurre a lo largo de 1.376 kilómetros y que baña la capital india y el mausoleo del Taj Mahal.
Miles de inmigrantes indios llegados del noroeste rural utilizan cuando llega el otoño el afluente para sumergirse en el Yamuna y practicar antiguas tradiciones religiosas como el “Chhath”.
“El río está demasiado contaminado, pero no creo que la gente que ha venido por el festival piense demasiado en su estado porque muchos de ellos no tienen estudios”, se lamentó a Efe uno de los pocos participantes que se mantuvieron alejados del agua, Prashant Prashad, de 34 años y que se había acercado al lugar con su familia.
La contaminación del Yamuna comenzó a aumentar de manera alarmante en los años 70 por culpa de la mayor actividad industrial y de un uso intensivo de pesticidas, explicó a Efe el activista medioambiental Manoj Misra, que desde 2013 ha obtenido varias sentencias judiciales favorables a la protección del río.
La situación terminó de empeorar definitivamente cuando el 99% de su caudal fue desviado a dos canales dedicados al regadío en 2002, tras la construcción de una presa a 200 kilómetros al norte de Delhi, y desde entonces está “muerto, incapaz de albergar cualquier tipo de vida”, sentenció Misra.
No solo los ecologistas consideran que la contaminación del río ha alcanzado niveles desproporcionados.
El Tribunal Nacional Verde (NGT, en sus siglas inglesas), un organismo judicial especializado en casos medioambientales, aclaró en una sentencia de 2015 que “en su estado actual el Yamuna es solo una cloaca”.
Lo es, reconoció el NGT, a pesar de décadas de esfuerzos inútiles por mejorar la calidad de sus aguas.
La India ha puesto en marcha desde los años 90 tres planes de rehabilitación que han costado unos 420 millones de euros al erario público.
Las dos primeras fases del Plan de Acción del Yamuna fueron lanzadas en 1993 y 2001, con un presupuesto de casi 200 millones de euros, y la tercera arrancó en 2013 con unos 220 millones de euros, confirmó el ministro de Recursos Hídricos, Vijai Goel, en una respuesta escrita al Parlamento en julio.
La construcción de plantas de tratamiento de aguas y de alcantarillas era una parte importante de estos planes, pero en unos casos no fueron suficientes y en otros ni siquiera llegaron a materializarse.
Es el caso de 17 centros de tratamiento de aguas previstos en el último plan pero que todavía no han comenzado a construirse, reconoció al NGT en octubre el organismo público encargado de gestionar las aguas residuales en la capital, el Delhi Jal Board.
El problema es que solo el 46 % de la ciudad de Delhi tiene alcantarillado y las plantas que reciben los vertidos apenas funcionan al 40 % de su capacidad, denunció a Efe Alok K Sikka, investigador principal de la sección india del Instituto Internacional para la Gestión del Agua (IWMI).
Lo que es más grave es que el 54 % restante acaba en pozos negros diseminados en toda la ciudad hasta que son recuperadas con camiones y vertidas directamente al Yamuna, explicó otro miembro de esta organización de investigación científica, Krishna Rao.
La contaminación en el río está directamente relacionada con la campaña gubernamental lanzada en 2014 “Limpia la India”, que pretende “que haya un retrete en cada casa”, dijo.
Pero según Rao “nadie está pensando en qué pasa con las aguas sucias”.
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