Las cuevas de hielo de los Picos de Europa se están fundiendo. Las cavidades heladas del macizo montañoso sufren una reducción manifiesta de sus masas de agua sólida y todo apunta a que el cambio climático está detrás de esta pérdida.
El aviso más reciente ha llegado desde Peña Castil, un de los ejemplos de estas cavidades con nieve imperecedera que se abre a 2.444 metros en el Macizo Central de Picos de Europa, muy cerca del Naranjo de Bulnes. Ricardo Soto, geólogo y responsable de la Escuela Asturiana de Piragüismo, se percató en una visita reciente de que no había nieve.
El paraje ha tenido una temperatura sostenida bajo cero lo que permite que se acumule hielo durante todo el año ya que la nieve perpetua ha hecho las veces de manto protector. “El caso es que el agua derretida se arrastra hacia el interior de la cueva y eso afectará al hielo fósil”, analiza Soto para eldiario.es tras su hallazgo.
El doctor en Geografía por la Universidad de Cantabria, Juan José González Trueba, explica sobre Peña Castil que “cabe la posibilidad de que se funda el hielo si sigue el ritmo actual de calentamiento, lo que supondría una pérdida importante de un patrimonio helado sin precedentes”.
El geógrafo evita ser alarmista: “Es necesario tener un registro más amplio en el tiempo para ver la evolución de los cambios”, pero, al mismo tiempo, explica que, en el último siglo, “la temperatura en alta montaña ha subido 1,2º fruto de un cambio global y el balance de masa de hielo estudiado ha sido negativo en los últimos 20 años”. Todo apunta a que es fruto de un calentamiento global y “lo que se funde y se pierde no se va a retroalimentar”.
Riqueza única
El hielo de las cuevas de Picos de Europa no son solo un síntoma del calentamiento planetario. Sus grandes volúmenes helados se acumulan en más de medio centenar de puntos en la cordillera cantábrica. Estos bloques de hielo perenne conforman una riqueza única en el patrimonio de estas montañas y podrían estar en una situación irreversible de peligro.
Las cuevas de hielo son excepcionales a nivel mundial. Constituyen un elemento muy singular porque su estudio científico proporciona información muy valiosa sobre climas pasados. El investigador de la Universidad de Valladolid, Manuel Gómez Lende, halló tras cinco años de exploraciones que en su interior se albergan capas heladas generadas durante la Pequeña Edad de Hielo (1300-1850), o incluso más antiguas. Ese hielo fósil es un indicador ambiental cuya dinámica ayuda a comprender el comportamiento climático pasado, actual y su respuesta ante el calentamiento global.
Gómez Lende dejó escrito en su estudio de 2015 que “la lucha contra el reloj frente a una inminente y definitiva pérdida de tan exclusivos registros climáticos es inevitable”. En algunos estudios el estrato superior del hielo data de hasta 500 años pero se desconoce hasta donde llega en sus partes más profundas.
Cavidades heladas como Peña Castil se han convertido en un atractivo turístico añadido a un espacio natural protegido muy visitado como son los Picos de Europa. Los científicos piden que “sin privar de nada a nadie”, conviene racionalizar el uso recreativo. Y añaden que “Picos de Europa es un medio muy frágil y sensible” y tan importante es preservar y estudiar las cavidades, como ver el impacto que la ingente proliferación de carreras de alta competición o la masiva afluencia de turistas está teniendo en todo el Parque.