Mayo era el mes para vacunar contra la COVID-19 a todos los mayores de 60 años y, al ritmo actual, probablemente se consiga antes de que termine. Tienen al menos una dosis casi el 89% de ciudadanos de esa edad: el 100% de los que superan los 80; el 93% de los de 70; el 79% de los de 60. Quedan algo más de un millón sin ninguna, y se ponen de media casi 400.000 inyecciones al día. Así que varias comunidades autónomas ya han comenzado con la siguiente generación: los nacidos entre 1962 y 1971, los que tienen entre 50 y 59 años. La estrategia nacional, hasta ahora, solo dice sobre ellos que “recibirán la vacuna que se considere en función de la disponibilidad, el contexto de la pandemia y de las evidencias”, sin plan específico. En la última actualización, sacada adelante este martes, la Comisión de Salud Pública (en la que están los directores de Salud Pública del Ministerio y de las Comunidades) ha decidido dirigir explícitamente para ellos Janssen.
El uso de Janssen ya estaba aprobado para personas de entre 50 y 59 años, en la práctica ya se les podía dar. Este grupo tiene autorización en España para recibir cualquier vacuna menos la de AstraZeneca/Universidad de Oxford, que sí ha sido suspendida para los menores de 60 años por su vínculo con unos muy pocos casos de trombos. Así que para ellos quedan Pfizer/BioNTech, Moderna y Janssen. A día de hoy a este grupo se les está administrando principalmente Pfizer, confirman las organizaciones del sector, por ser la vacuna de la que más dosis disponemos y porque es la que se ha utilizado mayoritariamente para los mayores de 80, y estos ya están cubiertos. Desde Pfizer han mandado en total, desde diciembre, 15,3 millones (ahora, 1,2 a la semana) de dosis. Desde Janssen, 272.400, aunque se esperan 5 millones hasta finales de junio.
En varias comunidades ya han comenzado con la generación de 50, aunque en ninguna han terminado al 100% con los de 60-70 ni con los de 70-80. Las que han anunciado que comienzan son la Comunidad de Madrid y la Región de Murcia, también están citando y haciéndolo ya en Andalucía, Aragón y Navarra, y Castilla-La Mancha. De 50 a 59 tienen una vacuna el 15,8% en España, una parte son los profesionales esenciales a los que sí se dio AstraZeneca en un primer momento. Lo primordial, recuerdan todos los profesionales, es proteger a los más vulnerables, sobre todo mayores a partir de 60, porque eso es lo que ya disminuye la letalidad y la presión en UCI. Pero el colectivo de 50 a 59 es importante porque, aunque no es el de mayor peligro por edad, sí que tiene ya asociados riesgos si contrae la COVID-19. Y porque en su caso se suma, abunda María José García Alumbrero, portavoz del sindicato de enfermeras SATSE, que “es una población ocupada, que trabaja, que se relaciona con muchos otros grupos de edad y, por tanto, central”.
Inmaculada Cuesta, representante del Consejo General de Enfermería, vocal en la Asociación Enfermería y Vacunas (ANENVAC), y una de las firmantes de la estrategia nacional, explica que, en estos momentos, “las comunidades están decidiendo con este grupo en función de su stock y de cómo se puedan organizar. Como hay mucha disponibilidad de Pfizer, se está poniendo esa. Pero si llegado un punto reciben muchas de Janssen, serán esas”. El Ministerio y los técnicos de comunidades y externos que participan en la estrategia trabajan en una nueva actualización, que ya será la séptima, abunda Cuesta.
Pero en estos momentos, el principal fleco suelto que tratan es qué segunda pauta se dará a los menores de 60 a los que se dio esa primera de AstraZeneca. El Ministerio ha pospuesto esa decisión a la semana que viene, a la espera de resultados de estudios que tienen en marcha sobre la efectividad de darles una segunda de Pfizer. Mientras tanto, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha vuelto a recomendar la aplicación de la pauta completa de AstraZeneca. “No hay indicios de que haya problemas con una segunda dosis”, han asegurado este miércoles, y ha recordado que “faltan datos” para saber si conviene combinarlas con otras de ARN mensajero. En España, además de este tema, también queda por resolver la situación de los migrantes en situación irregular, no incluidos en el plan.
Falta de instrucciones claras y riesgo de acabar almacenando dosis
José Antonio Forcada, presidente de ANENVAC, cree que falta por ahora “una instrucción clara por parte del Consejo Interterritorial [el órgano que reúne a la ministra Carolina Darias con los consejeros de salud de las comunidades] sobre qué hacer con los menores de 60”. Hay comunidades que están recibiendo, o van a recibir pronto, “más vacunas que gente hay dentro de la estructura de mayores de 60. Entonces, es lógico que tomen decisiones y comiencen a poner Pfizer. Y luego Janssen, cuando comiencen a recibir más, como es la previsión”. En el sindicato de enfermeras SATSE también han recabado que “cada comunidad está haciendo la campaña de los mayores de 50 en función de existencias y avanzando todo lo posible”, comenta su portavoz, García Alumbreros.
A los menores de 60 no se les da en España AstraZeneca en ningún caso actualmente, ni como segunda dosis ni como primera. Es con la que se está vacunando mayoritariamente a los de entre 60 o 69. Muchos profesionales son críticos con la decisión de suspenderla en ese tramo de edades. Forcada lo es, entre otros motivos, porque a esa estrategia le ve un problema inmediato relacionado con la protección de los de 50: la vacuna (que también está desarrollada por la Universidad de Oxford) se está utilizando mayoritariamente en el grupo de 60 años; cuando se cumpla con ellos, y también con los de 70, podrán sobrar. El plazo entre pautas de AstraZeneca es de tres meses, así que no toca comenzar a poner las segundas a las personas de 60 que se vacunaron en abril (las primeras) hasta julio. “Cuando acabemos con los de más de 60, y esperando a la segunda pauta, solo queda almacenarlas. Hasta que alguna autonomía decida que sí las va a usar”.
El ritmo de vacunación en España se ha encauzado. Cada semana se baten récords diarios, la pasada se rozaron los 600.000 pinchazos al día, lo cual supone más del 1% de la población española vacunada en una sola jornada. Es gracias a que llegan más vacunas de las compañías y, sobre todo, a la labor de las profesionales sanitarias. “Lo que vivíamos al principio”, cuentan desde SATSE, “es que en muchos sitios nos decían que no vacunaban por las tardes, ni fines de semana, porque no tenían dosis. En el momento en el que se ha garantizado el suministro y el material, se ha agilizado enormemente. Porque las enfermeras estamos dispuestas a vacunar, se han ofrecido a turnos más allá de nuestra jornada laboral. Con una situación desigual respecto a las compensaciones, aunque ninguna puede presumir del todo de las retribuciones”.