Casos confirmados, contagios locales y mascarillas: seis preguntas y respuestas para huir del pánico sobre el coronavirus
El primer caso de contagio local de coronavirus en España ha puesto sobre la mesa dos conceptos que no habían estado de relieve estos días de parafernalia informativa sobre el Covid-19: casos autóctonos e importados.
En España hasta este miércoles se habían confirmado solo casos 'importados'. Es decir, los positivos confirmados en Madrid, Castellón, Barcelona, Tenerife y La Gomera (Canarias) eran personas que habían estado recientemente en Italia y habían contraído allí el virus. Lo mismo sucedía con los dos primeros casos en territorio español: el primero, también en La Gomera era un turista alemán; el segundo, en Baleares, uno británico. Estos dos, que ya fueron dados de alta, habían tenido contacto con personas infectadas antes de cruzar nuestras fronteras. Este jueves se han confirmado dos casos más de contagio local en Madrid y el número total de contagios detectados en el país se ha elevado a quince.
Que se hayan producido contagios dentro de España es relevante a nivel epidemiológico e implica la adopción de otras medidas de prevención. El Ministerio de Sanidad tiene previstos unos protocolos de diagnóstico y atención en constante revisión, que se han reforzado estos últimos días. Todo queda establecido en ellos: desde cómo se investiga a un paciente hasta qué medidas hay que tomar. También cuáles no hay que tener en cuenta: por ejemplo, el uso de mascarillas, que no para de extenderse innecesariamente entre personas sanas.
¿Es más peligroso un caso autóctono?
Los esfuerzos de las autoridades sanitarias se centran ahora en minimizar los riesgos de contagio entre pacientes que no hubieran estado identificados hasta el momento. El caso de Sevilla ha surgido precisamente por el cambio en los protocolos que se acordó en el Consejo Interterritorial, del que participan el ministerio y todos los consejeros de Sanidad de todas las Comunidades Autónomas. A partir de este martes se han comenzado a analizar de forma generalizada a personas con neumonía –la enfermedad que provoca el virus– que no tuvieran otros factores de riesgo, como haber viajado a zonas de riesgo o haber entrado en contacto con personas infectadas. El peligro de estos casos es que, al no haberse tenido en cuenta el riesgo de contagio, las personas infectadas no hubieran tenido las precauciones necesarias para no contagiar a otras. De todas maneras, las autoridades andaluzas señalaban que un paciente con neumonía (como es el caso que se ha comprobado) exige medidas de prevención similares a las que se aplican a un caso de coronavirus.
¿Cómo se confirma un caso?
El protocolo que elaboró el Ministerio de Sanidad, y que se encuentra en constante actualización, establece dos pruebas para los casos sospechosos: la PCR (siglas de 'reacción en cadena de la polimerasa') de screening, en el centro hospitalario al que acuda el paciente, y la PCR de confirmación, en el Centro Nacional de Microbiología (CNM) de Madrid. Hasta esta semana, los positivos los había anunciado Sanidad, tras esa segunda prueba. Los de esta semana los han declarado las comunidades autónomas, antes de mandar la muestra al CNM.
La primera PCR tiene “un margen fallo muy bajo”, explican desde la Sociedad Española de Epidemiología (SEE). El ministro Salvador Illa también lo respaldó así en rueda de prensa de este martes: “Centros como el Clínic de Barcelona están perfectamente acreditados para confirmar el positivo”. Así lo atestigua Benito Almirante, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d'Hebrón: “Hace falta una prueba de confirmación para hacer las cosas bien, pero se puede dar como 100%”. Que las comunidades se hayan adelantado a los anuncios de Sanidad en los casos de esta semana puede deberse, opina Almirante, “al aumento de demanda de la población desde que se ha dado la situación en Italia: el CNM se desbordaría ahora mismo si tuviera que hacer todas las pruebas de manera inmediata”.
¿Quién puede ser 'sospechoso'?
Un caso “en investigación” o “sospechoso” es aquella persona que tiene síntomas –parecidos a la gripe común– y ha estado en una zona de riesgo. Hasta ayer martes, “zona de riesgo” era Wuhan (China), pero tras la última revisión del protocolo del Consejo Interterritorial, lo es también Japón, Corea del Sur, Irán y el norte de Italia. Mucha gente española tiene relación con esta última zona y eso ha provocado desde este fin de semana, relata Almirante, “una avalancha de personas que visitan centros como el Vall d'Hebrón”. ¿Está justificado? “Sí. Es mejor pasarse por exceso que infraestimar la posibilidad de infección en plena etapa de erradicación. Si se tiene sospechas reales, hay que ir al médico, con calma”. El ministro también lo pidió: “Si se ha estado los últimos 14 días en esos lugares y se tienen síntomas gripales leves, hay que acudir al centro sanitario como prevención, para confirmar o descartar”. También recomendó, si puede evitarse, no visitarlos.
