Año 2009. El aún líder de la oposición, Mariano Rajoy, llamaba a los militantes del PP a manifestarse y defender su posición “a favor de la vida”. Este domingo, cinco años después, la V Marcha por la Vida, convocada por las plataformas Derecho a vivir y hazteoir.org, volvió a llenar las calles de Madrid bajo el lema 'SOS. España: 300 muertos al día'. Pero esta vez, con el foco puesto en la “traición” de un partido que llevaba en su programa electoral de 2011 una reforma de la ley.
Desde la Gran Vía madrileña hasta la glorieta de Ruiz Giménez la megafonía de un autobús, seguido de una marcha de nuevos indignados, recordaba la página 108 del programa electoral de Rajoy: “Cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida”. Después, se oía una grabación del presidente: “El programa electoral no es un puñado de promesas a los ciudadanos; es una lista de tareas”.
Y abucheos. “Es una vergüenza. Se posicionaron contra el aborto para conseguir nuestros votos y, al final, es todo mentira”, protestaba Javier, de 28 años, al paso de la marcha, mientras afirmaba no ser votante del Partido Popular: “Ya no”.
De hecho, esa era la respuesta de muchos de los manifestantes. “En las europeas ya no les hemos votado”, afirmaban indignados Enrique Barbasan y Gabriela Martialay, de 30 y 26 años. Su voto fue para Vox, como el de otra exvotante 'popular' que después de casi 40 años cambió el signo de su papeleta para apoyar al partido de Santiago Abascal.
“Se aprovechan de que los partidos más a la derecha aún no tienen fuerza y creen que vamos a seguir votándoles”, explicaba Barbasan, para quien la corrupción y la economía pasa a un segundo plano porque “hay cosas, como la vida, que son fundamentales”.
El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, aseguró en julio que llevaría el proyecto ante el Consejo de Ministros antes de que finalizase el verano. Aún no lo ha hecho y el otoño comienza el martes, mientras el Ejecutivo se reúne los viernes. Los desencantados votantes populares ven en la decisión del Gobierno de guardar en un cajón el nuevo texto una “estrategia política” de un partido “sin convicciones”, afirmaba Carmen Pérez Rodríguez.
Donde mayor discrepancia había entre los asistentes era en la decisión que debe tomar ahora el ministro. Mientras unos le animaban a “seguir adelante”, otros exigían que dimita -como ha amenazado- “si no ha sido capaz de cumplir con su tarea”. Pero, sin duda, las mayores críticas han sido para Rajoy y su segunda, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. “Es ella la que lo ha frenado”, decían.
Desde el viernes se han celebrado Marchas por la Vida en 65 ciudades españolas, según los organizadores. Esta es la novena convocatoria 'provida' desde que Mariano Rayoy está en el Gobierno y las decimoquinta desde la aprobación de la ley Aído, en 2009.