La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, compareció en la comisión de investigación del Congreso sobre la financiación del Partido Popular el pasado 20 de marzo. No tuvo reparos en presentarse como una trabajadora infatigable definida por tres ejes: “Transparencia, honradez y tolerancia cero con la corrupción”.
Asomaba ante los diputados solo un día antes de que se supiera que las notas del título de máster en derecho autonómico que exhibe habían sido retocadas dos años después de acabarse el curso: dos asignaturas pasaron de no presentada a notable. Sus palabras en la comisión, en la que defendió su propia figura con contundencia: “Jamás voy a consentir que nadie ponga en duda lo que para mí es más importante, que es mi honorabilidad y mi honestidad”, cobran ahora otra dimensión tras el caso de su máster.
1. “Creo absolutamente en la transparencia en los gobiernos”
El título de posgrado de la presidenta madrileña está recubierto de dudas. La mayoría están todavía sin esclarecer desde hace dos semanas ya que Cifuentes solo ha aparecido mediante plasma el 26 de marzo, además de ofrecer una batería de documentos de, al menos, dudoso valor. Choca con estas afirmaciones que lanzó en el Congreso de los Diputados solo 24 horas antes: “Creo que la transparencia, en muchos casos, es un antídoto contra la corrupción”.
Y luego alardeó de que “fíjese si lo creo que la Comunidad de Madrid, cuando yo asumí el Gobierno, hace dos años y medio, era la comunidad que estaba la última en el índice de transparencia internacional, y ahora ya estamos los primeros. O sea, que yo creo absolutamente en la transparencia en los gobiernos y también en los partidos”.
2. “Trabajar cumpliendo la legalidad, cumpliendo las normas”
La cuestión es que Cristina Cifuentes exhibe en su currículo un título de máster de tipo “presencial” en el que sus compañeros de promoción no la vieron asistir a clase. Tampoco hacer los exámenes que ellos pasaron. Sus explicaciones viraron de aducir que iba “cuando podía” a asegurar que llegó a acuerdos con los docentes para tener flexibilidad. Lo cierto es que la política del PP formalizó su matrícula cuando el curso llevaba tres meses en marcha.
Muchas cosas que no se amoldan bien a la afirmación solemne que espetó a sus señorías ese día previo al decir que se dedicaba a “trabajar y hacerlo como lo hemos hecho siempre, cumpliendo la legalidad, cumpliendo las normas, con toda transparencia y básicamente dedicando nuestro tiempo a hacer aquello para lo que nos han elegido, que es solucionar los problemas de los madrileños”.
También, a cuenta del esfuerzo, el mérito y el trabajo afirmó en otro momento de aquella comisión “tengo una muy larga trayectoria política de la que me siento muy orgullosa. Empecé en la Asamblea como diputada y, a base de mucho trabajo y supongo que de que mis jefes reconocieran dicho trabajo, fui teniendo cada vez mayores responsabilidades”. Asociaba su ascenso en el Partido Popular de Madrid a su buen desempeño.
3. “Yo defiendo la honradez en la actuación política”
Cifuentes acudió al Congreso no sin protestar. A pesar de abrir su palabras con un “gracias a sus señorías por convocarme”, las cerró diciendo que no entendía porqué había sido convocada: “Un presunto delincuente toca y esta Comisión baila a su son”, en referencia al ex secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados.
A pesar de esto, aprovechó el foro para reivindicarse. Tanto en lo político como en lo moral. “Mire, señoría, yo tengo un código ético, que es el más estricto de todos los partidos y, por cierto, somos los únicos que lo cumplimos”, aseguró. Una afirmación hoy con diferente aroma ante la acumulación de irregularidades que circundan su título de máster y que empezaron a conocerse a las pocas horas de haber exclamado: “Yo defiendo la honradez en la actuación política. Desde luego lo que sí le digo es que he actuado y actúo no solamente con honradez”.
4. “Ser inflexibles con la corrupción”
“Que te regalen un máster es otra forma de corrupción”, analizaba Ignacio Escolar el día en que eldiario.es publicaba el retoque de calificaciones. Y mucho apunta a que Cristina Cifuentes tuvo un trato muy favorable por parte de la Universidad Rey Juan Carlos (y su Instituto de Derecho Público que organizaba su máster).
Precisamente, Cifuentes repitió varias veces en aquel 20 de marzo pasado su compromiso anticorruptos: “Si queremos volver a recuperar esa confianza, lo primero que tenemos que hacer es ser inflexibles con la corrupción”.
Y más adelante reiteró: “Y no puede usted dudar de mi compromiso ni con la regeneración ni por supuesto con la transparencia y mucho menos con la honradez y con la tolerancia cero frente a la corrupción que mantenemos al cien por cien, señoría”.
5. “He dedicado mi vida al servicio público y voy a salir de la política con menos de lo que entré”
La presidenta regional y del PP madrileño es una figura ya histórica del partido. Y hace 15 días así ponía en valor su larga vinculación que resaltaba, decía, su vocación de servicio: “Yo llevo militando muchos años en el partido. Pero para mí es algo muy bueno porque he dedicado mi vida al servicio público a los ciudadanos y voy a salir de la política, señoría, con menos de lo que entré”.
Su vida política pulcra, según su análisis, fue resumida por ella misma de esta manera en la sesión: “Le voy a decir que en mi larguísima trayectoria política, de más de treinta años —de la cual, insisto, me siento muy orgullosa, porque soy una servidora pública—, yo no he sido investigada”. Ahora, al menos su titulación académica, sí lo está siendo.