El presidente del PP, Pablo Casado, consiguió tres sobresalientes exprés en las asignaturas que no le convalidaron durante el máster de derecho autonómico que cursó en la Universidad Rey Juan Carlos en 2009: en 15 días, después de que la universidad le librara de 18 asignaturas, pudo redactar sus trabajos y obtener la máxima calificación para esas materias, según la exposición razonada que la jueza Carmen Rodríguez-Medel ha hecho para elevar la causa al Tribunal Supremo.
Esta productividad académica “poco verosímil”, según la instructora, también afectó a las otras tres alumnas ahora imputadas: “El grupo escogido”, los llama Rodríguez-Medel. Le parece poco creíble que estos alumnos “que no iban a clase” pudieran lograr, todos ellos, “la calificación de sobresaliente en tres de las cuatro asignaturas”.
Así, en el caso de Pablo Casado, el 3 de febrero de 2009 se le modifica la matrícula “fruto de la convalidación efectuada”, es decir, de las 22 materias de las que constaba el programa, solo quedarán cuatro pendientes de cursase (eso le reportó a Casado un ahorro de 600 euros en el coste global del máster). El 9 de febrero el vicerrector encargado de esta área firma la comunicación y “se le envía al alumno”.
El panorama quedó como sigue: a Pablo Casado le faltaban cuatro asignaturas para tener superado el máster en derecho autonómico. Dicho y hecho, en poco más de dos semanas el máster estaba casi finiquitado ya que el 26 de febrero de 2009 “la calificación de las tres asignaturas se registra en la aplicación informática”. Esas asignatura se despacharon con trabajos, según ha relatado el propio Casado, preparados y revisados en 15 días. ¿Calificación? Sobresaliente –a pesar de que las guías docentes del curso pedían que se asistiera a clase para acceder a la máxima nota–. Solo la cuarta asignatura tiene fecha de acta de julio de 2009 y era...“la del trabajo de investigación”, recoge la exposición.
Esta dinámica y cronología se repite para ese grupo del alumnado, según las pesquisas judiciales, que contó con convalidaciones múltiples y sobresalientes frente a lo que la jueza llama “alumnos ordinarios” a los que, además, se les exigió la defensa pública del trabajo de fin de máster. “Se les convocó a la defensa de un trabajo ante un tribunal”, explica la instructora. “Han aportado correos electrónicos con dicha convocatoria”, escribe la jueza.