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Bruselas cifra en 2.000 millones las dosis necesarias a partir de 2022 para los menores y las nuevas variantes del coronavirus

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
12 de abril de 2021 15:40 h

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El coronavirus parece que ha venido para quedarse durante bastante tiempo. La pandemia acaba de cumplir un año, la UE lleva vacunando a sus ciudadanos desde enero y esta semana llega la cuarta vacuna, la de Janssen, con el fin de alcanzar la velocidad de crucero suficiente para tener vacunada en verano el 70% de la población adulta.

Pero ahí no acaba la amenaza del coronavirus.

“Debemos estar preparados para las próximas etapas de la pandemia”, ha afirmado este lunes el portavoz sanitario de la Comisión Europea, Stefan De Keersmaecker: “Eso significa que tenemos que estar preparados para 2022 y los desafíos que tenemos por delante, como el hecho de que se necesita un segundo refuerzo”.

“Tenemos que estar preparados”, prosigue el portavoz comunitario, “para hacer frente a diversos acontecimientos actuales y futuros. Y debemos ser conscientes de la necesidad de vacunar en un tiempo determinado a los niños y adolescentes. Siguiendo esta reflexión, hemos identificado la necesidad de casi 2.000 millones de dosis que serían necesarias para abordar estos desafíos. Y sobre esta base, hemos lanzado un contrato con el apoyo de los Estados miembros y estar todos mejor preparados para abordar los desafíos que se avecinan a partir de 2022”.

Precisamente este lunes la Comisión Europea ha anunciado el desembarco de las vacunas de Janssen (Johnson&Johnson) en la UE. “Buenas noticias”, ha tuiteado la comisaria europea de Sanidad, Stella Kyriakides: “Hoy comienzan las entregas de la vacuna monodosis de Janssen”. 

“Esto ayudará a acelerar el acceso a las vacunas para los ciudadanos y garantizará que alcancemos nuestro objetivo de vacunar al 70% de la población adulta para el verano”, ha afirmado la chipriota.

La vacuna de Janssen (Johnson&Johnson) fue autorizada hace un mes y comienza a distribuirse en Europa poco antes de mediados mes, arañando unos días a las previsiones iniciales, que apuntaban a la segunda mitad de abril.

El comité de Comité de Evaluación de Riesgos de Farmacovigilancia (PRAC) de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), por su parte, comunicó el viernes que estaba analizando cuatro casos tromboembólicos después de la vacunación con el suero contra la COVID-19 elaborado por Janssen (Johnson&Johnson).

La Comisión Europea, tras el visto bueno de la EMA, ha concedido hasta el momento la autorización condicional de comercialización a la vacuna desarrollada por BioNTech y Pfizer el 21 de diciembre, a la desarrollada por Moderna el 6 de enero, a la de AstraZeneca el 29 de enero, y la de Janssen (Johnson&Johnson) el 11 de marzo.

Bruselas tiene firmados contratos con AstraZeneca (400 millones de dosis, si bien no se esperan más que 100 para la primera mitad del año), Sanofi-GSK (300 millones de dosis), Johnson & Johnson (400 millones de dosis), BioNTech-Pfizer (600 millones de dosis), CureVac (405 millones de dosis) y Moderna (460 millones de dosis). La Comisión Europea también ha mantenido conversaciones exploratorias con la empresa farmacéutica Novavax con vistas a adquirir hasta 200 millones de dosis y con Valneva con vistas a adquirir hasta 60 millones de dosis.

Mientras tanto, Alemania, la tradicional locomotora europea, ya ha dicho que está dispuesta a negociar un contrato con el fabricante de la vacuna rusa Sputnik V, que aún no ha sido aprobada por el regulador europeo, lo cual se aparta de la estrategia de la UE, erosionada por la competición entre países por las vacunas.

Así, en esas aguas revueltas, con AstraZeneca señalada y sin suficiente capacidad de producción, con la pandemia como arma electoral y política en toda Europa, donde la vacunación no termina de coger ritmo, la vacuna rusa Sputnik V cada vez tiene el campo más allanado para su aterrizaje. Mientras, el Ejecutivo comunitario recuerda que ha “lanzado un proceso de resolución de disputas con la empresa para llegar a un acuerdo sobre los temas pendientes”.

De acuerdo con los datos del Centro de Control de Enfermedades de la UE (ECDC), ya se han distribuido más de un millón de dosis de la vacuna rusa en Europa. Pero todas en Hungría.

La directora de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), Emer Cooke, dijo ante la comisión de Sanidad del Parlamento Europeo: “Estamos analizando la vacuna Sputnik V, hemos estado en conversaciones con la empresa, los representantes del fondo que ha desarrollado la vacuna, hemos aceptado una revisión continua de la Sputnik y estamos en proceso de evaluación y de poner en marcha las inspecciones. Esperamos que sea una vacuna valiosa para añadir a las vacunas que están disponibles en la UE y que obtenga una autorización en Europa con los mismos estándares de seguridad, calidad y eficacia que aplicamos para cada vacuna”.

Es decir, la Sputnik V aún se encuentra en una fase de evaluación preliminar por parte del regulador europeo, y sólo puede distribuirse en los países, como Hungría, con autorizaciones nacionales de emergencia.

Este viernes, el propio presidente del Gobierno no ha cerrado la posibilidad de que en España se suministre la vacuna rusa Sputnik, pero siempre que la autorice la Agencia Europea del Medicamento y con compras centralizadas por la UE, no de forma individual por cada país, y ha insistido en que las vacunas que se van a suministrar deben estar avaladas por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA): “Si Sputnik lo tiene (el aval), evidentemente que será una de las vacunas que incorporemos al dossier de vacunas no sólo en Alemania, sino en todos los países de Europa”.