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El Gobierno de Cifuentes impone a directores en contra de la voluntad de los colegios con una selección opaca

A Ana Isabel Serrano, exdirectora del CEIP Miguel Hernández de Getafe, aún le cuesta creer que el colegio que ha dirigido en los últimos cuatro años pase a estar capitaneado a partir de septiembre por un equipo totalmente desconocido para el claustro de profesores y las familias y que no cuenta con el respaldo de la comunidad educativa.

Esta nueva directora no ha sido designada según el procedimiento ordinario en estos casos, sino directamente puesta por la Comunidad de Madrid en un proceso “extraordinario” y opaco contemplado en el artículo 137 de la LOMCE y reservado únicamente para tres supuestos: “en ausencia de candidatos –lo que ocurre oficialmente en el Miguel Hernández–, en centros de nueva creación o cuando la Comisión correspondiente no haya seleccionado a ningún aspirante”.

El antiguo equipo directivo del colegio de Getafe no presentó oficialmente su candidatura para continuar en el centro porque la directora quería volver a las aulas. Fuera de tiempo, el jefe de estudios junto a la secretaria y a otra docente del centro hizo un ofrecimiento a la inspección para formar equipo directivo y tomar las riendas del curso en septiembre, un procedimiento habitual y aceptado hasta ahora que permite dar continuidad a los proyectos educativos. “La inspección se llegó a entrevistar con el jefe de estudios”, asegura Serrano.

Pero finalmente la propuesta fue desechada –según el antiguo equipo– por la Consejería, que prefirió nombrar a un director ajeno al centro para evitar la “herencia de cargos”. Y no solo a uno: el primero renunció seis días después de ser nombrado “por motivos personales” y la Dirección de Área Territorial (DAT) ha impuesto a una segunda persona, también externa. Fuentes de la Consejería se escuda en que el ofrecimiento del jefe de estudios se produjo después de la designación del nuevo director, “cuando ya se había cubierto la vacante”.

La elección en tres supuestos recogidos en el artículo de la LOMCE corre a cargo de la DAT correspondiente, confirman fuentes de la Consejería de Educación. “La Administración –explican las mismas fuentes– escoge a un funcionario docente con plaza que considera que reúne las características”. Preguntada por los requisitos, Educación no da más detalles sobre el proceso ni sobre los criterios tenidos en cuenta.

Según la información recabada por CCOO, la Consejería de Educación ha impuesto equipos directivos en varios centros de la región. Ha pasado en colegios en los que no se ha presentado en fase ordinaria ningún proyecto pero sí ha habido ofrecimiento posterior de parte del antiguo equipo directivo para continuar; y también en los que, habiendo una propuesta procedente de dentro del colegio sometida a la comisión de valoración, la administración no ha seleccionado a ningún aspirante haciendo uso de la mayoría de votos que tienen en estas comisiones. Así se crea una vacante y, acogiéndose también al artículo 137, la DAT correspondiente termina nombrando a dedo.

El aterrizaje de un director o directora externo en contra de la opinión de la comunidad educativa lo vivirán el próximo curso al menos los siguientes centros: CEIP Miguel Hernández (Getafe), CEIP José Hierro (Parla), CEIP Federico García Lorca (Alcorcón), IES Antonio Domínguez Ortiz (Madrid), IES Jorge Guillén (Alcorcón), CEIP Montelindo (Bustarviejo), CEIP Silvio Abad (San Sebastián de los Reyes) y CEIP Francisco de Quevedo (Getafe). Las familias ya se están moviendo para protestar contra estas imposiciones. El ambiente está tan tenso que en Bustarviejo se produjo el martes un “motín” de los padres y las madres, plantados en la puerta del centro al grito de “queremos nuestra directora” cuando el nuevo director se disponía a entrar. Hay más de una decena de colegios e institutos que, a fecha 1 de julio, aún no tenían director nombrado, con lo que el número podría aumentar.

