De un tiempo a esta parte, estudiar un máster en España se ha convertido casi en un artículo de lujo. Los precios de las universidades se han casi duplicado en los últimos años, llegando a situaciones en las que los precios de los grandes centros de referencia europeos ya no quedan tan lejanos. Son más caros, sí. Pero en algunos casos no tanto. Y la paradoja es que con la reforma educativa que ha realizado el Ministerio de Educación —que abre la puerta a que se duplique su duración de uno a dos cursos—, serán aún más caros y aún más necesarios.
España es el séptimo país europeo con los precios más altos de los máster, según un estudio elaborado por el Observatori Universitari de Catalunya. Esto en términos absolutos, porque si se corrige el dato, se ajusta al nivel adquisitivo de cada país, subimos otra posición más hasta el sexto lugar. Sólo nos superan el Reino Unido (sin Escocia), Eslovenia, Irlanda, Hungría, Letonia y Grecia. También destaca España por el alto porcentaje de estudiantes que pagan los másteres, casi un 70%. En otros países, por ejemplo Eslovenia, el posgrado es más caro pero apenas uno de cada cinco estudiantes paga por él (un 20%).
La situación se ha disparado en los últimos años, desde que el Gobierno dio permiso a las Comunidades Autónomas a subir los precios de los créditos de grados y másteres —pueden llegar hasta el 25% del precio real de un crédito, cifra que por otra parte no se sabe cuál es con exactitud— para compensar la caída en la financiación que se fraguaba (hasta 1.500 millones de euros han dejado de recibir las 50 universidades públicas en cuatro años, según CC OO). Dicho y hecho, muchas Comunidades Autónomas abrazaron la idea con entusiasmo, casi con independencia de su color político. Los Gobiernos de Madrid (PP) y Cataluña (CiU) fueron de los que más los subieron. En el otro extremo Galicia (PP) y Andalucía (PSOE) son las regiones donde más barato resulta estudiar.
Duplicando precios
En apenas tres años el coste de los créditos de los máster llegó a duplicarse en algunas regiones. Por ejemplo en Cataluña, según otro informe elaborado por el Observatori, los precios se mantuvieron más o menos estables entre el año 2007 y el 2011. Los mínimos subieron en ese periodo de mil euros por curso a algo menos de 1.500 (una subida no desdeñable), pero los máximos no sufrieron variaciones (1.750). El salto en la gráfica coincidiendo con el permiso del Ejecutivo central de subir los precios es notable. En apenas dos años, entre 2011 y 2013, los mínimos subieron a 2.500 (un 66% más que en 2011 y un 150% más que en 2007) y los máximos alcanzan los 4.000 (128%).
Tras esta escalada el precio medio del Máster se sitúa, según el Observatori, en unos 2.000 euros. Pero es solo una media que esconde un abanico amplísimo de precios en función del tipo de estudios que se cursen y, sobre todo dónde. La diferencia entre un máster con poco grado de experimentación en una Comunidad Autónoma barata y uno más experimental en una cara puede ser de hasta el 400% (excluyendo los MBA en las privadas, claro). Por ejemplo, estudiar un máster de Historia Contemporánea en la Universidad de Santiago cuesta 1.300 euros mientras que uno en Ingeniería Química en la Universidad Complutense alcanza casi los 4.000 euros por curso. Y estos son voluntarios, a fin de cuentas. Hay una serie de ramas de estudio en los que el Máster es obligatorio para ejercer la profesión (abogados, arquitectos, algunas ingenierías como Caminos, Minas, Montes o Telecomunicaciones, profesores de Secundaria y Psicólogos, entre otras). Y no son especialmente baratos tampoco.
En Europa el grado y el máster se parecen en precio
En Europa, en la gran mayoría de los países estudiar un curso de máster cuesta prácticamente lo mismo que uno de grado. Esta es una de las particularidades del sistema español, según explica Vera Sacristán, profesora de Matemáticas Aplicadas en la Universidad Politécnica de Catalunya y responsable de los estudios del Observatori. “El máster en España es mucho más caro que el grado, que es muy raro en Europa. Normalmente cuestan lo mismo”, explica. “Son contados los países en los que el máster es mucho más caro que el grado: Grecia (aunque allí el grado es gratis) y luego Irlanda, Italia y Eslovenia son los más caros. Pero en España la diferencia entre unos precios y otros es notable, incluso en los másteres habilitantes”, señala. Un máster puede costar hasta un 67% más que un curso de grado.
Este sobrecoste que han venido sufriendo los grados ha provocado que estudiar en España un máster haya dejado de ser notablemente más barato que hacerlo en algunas de las grandes universidades europeas. En Francia los máster cuestan unos 300 euros, a no ser que uno consiga entrar en una de las Grande Ecole, los altos centros de formación superior del país vecino, donde ya se dispara la matrícula (puede llegar a los 10.000 euros). Los alemanes no pagan tasas, sólo una cantidad fija al mes. En Reino Unido es donde no hay precios fijados y el precio de los máster se puede disparar. En la Universidad de Ámsterdam los máster sí son sensiblemente más caros que en España. Un curso de posgrado cuesta desde los 10.500 euros en la Facultad de Humanidades a los 25.000 que se van los de Odontología. El Reino Unido es un mundo aparte. Los precios en estos países (excepto Escocia, que tiene un funcionamiento particular) no están fijados y varían notablemente.
El problema que se encuentran los alumnos españoles es que, con el cambio que posibilita la reforma en la estructura de los grados que impulsó el ministro José Ignacio Wert es que hacer un máster puede ser más necesario. Si los grados pasan de cuatro años a tres sus enseñanzas serán más generalistas al perder un 25% de su duración. En un mundo más globalizado una menor formación es una mala noticia. Y grados de tres años (60 créditos al año para un total de 180 créditos) implican casi necesariamente posgrados de dos cursos (también 60 créditos al año, 120 total) para alcanzar los 300 créditos ECTS que dan acceso a un doctorado. Doble precio, doble duración. El Ministerio de Educación calcula que en España un 20% de los estudiantes cursa un máster.