Si tras visitar una decena de centros escolares, analizar las opiniones del grupo de WhatsApp de los papás de la guardería, y contrastar clasificaciones y foros de internet, todavía dudas sobre el colegio más adecuado para tu hijo, te ofrecemos 10 claves que pueden ayudarte a decidir, de la mano del psicólogo y maestro Óscar Bendicho.
1. Escoge un centro coherente con tus principios
Si no has ido a misa en los últimos 10 años, un cole de monjas no es el adecuado para tus hijos, por mucho que tus vecinos estén encantados. “Lo primero que las familias deben hacer es un trabajo de autoconocimiento para saber qué valores tienen ellos y qué valores quieren para sus hijos”, explica Bendicho, quien durante más de diez años trabajó en la Escuela Infantil Hontanar, de Madrid. ¿Privada o pública?, ¿religioso o laico?, ¿progresista o conservadora?: “La incoherencia se traduce en problemas, a veces clínicos. Los niños necesitan claridad en los valores y que esté bien diferenciado lo bueno y lo malo, lo que creen y lo que no creen”.
2. Respeto a los procesos madurativos
Escoge un centro que respete los procesos evolutivos del menor. Una buena pista es preguntar si respetan o no la evolución del niño en el control de esfínteres. “Si un centro te obliga a que los niños no lleven pañal es que no es un centro respetuoso con los procesos madurativos. Cada niño tiene una edad o un momento para quitarse el pañal, es absurdo pensar que todos los niños a los tres años avisan cuando quieren ir al baño. Y es habitual que por timidez, o un susto se les pueda escapar, y ante eso el centro debe actuar con naturalidad, en lugar de acomplejarle”, señala.
3. Instalaciones adaptadas para las edades
Fijarse en las aulas y los espacios. “Los niños con tres años no deberían estar sentados haciendo fichas. Encontrarse las sillas y mesas colocadas en filas como en Primaria es antipedagógico. El tiempo máximo que un niño de 3 o 4 años aguanta sentado son 20 minutos. Lo adecuado es que el aula esté distribuida por rincones, que sea un espacio polivalente”. Debe haber también espacios comunes para trabajar con formatos grandes y hacer talleres: “Hasta primaria no debería trabajarse constantemente en mesa. El juego espontáneo, deambular y descubrir es parte del aprendizaje en infantil”. Además, es partidario de que a partir de Primaria en el cole haya espacios diferentes para distintas actividades, como un taller de plástica, o un laboratorio: “Es más positivo para el aprendizaje y estimulante que cambien de espacios, así ven satisfecho el instinto explorador”.
También son importantes los patios y espacios de juego. Bendicho recibe cada vez más casos de hiperactividad, que, afirma, no son sino energía mal canalizada por falta de ejercicio físico. “Los niños son muy activos, y debe facilitárseles la manera de trabajar para que den salida a esa energía. Debe haber patios grandes, zonas de arena para que corran, salten y se puedan caer”, señala.
4. Trabajo por proyectos y aprendizaje lúdico hasta los 6 años
Los centros deben demostrarse como escuelas vivas. “Se deben ver trabajos hechos por los niños, debe notarse la vida, con espacios alegres, seguros. Si todo son pupitres, desconfía, ahí poco movimiento pueden tener los niños”, señala el experto, que defiende el aprendizaje lúdico hasta los 6 años.
Para él es esencial que se trabaje por proyectos, en lugar de pasar el día haciendo fichas, y de forma práctica: que tengan, por ejemplo un huerto escolar, y los trabajos en grupo y exposiciones públicas sean frecuentes, ya que ayudan a desarrollar habilidades sociales. “El aprendizaje por experiencia es más difícil para el maestro, pero más eficaz y motivador”, señala.
5. Libros de texto
El que haya o no libros de texto como único vehículo de aprendizaje también te orienta sobre una filosofía educativa. “Si los alumnos participan en la elaboración de sus propios materiales, el aprendizaje es mucho más intenso”, apunta. Además, esa pista habla también de un compromiso y una motivación del profesorado mucho mayor.
6. Deberes
Según este especialista, los deberes aportan muy poco al aprendizaje de los alumnos de Infantil. Aunque señala que a partir de los 6 años es importante que los niños lean en casa y vayan adquiriendo hábitos y compromisos. “Pero deben ser deberes motivadores, no sirve que pasen dos horas sentados haciendo cuentas. Han de ser tareas estimulantes y que permitan jugar, descubrir y aprender”, advierte.
7. Familias en la escuela y escuelas de familias
Algunos informes internacionales demuestran que la implicación familiar en la escuela mejora el rendimiento académico. “Que haya un espacio para las familias en la comunidad educativa los alumnos lo interpretan como una coordinación entre la escuela y la familia, que ha ido cada vez delegando más aspectos educativos en los centros escolares. Muchos padres no ponen límites a sus hijos y pretenden que se los pongan en la escuela o discuten con los docentes por ponérselos. Las escuelas de familias orientan a los padres en el proceso educativo, mejoran la comunicación y les ayudan a convertirse en aliados más que en enemigos”.
8. Plan de convivencia, integración y educación en valores
Para garantizar una formación integral del alumno, la escuela debe tener un programa de convivencia que fomente unos valores humanistas, más allá del consumismo. “Te da la pista cómo celebran los cumpleaños en el contexto escolar. Por ejemplo, ¿son ostentosos o buscan la sencillez? O ver cómo se trabaja la participación cívica de los estudiantes y la resolución de conflictos: si un centro tiene esto previsto en su proyecto educativo con propuestas e iniciativas concretas, vamos por el buen camino”. Para este maestro, los juegos cooperativos en el patio son una herramienta poderosa: “Son un espacio para frustrarse y aprender normas, límites, respeto y convivencia. Cada vez vivimos más en una sociedad de hijos únicos, narcisistas, y educar en lo relacional es muy importante”.
Otra buena pista es que el centro trabaje con alguna ONG o sea un colegio de integración.
9. Proximidad del centro
Descarta las rutas, los atascos o los eternos viajes en metro en la medida de lo posible. La proximidad del centro es un aspecto relevante para la formación del alumno, más allá de las cuestiones prácticas que supone. “A la hora de jugar, socializarse y tener amigos si puedes aunar amigos del barrio y del cole creas una red de socialización más adecuada y eficaz porque es importante sentirse conocido y reconocido en tu propio entorno social. Además, llegada una determinada edad es bueno para la autonomía del niño que pueda ir solo al colegio”, concluye Bendicho.
10. Bilingüismo y Jornada Partida
Hay dos aspectos que, según Bendicho, no deben dejar lugar a dudas: el bilingüismo es positivo para el desarrollo del estudiante, y la jornada partida es más pedagógica que la continua. “Es cierto que los niños que aprenden con dos idiomas desde la infancia tardan un poco más en adquirir determinadas habilidades, pero desarrollan la capacidad cerebral de aprender otros idiomas a posteriori más fácilmente”, asegura. Respecto del largo debate sobre la jornada continua o partida lo zanja contundente. “La jornada continua es buena sólo para los profesores. Los niños necesitan descansos prolongados y pausas para jugar, reciclar su cerebro y asimilar el aprendizaje”, concluye.