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Ni el cambio climático frena a los aviones si traen ingresos: tras Barajas, llega la ampliación de Heathrow y asoma El Prat

El aeropuerto londinense de Heathrow

Raúl Rejón

31 de enero de 2025 22:12 h

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Nada frena los aviones cuando prometen ingresos. Tampoco la crisis climática impulsada por las emisiones de CO2 –también las de las aeronaves–. Este miércoles, la ampliación del aeropuerto de Heathrow recibió el pleno apoyo del Gobierno británico. El primer ministro, Keir Starmer, había rechazado el proyecto cuando estaba en la oposición y llegó a felicitar a los activistas que pararon en los tribunales el plan inicial.

Tras el proyecto para agrandar el aeropuerto de Madrid-Barajas llega la expansión del gran aeródromo londinense –ambos entre los que más emisiones de gases provocan en Europa–. Además, la idea de expandir El Prat de Barcelona ha retomado aire después de decaer por motivos ambientales. El nuevo president catalán, Salvador Illa (PSC), lo ha colocado como una prioridad.

La perspectiva de hacer crecer la economía (no solo en Gran Bretaña) gracias al tirón del tráfico aéreo se ha hecho irresistible. “El crecimiento es nuestra prioridad número uno. Es más importante que dejar en cero neto [las emisiones de CO2]”, ha dicho la ministra de Economía británica, Rachel Reeves. Reeves anunció este miércoles el apoyo al proyecto del aeropuerto ante un grupo de ejecutivos: “Siempre he sido clara respecto a que una tercera pista desataría más crecimiento, impulsaría la inversión e incrementaría las exportaciones”. Su jefe, Keir Starmer, había escrito en 2020: “No hay ningún reto más importante que la emergencia climática. Por eso he votado en contra de la ampliación de Heathrow”.

La aviación ya tiene un problema de crecimiento descontrolado. A este ritmo, en 2049, incluso con los mandatos de combustibles sostenibles (SAF) de la UE, se seguirá quemando tanto queroseno fósil como en 2023

Bosco Serrano Valverde Responsable de Combustibles Sostenibles para Aviación y Marítimo de Transport&Environment

En España el crecimiento de los vuelos está adherido a la idea de bonanza económica. La actividad de los aeropuertos crece y crece: tuvieron 309 millones de pasajeros en 2024, un 9% más de que el año anterior. El aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas fue el que más volumen registró con 66 millones, un crecimiento del 9,9%. El Josep Tarradellas Barcelona-El Prat creció aún más, al llegar a los 55 millones de pasajeros (un 10,3% respecto a 2023), según ha informado Aena. Hubo un récord absoluto de pasajeros internacionales en España, que rebasaron la barrera de los 100 millones.

La empresa sostiene que “el crecimiento sostenible en términos aeroportuarios, económicos y medioambientales de los aeropuertos contribuye a la generación de riqueza y empleo de los territorios”. Su presidente, Maurici Lucena, ha dicho recientemente que la descarbonización –eliminar las emisiones de CO2– requiere “fuerte crecimiento económico y productividad”.

A cambio de esas cifras, Barajas emite unos 7,8 millones de toneladas de CO2 al año. Y El Prat otros 3,9 millones aproximadamente, según el cálculo que hace Airport Tracker. Heathrow, por su parte, lanza a la atmósfera 19 millones de toneladas.“Heathrow es ya el segundo aeropuerto que más contamina en el mundo, así que cualquier plan para una tercera pista incrementará la emisiones de CO2”, dice la directora del programa de Clima y Sostenibilidad de la organización ODI Global (una de las creadoras del Air Tracker), Sarah Colenbrander, quien contrasta el estado “disfuncional que padece el sistema ferroviario” británico.

El economista jefe de la New Economics Foundation, Alex Chapman, cuenta a elDiario.es que “no solo va a ser increíblemente dañino para el clima, sino que va socavar la credibilidad de Gran Bretaña en cuanto a la lucha climática”. Según sus análisis, “todo lo que se ahorra en emisiones de CO2 por los planes de electrificación del Gobierno para 2030 puede deshacerse con cinco años de operaciones del aeropuerto ampliado”.

Sobre el impacto económico, sostiene que no se producirá ese impulso al crecimiento porque “la mayoría del tráfico aéreo es un vehículo para llevar turistas británicos fuera, no para viajes de negocios. Esto daña la economía de las zonas que están fuera del área de Londres y el sureste de Inglaterra”.

Sector privilegiado

Sin embargo, la idea de ampliar aeropuertos con vistas a engordar el PIB, a pesar del riesgo climático, está consolidada (en España, el turismo supone el 13% de la riqueza nacional). Aena planea agrandar hasta 13 aeropuertos para “garantizar que estén dimensionados para albergar la demanda futura”.

“El sector de la aviación ya tiene un grave problema de crecimiento descontrolado”, analiza el responsable de Combustibles Sostenibles para Aviación y Marítimo de Transport&Environment, Bosco Serrano Valverde. Al ritmo actual, “en 2049 habrá un aumento del 59% en el consumo de combustible. Incluso con los mandatos de combustibles sostenibles (SAF) establecidos en la UE, se seguirá quemando tanto queroseno fósil como en 2023”.

En esta línea, el último Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero de 2023 en España refleja que el total nacional bajó un 7,6% respecto al año anterior. Todos los sectores redujeron el CO2 inyectado a la atmósfera excepto uno: la aviación interna, que creció un 8%.

Las emisiones de CO2 de los aviones no están mencionadas en el Acuerdo de París contra el cambio climático de 2015. Las medidas del sector aéreo hasta ahora para recortar el gas invernadero que lanzan no están en el camino adecuado, según la Organización Internacional de la Energía (OIE), que pide más esfuerzos en nuevos combustibles, nuevos diseños de aeronaves y “restricción de la demanda”.

Estos proyectos no mejoran la movilidad diaria de la población. Los que utilizan el transporte aéreo son una minoría. No hay una demanda social para ampliar aeropuertos, sino que responde más a la búsqueda de ampliar el turismo masivo

Pablo Muñoz Responsable de Transporte en Ecologistas en Acción

El pasado 15 de enero, el consejero delegado de IAG, Luis Gallego, dijo en el Spain Investors Day que “la aviación se tiene que descarbonizar o no existiremos”. Pero, a continuación, admitía que la nueva generación de aviones, “que pueden durar 20 o 25 años, está lejos de las cero emisiones netas”. De hecho, subrayó que “un avión de hidrógeno de medio radio tomará mucho tiempo [verlo], y de largo radio será muy difícil que lo veamos en un espacio de tiempo razonable”. Gallego apostaba por los combustibles sostenibles (SAF): “No hay. Debemos estimular la producción”.

El responsable de transportes en Ecologistas en Acción, Pablo Muñoz, añade un elemento al daño al clima: la salud. “Los aeropuertos son grandes generadores de contaminación del aire que causa enfermedades. También de ruido para decenas de miles de vecinos”.

El ecologista reflexiona: “Estos proyectos no mejoran la movilidad diaria de la población. Los que utilizan el transporte aéreo son una minoría. No hay una demanda social para ampliar aeropuertos, sino que responde más a la búsqueda de ampliar el turismo masivo, con los problemas asociados que esto crea en las ciudades y los territorios”.

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