Cronología

La caída de AstraZeneca en un año: de la vacuna más esperada a la más dudosa

La promesa de la vacunación en Europa se enfrenta a una crisis de imagen que era difícil vaticinar hace solo un año. La Universidad de Oxford, junto a la farmacéutica AstraZeneca, dibujaron un horizonte pandémico optimista por su plan de fabricar la vacuna más barata y accesible del mercado. Sus responsables repetían que no buscaban el rédito económico, y por eso pareció que podía llegar a todos los rincones del mundo por igual y no solo a los países privilegiados de la Unión Europea.

Once meses más tarde, ni unos ni otros han recibido las dosis prometidas. La falta de transparencia de la compañía en sus contratos, unida a errores como llevar a cabo estudios clínicos sin las muestras suficientes de edad o publicar vaivenes en su porcentaje de eficacia, han lastrado la imagen de AstraZeneca y de su suero. Ahora, una decena de países han suspendido la vacunación mientras estudian si podría tener relación con una serie de efectos secundarios mucho más graves de los indicados (cefaleas, fiebre alta o dolor muscular). Esta es la sucesión temporal de una caída que se puede dividir en dos actos: 2020 y 2021.

La gran ilusión de 2020

30 de abril de 2020. La empresa farmacéutica AstraZeneca anuncia que se une a la Universidad de Oxford en un “acuerdo histórico” para desarrollar una vacuna contra la COVID-19. La compañía anglo-sueca no es especialista en vacunas, pero cuenta con un presupuesto de I+D de 6.000 millones de euros que ayudarán al equipo de Oxford a tener la vacuna ChAdOx1 en un tiempo récord.

13 de junio. El ministro de Sanidad italiano, Roberto Speranza, firma un contrato junto a otros países (Alemania, Holanda, Francia y al que se podría unir España) con la sociedad AstraZeneca para garantizar el suministro de 400 millones de dosis de vacunas para toda la población europea. “Con la firma de hoy llega un prometedor paso al frente para Italia y Europa”, expresó el portavoz, porque, en sus palabras, el suero británico se encontraba en un “estado avanzado de experimentación”. También prometió que la vacuna contra la COVID-19 “siempre se considerará un bien público global, el derecho de todos, y no el privilegio de unos pocos”.

26 de junio. La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirma que la vacuna de Oxford es la más avanzada.

20 de julio. La Universidad de Oxford publica en la revista científica The Lancet los resultados de la fase I/II, es decir, de los estudios preclínicos. La vacuna se había probado en más de 1.000 voluntarios de entre 18 y 55 años, de los que 10 recibieron la segunda dosis y todos ellos produjeron anticuerpos neutralizantes. “El próximo paso es confirmar que estos, en efecto, protegen frente a la infección por SARS-CoV-2”, explicaron en el artículo. También se decía que una sola dosis producía un aumento de anticuerpos específicos de espiga a partir del día 28 y que los anticuerpos neutralizantes aparecían con la segunda dosis de refuerzo. El suero, además, no dio reacciones adversas “inesperadas”.

31 de julio. La revista Nature publica los primeros resultados en animales (macacos). Los científicos observaron que la vacuna de Oxford/AstraZeneca producía una respuesta inmune humoral y celular, reducía la carga viral de la COVID-19 y prevenía la neumonía en estos primates.

27 de agosto. Bruselas cierra “el primer contrato” en nombre de la Comisión Europea para la adquisición de 300 millones de dosis de AstraZeneca, que se repartirían de forma proporcional en función de la población de cada país. El contrato de compraventa contemplaba la opción de que los Estados miembros pudiesen indemnizar a la farmacéutica británica para compensar el “elevado riesgo” que suponía la rápida y masiva fabricación de la vacuna. 

28 de agosto. Reino Unido firma un contrato en paralelo al de la Unión Europea con la empresa anglo-sueca por 100 millones de dosis. 

9 de septiembre. La farmacéutica AstraZeneca y la Universidad de Oxford suspenden los ensayos de la fase III de la vacuna por una “reacción adversa grave” e inesperada en uno de los voluntarios de Reino Unido. En ese momento, no había pruebas suficientes que relacionasen esa dolencia con la propia vacuna. La OMS advirtió a las empresas de que no se apresuraran en publicar sus resultados y también a los países que tuvieran cuidado al otorgar la autorización de su uso de emergencia. 

12 de septiembre. Se reanudan los ensayos. “El proceso de revisión independiente ha concluido y, siguiendo las recomendaciones tanto del comité de seguridad como del regulador británico, los ensayos se reanudarán en el Reino Unido”, anunció la farmacéutica en un comunicado.

20 de octubre. El exministro de Sanidad, Salvador Illa, avanza que llegarán a España 31,5 millones de viales de AstraZeneca, una de las vacunas más baratas y competitivas del mercado, a 2,9 euros por dosis. Al requerir doble inyección, se administraría a 15,5 millones de ciudadanos españoles.

2 de noviembre. “La vacuna podría estar en avanzada distribución a finales de marzo”. Con estas palabras, el director del Área de Investigación y Desarrollo de Oncología de AstraZeneca, Josep Baselga, dibujaba un horizonte esperanzador para una Europa que aún no había comenzado su plan de vacunación. El portavoz reconocía a la emisora RAC1 que “lo complicado” iba a ser diseñar cómo repartirlas ante la amplia demanda que existe. Por otro lado, AstraZeneca España calculó que habría hasta tres millones de dosis “efectivas” de vacuna circulando por el mundo a principios de 2021.