El Consejo Interterritorial también añadió el martes una nueva definición de “sospechoso”: aquellas personas aquejadas de neumonía o con alguna otra infección respiratoria grave que no conozcan su origen, aunque no hayan estado en zona de riesgo recientemente. A los sospechosos se les realizará una prueba de laboratorio. Gracias a esta actualización, se diagnosticó al paciente de Sevilla, que llevaba ingresado varios días. Pero en las últimas semanas varios casos sospechosos han trascendido a los medios de comunicación. La inmensa mayoría han resultado hasta ahora descartados, es decir, han dado negativo en las dos PCR. Los sospechosos, en todo caso, tienen que permanecer aislados en un primer momento, hasta confirmarse o descartarse.
¿Tiene sentido aislar a 1.000 personas en un hotel?
Los casi mil turistas y trabajadores que se encontraban en el mismo hotel que el matrimonio italiano de Adeje (Tenerife) siguen en aislamiento dentro del mismo complejo, controlados por la Dirección de Salud canaria. El protocolo establece “vigilancia activa” para “cualquier persona asintomática” que haya estado a menos de dos metros de un caso confirmado, haciendo “vida normal” y con medidas de higiene básicas.“Es una medida proporcionada porque hay que evaluar a todos para minimizar el riesgo de propagación. En un establecimiento así, cualquiera ha podido tener un acercamiento y es muy difícil discernir quién sí y quién no ”, razona Benito Almirante, “y durará un par de días, hasta que la cuestión esté resuelta. Son personas sanas y, mientras nadie presente síntomas ni sea diagnosticado, es pura prevención”.
¿Sirve de algo usar mascarillas?
Sanidad ha sido muy clara para todas las personas que no hayan estado en contacto con un confirmado –la inmensa mayoría en España–. Las únicas medidas eficientes y cabales para contener la propagación de este tipo de virus –también para la gripe común– son “evitar el contacto cercano con otras personas”, en el caso de que se sufra una infección respiratoria; “cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo desechable” al toser o estornudar; “evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca”; y “lavarse las manos” con frecuencia. Nada más.
Estos días hemos podido ver en la televisión a algunos reporteros o viandantes en Italia usando mascarillas. Su venta se ha disparado en España un 8.000%, según la Federación de Distribuidores Farmacéuticos. El Colegio de Farmacéuticos ha pedido que no se compren. “Hay que tenerlo claro: no tienen ninguna eficiencia a nivel masivo y comunitario”, afirman en la Sociedad de Epidemiología. Benito Almirante recuerda que las mascarillas “protegen al enfermo de contagiar, no a una persona sana de ser contagiada”. Desde ambas sociedades, la de Epidemiología y la de Infecciosas, subrayan que solo están indicadas para personal sanitario y pacientes; todo lo demás, como llevarlas en transportes o por la calle, es “absurdo” e “inadecuado”.
¿Es una gripe o es una enfermedad mortal?
Ayer lunes, la Organización Mundial de la Salud advirtió que debemos estar preparados para cualquier escenario, pero hay que saber que el coronavirus no ha llegado a niveles de pandemia y sigue como epidemia. El director general, Adhanom Ghebreyesus, sostenía que “puede ser contenido” todavía. Aun cuando finalmente en algún momento se declare una “pandemia”, nada cambiaría en la práctica. Eso es solo una categorización política: la OMS define a la pandemia como “la propagación mundial de una nueva enfermedad”, algo que estrictamente ya está sucediendo, como explican desde la SEE. Solo habría que cambiar los parámetros de medición.
Como reiteran desde la SEE, la urgencia ahora mismo es que, a nivel epidemiológico, el virus no se convierta en algo parecido al de la gripe común, una enfermedad estacional que, aunque para la mayoría de la gente no es mortal y se haya normalizado, constituye un problema de salud pública. “Hay que tomar todas las medidas suficientes para evitar tener dos enfermedades así”, pero a la vez “hay que relativizar: convivimos ya con virus similares y nos adaptaremos de una forma u otra”. La tasa de mortalidad fuera de la región de Wuhan está en el 0,7%, según la OMS. La de la gripe común, en torno al 0,1%.
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