La COP advierte en su texto clave que hay peligro de retroceso en la lucha contra el cambio climático por la guerra en Ucrania

La COP27 de Egipto admite en su primer borrador que hay riesgo de retrocesos en la lucha contra el cambio climático debido a la crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania.

El texto provisional del documento clave de la cumbre dice que “acentuamos la importancia de evitar retrocesos en los compromisos”. Y confiesa que están “preocupados por los impactos de la actual crisis energética sobre el cumplimiento a tiempo de las promesas relacionadas con la transición energética”. Traducido: recurrir a gas, petróleo o carbón en lugar de renovables.

Este borrador ha aparecido con pocas horas de margen para que la cumbre culmine su trabajo según el calendario previsto lo que apunta a que haya que habilitar una prórroga.

Respecto a puntos concretos, el texto incluye que “reafirma” la persecución del objetivo de contener el calentamiento global en 1,5ºC y que para ello hacen falta “rápidos, urgentes y profundos recortes en las emisiones de gases de efecto invernadero”. Lo cierto es que esta afirmación no aporta mucho respecto a otras cumbres, especialmente la del año pasado.

Sobre los combustibles fósiles –cuya utilización es la principal fuente de gases de efecto invernadero de origen humano–, este borrador repite la fórmula de “reducir gradualmente” el uso de carbón: “Alentamos los esfuerzos continuados” para conseguirlo, escribe.

Del resto de fósiles (el petróleo o el gas que no se nombran), el primer texto de prueba contiene una fórmula críptica en la que también “alienta” los esfuerzos para “abandonar y racionalizar las subvenciones ineficientes”, pero le añade una apostilla: “En línea con las circunstancias nacionales”. No pide que se dejen de utilizar.

Ambas referencias no ofrecen progreso respecto a lo que dice el Pacto de Glasgow de 2021.

El borrador no tiene nada acerca de un acuerdo concreto para articular una manera en la que los países desarrollados pongan fondos para compensar las pérdidas y daños que el cambio climático ya está causando en los estados empobrecidos que son, a la vez, los más vulnerables y perjudicados por la alteración del clima.