Los caballos fueron domesticados dos veces: la segunda transformó el mundo
Todos los caballos domésticos que viven hoy en el planeta tienen su origen en las estepas de Rusia occidental, desde donde se expandieron hace alrededor de 4.200 años, más tarde de lo que se pensaba. Es la principal conclusión de un estudio de análisis de ADN antiguo que se publica este jueves en la revista Nature, liderado por Pablo Librado (CSIC) y Ludovic Orlando (CRNS), y que pone en duda el relato más aceptado entre los científicos sobre las sucesivas oleadas migratorias que reconfiguraron la población de Europa en la prehistoria.
Las fechas que surgen de este nuevo análisis contradicen las teorías que situaban la llegada de la cultura Yamnaya y de las lenguas protoindoeuropeas hace unos 5.000 años y atribuían su éxito a la superioridad de este nuevo medio de transporte. “Normalmente se invoca la movilidad en caballo como el gran motor de las migraciones humanas del pasado, y en este artículo mostramos que el uso del caballo como coche de la prehistoria solo ocurre hace 4.200 años”, explica Librado, científico titular del Institut de Biología Evolutiva de Barcelona (IBE). “Los yamnaya se expandieron de la estepa póntica a partir de hace 5.000 años y siempre se ha dicho que se expandieron gracias la caballo”, apunta. “Nosotros demostramos que no, que los caballos se domesticaron 800 años después de que estas poblaciones se empezaran a expandir”.
El comienzo de una nueva era
El nuevo estudio se basa en el análisis del genoma de 475 caballos antiguos y 77 modernos y el resultado indica que alrededor del año 2200 a. C. hubo un cambio distintivo en las prácticas de cría de caballos (incluida la introducción del apareamiento por parientes cercanos), que llevó al reemplazo de casi todos los linajes de caballos por linajes domésticos modernos. Esta nueva fecha, sostienen los autores, marca el comienzo de una nueva era en la historia de la humanidad, en la que los caballos aceleraron las redes de comunicación y comercio en toda Eurasia, catalizando intercambios e interacciones sin precedentes entre diversas culturas.
El paquete tecnológico de carro más caballo, el iPhone de la época, se expandió de este a oeste a una velocidad increíble
“Creemos que este paquete tecnológico de carro más caballo, que era como el iPhone de la época, se expandió de este a oeste a una velocidad increíble”, explica Librado a elDiario.es. “Porque vemos que empezaron a salir de la estepa póntica hace 4.200 años y llegaron a la península ibérica hace 4.000 años, es decir, en dos siglos cruzaron todo. Eso es una tasa de migración muy rápida”. Gracias a este punto de inflexión, la movilidad a caballo persistió como el modo de transporte terrestre más rápido hasta la llegada de los motores mecánicos en el siglo XX.
¿Cómo se pudo criar tan repentinamente un número tan sustancial de caballos en un área de domesticación relativamente pequeña para satisfacer la demanda cada vez más global a principios del segundo milenio antes de Cristo?, se pregunta Ludovic Orlando. “Ahora tenemos una respuesta. Los criadores controlaron tan bien la reproducción del animal que redujeron casi a la mitad el intervalo de tiempo entre dos generaciones. En pocas palabras, pudieron acelerar el proceso de reproducción, duplicando efectivamente su tasa de producción”.
Una primera domesticación aislada
Otro hallazgo interesante de este estudio es que documenta otra domesticación anterior del caballo, que en algunos trabajos se identificaba como el origen de todo, que solo tuvo efectos locales. Se trata de los caballos encontrados en Botai, un sitio de Asia Central donde se ha informado y debatido evidencia de ordeño, enjaezado y acorralamiento de caballos. Esta domesticación, ocurrida hace unos 5.500 años, no tuvo como consecuencia migraciones de larga distancia, según los autores, ya que la genética de estos caballos permaneció confinada localmente y no se expandió por Eurasia.
“Nuestra evidencia apoya dos domesticaciones en caballos”, informa Orlando. “El primero tenía como objetivo proporcionar sustento a las poblaciones que habitaban las estepas de Asia Central. El caballo doméstico tal como lo conocemos surgió hace unos 4.200 años a partir de la segunda domesticación. Éste realmente transformó la historia de la humanidad al proporcionar movilidad rápida por primera vez”. “Hay un gran debate arqueológico, pero creemos que los Botai tenían una economía basada en el caballo”, comenta Librado. “Todo el mundo pensaba que estos eran los ancestros de los caballos actuales, pero nosotros descubrimos que en realidad son los antepasados de los caballos de Przewalski. Es decir, pertenecen a otro linaje que fue domesticado, pero permaneció como un fenómeno local”.
