Baltasar Garzón no prevé que la querella argentina pueda sortear el muro de impunidad construido sobre los crímenes franquistas. Al menos no será fácil, ni pronto, cuando solvente los regates de España a la investigación. “Va a ser muy difícil que Servini acabe juzgando el franquismo”, apunta el exmagistrado de la Audiencia Nacional a eldiario.es antes de una conferencia sobre procesos penales organizada por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
La causa que sigue la jueza María Servini de Cubría desde el Juzgado Nacional y Correccional Número 1 de Buenos Aires (República Argentina) es “el único espacio que queda a las víctimas del franquismo para reclamar justicia”, sostiene Garzón. “España”, continúa, “desgraciadamente ha cerrado las puertas a esos crímenes que están todavía en la impunidad”.
En todo caso, “lo importante es el propio proceso abierto porque eso ya es reparación para las víctimas”, según el letrado que intentó juzgar los delitos cometidos durante la guerra civil y la dictadura. Un propósito que acabó en una instrucción contra el propio juez que fue finalmente apartado de la carrera judicial por su investigación del caso Gürtel.
Garzón pide que España facilite las exhumaciones
El camino de la causa seguida desde Argentina, predice, irá unido “a que se produzca un resultado tangible” respecto a los altos cargos franquistas imputados. “Ocurrió así en el caso Scilingo, Pinochet...”, precisa. Y en España ese paso enfrenta el boicot del Gobierno, el desentendimiento judicial y el último torpedo lanzado por la Fiscal General del Estado, Consuelo Madrigal. “Un despropósito”, califica Baltasar Garzón, fruto de las “diatribas” usadas como “aviso a navegantes” y dirigidas a los magistrados que han recibido los exhortos emitidos por Servini desde Buenos Aires para citar a los presuntos causantes de crímenes contra la humanidad.
“Los jueces tienen la obligación de proteger a las víctimas”, según Garzón. “Y esa protección en estos casos se puede visibilizar, si no en una investigación en profundidad, sí en la reparación facilitando las exhumaciones y asistiendo a las mismas”. Simplemente, subraya, “porque son personas las que están siendo encontradas, no son animales”.