Las designaciones directas por parte de las direcciones de área territorial también se producen en otros casos: las jubilaciones. En este supuesto, no se aplica la LOMCE, sino la ley de procedimiento administrativo (30/92) que permite a la administración “suplir temporalmente –por un año– al director del centro cuando se produce una vacante sobrevenida”, incluso cuando los colegios e institutos habían hecho propuestas de sustitución.

“Una toma de poder en los centros más críticos”

“Esto es una toma de poder en los centros más críticos, que se mueven más, que no han hecho la prueba de sexto...”, sostiene Isabel Galvín, secretaria de la Federación de Educación de Madrid. El sindicato ha remitido este martes un escrito al consejero de Educación en el que exigen que “se retrotraigan las actuaciones correspondientes a todos los nombramientos al amparo del artículo 137 de la LOMCE (los de carácter extraordinario) realizados desde el 1 de julio de 2016 y se inicie un proceso para cada caso contando con la comunidad educativa y con el inspector o inspectora del centro”.

“Con directores venidos de fuera, designados sin conocer el contexto ni tener el respaldo y valoración de la comunidad educativa no puede llegarse a buen puerto”, argumenta CCOO en el escrito, donde recuerda que los modos de actuar de la Consejería de Educación son contrarios a la LOMCE en tanto la ley establece que “se valorará de forma especial el trabajo previo y la labor docente desarrollada en el centro cuya dirección se solicita”.

El proceso habitual cuando un director o directora quiere o debe –por jubilación– dejar su cargo es que lo comunique al claustro y al consejo escolar para, a partir de ese momento, buscar la fórmula para conformar un nuevo equipo directivo. El siguiente paso es “la salida a concurso”, como explica la exdirectora Ana Isabel Serrano. Es decir, una convocatoria abierta que permite presentar –también desde fuera de la escuela– proyectos educativos para el centro.

Mayoría para tumbar propuestas

Esas propuestas son evaluadas por una comisión de valoración formada por un representante del claustro, otro del consejo escolar y tres de la administración (un inspector, el director de otro centro y una persona de la Consejería). El peso de la opinión de la comunidad educativa se ha reducido tanto con la LOMCE que los votos de la administración son suficientes para elegir una propuesta y desechar otras, como las familias denuncian que ha ocurrido en varios centros.

Pero nada de esto ha pasado en el caso del Miguel Hernández porque nunca llegó a reunirse la comisión. No se presentó proyecto dentro de plazo desde el propio centro y las propuestas que vinieron de fuera se desecharon por no cumplir los requisitos mínimos. La ahora exdirectora completaba este curso su mandato y el ofrecimiento de su equipo directivo consistía en que el jefe de estudios se pusiera al frente del colegio durante un año hasta que pudieran presentar su proyecto en la siguiente convocatoria para “dar continuidad” al modo de trabajo actual, dado que los propuestas externas presentadas no llegaron a evaluarse porque no superaban los mínimos exigidos.

“¿Cuál ha sido el criterio para que, en mismas condiciones –es decir, sin propuesta por la vía ordinaria– el director de área priorice a una persona que no conoce el centro, que no es de la localidad, sobre otro profesional que ha trabajado durante seis años en el colegio?”, se pregunta la ya exdirectora del Miguel Hernández, cesada el 30 de junio.

Ese mismo día le comunicaron la entrada del nuevo director –sustituido ahora por otra persona también elegida a dedo tras dimitir– y desde ese momento, cuenta, su nombre dejó de figurar en el sistema informático SICE en el que están incluidos todos los centros públicos de la región.

El centro, donde las familias tienen una amplia participación, no se define como “combativo”, aunque la que fuera su directora asegura que se han movido “cuando ha sido necesario”. “Para el curso que viene, por ejemplo, solo querían sacar 25 vacantes de 3 años para reducir la línea a 1 en este nivel. Al final hubo 49 solicitudes y tendrán que mantener las dos aulas. Nos quejamos, las familias se movilizaron...”. Dicen que seguirán peleando.