La protolengua indoeuropea no llegó a caballo
Si no fueron los yamnaya, ¿qué sabemos entonces sobre los criadores de los primeros caballos domesticados que dan origen a las poblaciones actuales? “Creemos que eran Sintashta, una cultura derivada parcialmente de la cultura Yamnaya”, explica el investigador español. “Lo que sabemos de estas culturas es que inventaron el carro de radios, que hubo una crisis climática de aridificación, una gran sequía, y que eso llevó a las sociedades a ser mucho más militarizadas. Por ejemplo, los arqueólogos saben que este es el origen de los asentamientos fortificados, porque cualquier tierra valiosa se protegía para mantenerla”.
Creemos que el contexto de sequía les llevó a buscar en el caballo un medio de movilidad que permitiera sostener a sus poblaciones
En opinión de Librado, aquel cambio climático pudo ser una motivación para dispersarse y buscar nuevas tierras. “Creemos que todo ese contexto histórico es el que les llevó a buscar en el caballo un medio de movilidad que permitiera sostener a poblaciones que hasta entonces se basaban en recursos más locales”. Entonces, ¿aquellos pioneros se subieron a los caballo por necesidad? “Es especulativo, pero lo que sabemos es que una vez tuvieron el caballo se expandieron por todas partes y cambiaron el mundo”, responde.
Este hallazgo afecta igualmente a la forma en que llegó la protolengua indoeuropea hasta estas zonas del planeta. Había dos grandes hipótesis, la que sitúa el origen en Anatolia (en la actual Turquía), y la que lo sitúa en la estepa, relata el experto. Esta segunda hipótesis es la que tenía más apoyos hasta que en 2023 un nuevo trabajo mostró que lo que pasó fue algo híbrido. “La hipótesis de la estepa, efectivamente, se apoyaba mucho en que los yamnaya se extendieron mucho al este y al oeste con caballos”, resume Librado. “Lo que nosotros vemos es que en Europa no es el caso, introdujeron las lenguas protoeuroepas a pie. El origen pudo ser estepario, pero no tuvo por qué ser a caballo”.
Reduciendo nuestra ignorancia
Germán Orizaola, experto en ecología evolutiva de la Universidad de Oviedo que ha participado en estudios de la evolución de los caballos, cree que el trabajo es “fascinante”. “Tiene un volumen de muestras de genoma espectacular, en muchísimos siglos y en una etapa muy importante de domesticación y movimientos humanos”, asegura. Lo más interesante para él es esa mezcla, que un trabajo que parte de los biológico acabe llegando a conclusiones sobre los movimientos de población humana de Europa. “Lo más bonito es poder usar técnicas moleculares y bioinformáticas muy avanzadas para acabar explicando cuestiones que hasta hace cuatro días eran campo exclusivo de la arqueología y no podíamos entender”, concluye. “Son nuevas herramientas que nos permiten entender mucho mejor la historia humana”.
“Este estudio establece un punto referencia en el campo de la paleogenética no solo en la impresionante cantidad de datos de ADN antiguos generados y en el número de muestras datadas con radiocarbono (401, 140 nuevas), sino también en la escala de los análisis para interpretar todo esa información y extraer conclusiones útiles”, asegura David Díez-del-Molino, investigador líder del Centro de Paleogenética de la Universidad de Estocolmo. “Para mÍ, uno de los hitos más importantes es que las inferencias hechas en base a la especie doméstica además sirven para refinar de forma indirecta nuestro conocimiento sobre la historia humana y el funcionamiento de las sociedades antiguas”.
Felipe Criado, arqueólogo y director del Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC (Incipit), considera interesante que el trabajo modifique las conjeturas tradicionales es la expansión de los pueblos de lengua indoeuropea. “Dado que en el indoeuropeo antiguo el vocabulario relacionado con el caballo es muy dominante, la expansión de esos grupos lingüísticos hacia Europa Occidental habría que retrasarla desde el 3000 a. C., que hasta ahora se da como fecha más probable, al 2200 a. C.”, argumenta. En general, considera que se trata de un trabajo muy meritorio y completo y recuerda que, aunque puedan aparecer contradicciones entre estos datos y los modelos explicativos anteriores, “a menudo son consecuencia de nuestra ignorancia, porque nos sigue faltando el cuadro general”.
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