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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Los aspirantes a MIR se revuelven contra la decisión de Sanidad de elegir las plazas mediante listas 'a ciegas'

Sanidad insiste. El Ministerio que dirige Carolina Darias ha decidido, como intentó el año pasado, que la elección de las plazas llamadas de Formación Sanitaria Especializada (las MIR y otras similares) se realice a distancia y sin capacidad de reacción por parte de los candidatos y candidatas, que tendrán que elaborar una lista de preferencias previa y esperar sentados a que el ordenador les asigne la primera plaza disponible. El rechazo que generó el año pasado esta misma propuesta en todos los estamentos implicados, que obligó al ministerio a rectificar –resolución del Tribunal Supremo en contra incluida–, no parece haber sido óbice para que Sanidad vuelva este año a la carga.

Unas 20.000 personas graduadas en alguno de los grados sanitarios, que deben repartirse 10.000 plazas, se consideran perjudicados por un sistema que no les permitirá corregir su elección sobre la marcha –como hasta ahora– en función de las plazas disponibles o de qué ha elegido su pareja, por ejemplo, y han convocado una manifestación el próximo día 25 frente a Sanidad. Son los aspirantes a MIR (Médico Interno Residente), FIR (igual, pero con los graduados en Farmacia), EIR (Enfermería), PIR (Psicología), QUIR (Química), RFIR (Radiofísico) o BIR (Biología), que se ven obligados a entregar una lista previa de especialidades y centros por toda España, en orden de preferencia, para que un ordenador les adjudique la primera disponible de su lista cuando les toque el turno. Hasta ahora –con la salvedad del año pasado por la pandemia– la elección se hacía en directo y en tiempo real: cada aspirante, llegado su turno, veía qué plazas estaban disponibles y elegía una a partir de esa información.

El Ministerio alega que “el procedimiento de adjudicación electrónica de plaza es seguro y fiable”, que cumple la normativa y que ya se ha practicado con anterioridad para los aspirantes de Farmacia, Biología, Química, Psicología y Física, en la convocatoria de hace seis años. Un portavoz de Sanidad explica que además el sistema es “trazable y transparente” en caso de reclamación, “más ágil, permitiendo la incorporación a la plaza adjudicada en plazos más cortos” y “más eficiente, ya que reduce desplazamientos innecesarios de los aspirantes a la sede del Ministerio de Sanidad”, lo cual es especialmente importante, según el ministerio, en pandemia para evitar contagios. Pero no ha convencido a nadie: aspirantes, sindicatos sanitarios, políticos y asociaciones profesionales ven el sistema injusto e inviable.

Alejandro Cuéllar, graduado en Medicina por la Universidad de Navarra, es el portavoz de la plataforma FSE Unida, que agrupa a unos 15.000 de los aspirantes. Explica este médico que además de personal para ellos, el problema afecta al conjunto de la sociedad. “Con este método puede haber muchas renuncias a las plazas cuando a la gente le adjudiquen alguna de las que ha puesto al azar –¿quién va a rellenar siete mil opciones?– y no le convenza, porque esto es una decisión de destino para cinco años, no se puede pedir traslado”, ilustra. Y plaza MIR perdida (o de cualquier otra disciplina), plaza que el sistema engulle y no devuelve. Perdida. “Y ese servicio de salud, ese consultorio, se quedarán con un residente menos durante cinco años”.

Una lista con 7.000 entradas

El sistema de elección de plazas, sean los MIR los PIR o cualquier otro, se realiza por orden de la nota obtenida en el examen que los aspirantes realizaron el pasado mes de marzo. El mejor cualificado elige plaza el primero (especialidad y en qué centro hacer la residencia), el segundo a continuación, etc. Cuando una plaza es adjudicada, se elimina de la lista, de manera que si el sistema de elección es en directo el aspirante puede ver qué plazas quedan disponibles cuando le toca el turno y elegir en consecuencia. O ver qué ha escogido su pareja o una amiga para intentar ajustarse a eso, si es su interés.

