El obispo de Cádiz se retrata en el caso de Álex Salinas: “El comportamiento transexual es inmoral. Así no se puede apadrinar”
Primero dijo que no, después que sí y, finalmente, volvió a negarse. Después de varias semanas desaparecido, el obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, rompe su silencio para justificar su decisión de prohibir que Álex Salinas, el joven transexual de San Fernando, pueda ser padrino de bautismo de sus sobrinos. En una entrevista con la revista Vida Nueva, y sin haberse encontrado con el chico -tal y como prometió-, Zornoza asegura, tajante, que “el comportamiento transexual es inmoral. Así no puede apadrinar”.
Fue el culebrón del verano. Álex Salinas, un joven católico transexual de San Fernando de 21 años, iba a ser el padrino de bautismo de sus dos sobrinos -uno, ya nacido, y el otro, a punto de hacerlo-. Tras hacer los trámites, el párroco le comunicó que la Iglesia no le consideraba apto por su condición sexual. Después de que trascendiera el escándalo, y tras consultar con varios obispos, el prelado de Cádiz y Ceuta dio marcha atrás y anunció que no había problema en que Salinas participara en el bautizo. Al tiempo, el obispo, de vacaciones, se comprometía a reunirse con el chico a la vuelta del verano.
Sin embargo, el mismo día 1 de septiembre, Rafael Zornoza emitía un comunicado en el que aseguraba que, tras consultar con la Congregación para la Doctrina de la Fe, no iba a admitir a Salinas como padrino. La respuesta de la familia no se hizo esperar: si el tío no podía ser el padrino, los niños no serían bautizados. Álex, a su vez, anunció su intención de apostatar.
En la conversación con Vida Nueva, el obispo de Cádiz es sumamente duro con el chico, a quien acusa de montar un escándalo mediático y “demostrar propósitos y conductas que nada tenían que ver con la vida cristiana”.
Zornoza achaca a Roma la prohibición, una práctica muy habitual entre los obispos españoles cuando quieren escurrir el bulto: tirar por elevación. “La respuesta de Roma ha sido muy concreta y bien argumentada, sin márgenes a la interpretación”, apunta el obispo, quien detrás de la negativa intenta manipular las palabras del Papa Francisco: “He recordado de nuevo que la Iglesia está llamada a ser como ”un hospital de campaña“ que sale al encuentro de todos; que debemos situarnos en un ”cambio de época“, como recoge Evangelii gaudium, con grandes retos, y que hemos de afrontar nuevas situaciones con magnanimidad, prudencia pastoral y decisión”.
Sobre si la respuesta hubiera sido la misma sin conocimiento de la opinión pública, el obispo insiste en que “la respuesta sería la que ha sido, con fotógrafos o sin ellos. Lo que es inmoral es el comportamiento transexual, por lo que es incoherente con la fe de la Iglesia. Así no se puede apadrinar a nadie”.
Zornoza niega que su actitud esté opuesta a la del Papa, quien recibió a un transexual español y a su pareja el pasado mes de enero. “Francisco lo hace de maravilla y sus gestos conmueven al mundo. Pero no dice que da por bueno todo, ni renuncia a los presupuestos doctrinales o morales de la Iglesia, ni rebaja sus exigencias, ni les otorga derechos”, argumenta, denunciando una “interpretación equívoca” de las palabras de Bergoglio.
Aunque se esfuerza por alinearse dentro de la “Iglesia de la Misericordia” de Francisco, en todo momento Zornoza se refiere a Álex Salinas con inusitada dureza. “¿Se puede pasar en media hora de hacer ostentación de una vida cristiana cumplidora y coherente a despreciar el bautismo y promover la apostasía?”, señala el obispo de Cádiz, quien critica que “aún no se han hecho presentes los padres ni se ha visto al presunto bautizando. Un poco raro todo, ¿no?”.
“Dios nos ha creado varones y mujeres (”hombre y mujer los creó“) inscribiendo en nuestra naturaleza el orden de nuestra complementariedad en nuestra diferencia, la capacidad nupcial de amar que nos abre al amor eterno; que tenemos que luchar siempre contra nuestra concupiscencia, porque es costoso vivir en la unidad del ser y el obrar; que Cristo sale a nuestro encuentro y que con su gracia hace posible vivir nuestra vocación….”, concluye Zornoza, que en ningún momento explica por qué, dos meses después, aún no se ha reunido con el chico.