Buenos Aires, 14 ene (EFE).- Después de casi un siglo de prohibiciones, Argentina inauguró este jueves un nuevo capítulo de su historia con la promulgación de la ley para la interrupción legal del embarazo (IVE), culminando de este modo un proceso que arrancó hace años en las calles y que hoy llega al desenlace tan deseado por la “marea verde”.
En un acto breve pero cargado de emociones, el presidente argentino, Alberto Fernández, rubricó su firma en el decreto de la ley de IVE, la número 27.610, entre los aplausos y los vítores de las feministas que asistieron a la Casa Rosada para presenciar la promulgación definitiva de esta norma.
Con el lema “Es ley” proyectado a sus espaldas, Fernández subrayó que el de hoy es “un día de felicidad para todos”, puesto que esta ley permite crear una sociedad “un poco más igualitaria y un poco más justa”.
“Créanme que estoy muy feliz de estar poniéndole fin al patriarcado, una gran injusticia que se vivía durante siglos en la humanidad. Es un gran paso el que estamos dando, igualando en sus derechos a las mujeres con los hombres, y dándoles a las mujeres la posibilidad de decidir”, afirmó el jefe de Estado argentino.
La promulgación de la ley por el Ejecutivo es el último paso para su entrada en vigor, después de que el pasado 30 de diciembre el Senado argentino validase la IVE por 38 votos a favor, 29 negativos y una abstención, en una votación que fue menos reñida de lo esperado.
LOS DETALLES DE LA LEY
Este mismo viernes, la ley se publicará en el Boletín Oficial y desde entonces restarán ocho días para que su cumplimiento sea obligatorio en todo el territorio nacional.
Esta normativa, impulsada por el propio Ejecutivo, permitirá interrumpir voluntariamente el embarazo hasta la semana 14 de gestación de forma segura, legal y gratuita, siempre en un máximo de 10 días desde su requerimiento.
Más allá de esas 14 semanas de plazo, el aborto sólo se permitirá bajo las dos causales existentes hasta ahora y que rigen desde la aprobación del Código Penal en 1921: cuando corra peligro la vida de la madre o si el embarazo fue por una violación.
“Estamos ampliando la capacidad de decidir, que no es poco. Es llamativo que en el siglo XXI estemos discutiendo estas cosas (...). Nadie puede sentirse en paz consigo mismo viviendo en una sociedad sin igualdad, y la primera igualdad es que todos somos seres humanos y nadie pesa por su sexo más que otro”, argumentó el presidente argentino.
Poner fin a la clandestinidad, que cada año acababa con la vida de decenas de mujeres en Argentina, fue uno de los objetivos principales de esta ley, tal y como recordó en su intervención la secretaria Legal y Técnica del país austral, la abogada Vilma Ibarra.
“(Había) un gravísimo problema de salud pública en Argentina, que es el aborto clandestino. Allí las mujeres han visto afectadas su salud, allí, en esa clandestinidad, se han visto humilladas, y hoy venimos a reparar esto”, dijo Ibarra, visiblemente emocionada.
Para los colectivos feministas que durante años clamaron por el aborto voluntario, este día supone el principio de “una nueva etapa”, en la que supervisarán de forma estrecha el cumplimiento de la ley.
“Estamos muy contentas y satisfechas por el trabajo realizado. En este día comienza una nueva etapa para la campaña tras 15 años de habernos organizado para lograr la ley. Seguiremos militando para que se implementen todos los derechos en todos los territorios”, aseguró a Efe en una conversación telefónica Jenny Rueda, portavoz de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
DESAFÍOS EN LA IMPLEMENTACIÓN
El Ministerio de Salud será el encargado de implementar la ley mediante el abastecimiento de Misoprostol -medicamento que provoca el aborto- en el sistema de salud público, además de con la incorporación de la IVE en el programa médico obligatorio para las mutuas médicas privadas y el sistema de obras sociales, los otros dos subsistemas de salud en Argentina.
Aunque se prevé que el IVE se aplique con mayor rapidez y facilidad en aquellas provincias que ya practicaban la interrupción legal del embarazo (ILE) -en aquellas causales en las que estaba permitido-, todavía existen provincias donde este protocolo no fue aprobado o donde está prohibida la compra de Misoprostol.
De hecho, legisladores de distintas regiones, desde la norteña de Salta hasta la provincia central de Tucumán, ya han anunciado acciones de “inconstitucionalidad” para echar por tierra esta ley, de forma que será presumiblemente la Corte Suprema la que tendrá la última palabra.
“Yo sueño con que todos entendamos con esta amplitud lo que hoy estamos logrando, y que dejen de existir los colores que dividen a las mujeres, y todos empecemos a ver una oportunidad para una sociedad mejor a partir de hoy”, sostuvo a este respecto el presidente argentino.
UN AVANCE PARA TODA AMÉRICA LATINA
En cualquier caso, la legalización del aborto voluntario consolida a Argentina como uno de los referentes de América Latina en avances sociales, sumándose a otros hitos como la aprobación del matrimonio igualitario en el 2010 y la ley de identidad de género en 2012.
Los únicos territorios que permiten la interrupción voluntaria del embarazo en la región son Cuba, Uruguay, Puerto Rico y Guyana, además de Ciudad de México y el estado mexicano de Oaxaca, un club al que desde hoy se suma también Argentina.
“Estamos haciendo historia. La lucha es el motor de la historia, los derechos y las libertades siempre se conquistaron con lucha, y hoy estamos acá porque se conjugó una larga historia de luchas”, afirmó durante el acto la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta.
Después de un 2020 marcado por la pandemia de coronavirus y el agravamiento de la crisis económica, la promulgación de esta ley supone un balón de oxígeno para el presidente Alberto Fernández, que en su discurso de este jueves enfatizó el valor de la palabra en política.
“He cumplido mi palabra, hoy tenemos una mejor sociedad, hoy tenemos una sociedad más igualitaria, hoy empezamos a escribir otra historia, la de buscar más derechos donde los desequilibrios aún existen. No terminó aquí la batalla por la igualdad”, concluyó el mandatario peronista.
Javier Castro Bugarín