Este año no será así. Cada candidato deberá presentar ante el ministerio un listado con las plazas de su elección en orden de preferencia. Llegado su turno, el sistema le adjudicará la primera de su lista que esté disponible. La lista deberá estar entregada y no podrá modificarse cuando empiece la adjudicación. Para los primeros de la lista el problema puede no ser tan grave; les tocará una de sus elecciones favoritas. Pero, ¿cómo elige el que está en la lista el número 7.000? En un documento explicativo del sistema, Sanidad recomienda a los aspirantes “que realicen una solicitud de un número de plazas superior a su número de orden publicado en los listados definitivos”. Esto es, este aspirante con el número 7.000 tiene que elaborar un listado con al menos 7.000 elecciones por si todas y cada una de ellas son escogidas previamente por algún compañero. Les va a suceder a muchos MIR, el colectivo más numeroso en esta convocatoria –en todas–, que se reparten 7.989 plazas de 44 especialidades diferentes por hospitales de todo el Estado.

“Yo soy el número 5.415”, ejemplifica Cuéllar. “Sanidad me recomienda que me haga una lista con 5.416 opciones y añada otras 50 o 100 por si hay reclamaciones y cambios. Es inviable y nadie lo va a hacer, rellenarán cien opciones o así y el resto al azar”, añade. Esto de los cambios y/o reclamaciones es otra de las derivadas que puede provocar situaciones rocambolescas, advierte Cuéllar. Si un aspirante detecta un fallo en la adjudicación –por ejemplo, que le hayan dado una plaza que estaba en su lista a alguien que tenía un turno de elección posterior al suyo– puede reclamar, y si le dan la razón y le adjudican esa plaza, esto provocará un efecto dominó porque al liberarse su plaza, el aspirante que viene detrás podría solicitarla al abrirse nuevas opciones, y así sucesivamente.

El Ministerio se ha quedado solo defendiendo su propuesta. Ya lo intentó el año pasado el entonces ministro Salvador Illa, también aludiendo a la pandemia, pero la presión de los aspirantes, el rechazo de los profesionales y finalmente una resolución del Tribunal Supremo invalidando el método por una cuestión formal –ya resuelta este año– consiguieron anular la propuesta y cambiarla por un método mixto, en el que los aspirantes también tuvieron que elaborar listas, pero en turnos de 400 en vez de 8.000 y con la posibilidad de cambiar la lista en función de los resultados del día anterior. No era el ideal, admite Cuéllar, pero daba cierto margen. Este año no habrá posibilidad de cambiar la lista y la adjudicación se hará toda en el mismo día.

El rechazo al método no ha cambiado mucho este curso. Los principales sindicatos médicos y las asociaciones profesionales, además de algún político como la Consejera de Sanidad de Castilla y León, han rechazado el sistema. La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), por ejemplo, sostiene que el método elegido “no cumple con las garantías de calidad, ni de transparencia ni tampoco asegura un proceso justo para los opositores”.

No está todo dicho

Cuéllar explica que con este método, además, no se respeta el derecho a la conciliación de los aspirantes. “Al MIR se presenta gente de todo tipo, no solo hablamos de gente joven o recién graduada. Es muy habitual dejar correr turno para juntarte con tu pareja o quién sea y elegir conjuntamente”, explica. Con el sistema de este año esa posibilidad desaparece.

Los aspirantes tienen dos quejas más, ambas relacionadas con las ciertas prisas que parece tener Sanidad por incorporar a estos profesionales a los servicios sanitarios. La idea del ministerio es adjudicar las plazas entre el 20 y el 24 de junio y que el 30 empiecen en sus respectivos hospitales. Esto dejará una semana de margen a los escogidos para, en muchos casos, mudarse a otra localidad, en la que vivirán los próximos cinco años. La otra es que estas personas están sin vacunar. “¿Cómo nos van a dar la pauta de vacunación en una semana? ¿Nos van a meter en los servicios sin vacunar?”, se pregunta Cuéllar.

Pese a todo, hay dos pequeñas esperanzas para los aspirantes. Por un lado, la resolución por la que se establece el método de elección no se ha publicado en el BOE todavía, por lo que aún no es norma y es susceptible de ser cambiada. La otra buena noticia es que la Dirección General de Ordenación Profesional del ministerio, encargada de este asunto, ha convocado a FSE Unida a una reunión el próximo jueves para tratar la materia.