23 de noviembre. The Lancet publica los primeros resultados de la fase III clínica y anuncian que tiene una eficacia media del 70,4%. En ese momento, los porcentajes de los sueros de las farmacéuticas Pfizer y Moderna rondaban el 95%. No obstante, Oxford anunció que este resultado ascendía al 90% en un grupo de voluntarios que recibieron media dosis inicial por error, seguida de una completa, frente al 62% de protección que mostraron quienes recibieron ambas tomas. Estas son algunas de las preguntas y respuestas que teníamos en ese momento, también sobre su seguridad.

23 de noviembre. El neurólogo español, Carlos Estévez, que participó en los ensayos clínicos de la vacuna de Oxford, reconoció que esa enorme variación en el porcentaje de eficacia era “sorprendente”. “A veces en ciencia pasan cosas que no nos esperamos”, admitía en una entrevista a este diario. En ese momento, el investigador asumió que los datos definitivos de esta vacuna no estarían hasta el verano de 2021. “Serán resultados con un año de seguimiento que van a dar más robustez a los hallazgos”, precisó.

24 de noviembre. Financial Times revela que el subgrupo de 2.300 personas que recibieron la dosis más efectiva de la vacuna estaba formado solo por individuos menores de 55 años, con menor riesgo a desarrollar síntomas graves por la COVID-19. Otra de las tareas pendientes era averiguar cuánto duraba la protección, ya que los primeros ensayos empezaron en abril de 2020 y todas las infecciones tuvieron lugar menos de seis meses después de la primera aplicación. La compañía se comprometió entonces a realizar análisis adicionales y a refinar la lectura de la eficacia. 

26 de noviembre. AstraZeneca valora realizar un “estudio adicional” que valide los resultados de la eficacia de la vacuna contra el coronavirus, según su consejero delegado, Pascal Soriot. 

8 de diciembre. La revista The Lancet publica que 23.745 participantes de cuatro ensayos clínicos de Oxford no presentaron problemas de salud meses después de que les inoculasen la vacuna, pero 175 sí que presentaron dolencias graves. Un análisis individualizado descartó que 172 de ellos tuvieran que ver con la vacunación, y en los tres restantes -un caso de anemia hemofílica, otro de mielitis transversa y un episodio de fiebre de más de 40- no se sabe si recibieron la vacuna o el placebo.

Esta fue la primera publicación científica de los resultados de la Fase III, y exponían que se reducía hasta un 90% el riesgo de contraer la COVID-19 si se ponía media dosis y se esperaba un mes para poner la segunda dosis entera. A la vista de los resultados y en ese momento, AstraZeneca se había convertido en la mejor baza para Europa y la compañía con la que había cerrado el lote más grande de vacunas.

30 de diciembre. “Tras unos ensayos clínicos rigurosos y un análisis exhaustivo de los datos por parte de los expertos de la MHRA (Agencia Reguladora de Medicinas y Productos Sanitarios), que han concluido que la vacuna cumple estrictos estándares de seguridad, calidad y efectividad”, Reino Unido daba luz verde a Oxford/AstraZeneca, que se sumaba al ya aprobado suero de Pfizer. Lo que otorgaba Reino Unido en este caso era una autorización para el uso temporal de la vacuna por una situación de emergencia. Europa mira de reojo pero descarta emitir un veredicto hasta enero, ya que carece de los mecanismos británicos. Argentina se suma a los británicos y autoriza AstraZeneca también a finales de año. 

Arranca 2021, año de tensiones con Europa

20 de enero de 2021. Salvador Illa visita los laboratorios de Insud Pharma, en Guadalajara, que ayudarán en el llenado y empaquetado de la vacuna de AstraZeneca y Oxford cuando la EMA emita su autorización. 

22 de enero. El día 12 AstraZeneca le pide a la Agencia Europea del Medicamento (EMA) que autorice la vacuna para la UE. Pero apenas diez días más tarde, reconoce que no puede cumplir con los volúmenes acordados. 

“Los volúmenes iniciales serán inferiores a las previsiones iniciales a causa de un rendimiento reducido de una planta de fabricación en nuestra cadena europea de suministro (en Bélgica)”, dijo un portavoz de la compañía en una declaración escrita, sin precisar más detalles. También añadió que “suministraremos decenas de millones de dosis en febrero y marzo a la Unión Europea, y continuaremos aumentado los volúmenes de producción”. 

La Comisión Europea y los Estados miembros expresaron su “profunda insatisfacción”, según la comisaría de Salud, Stella Kyriakides. “Insistimos en un calendario de entregas preciso sobre la base del cual cada estado podrá planificar sus programas de vacunación”, dijo la representante.

27 de enero. La Comisión Europea y la farmacéutica AstraZeneca se reprochan mutuamente la falta de interlocución para resolver el problema de las futuras entregas de las vacunas. “Los principales problemas son que no tenemos claridad sobre cómo van a recuperar el tiempo y cómo van a cumplir con el contrato”, explicaban fuentes de la UE a este diario. La CE pidió entonces publicar el contrato después de que el CEO de AstraZeneca, Pascal Soriot, diese detalles de su contenido en una entrevista.

29 de enero. Se publica el contrato. A pesar de estar lleno de tachones, debajo de ellos se descubre una cifra: 870 millones de euros para 300 millones de dosis, incluyendo todos los costes, como adelantó Der Spiegel y confirmó elDiario.es. Si se descuentan los 336 millones de euros que adelantó la Comisión Europea, quedarían 534 millones pendientes. Y si se dividen estos entre los 300 millones de dosis, salen a pagar 1,78 euros por cada una. 

El contrato también recoge que “AstraZeneca hará sus mejores esfuerzos razonables para fabricar la vacuna en los sitios de fabricación ubicados dentro de la UE (que a los efectos incluirá el Reino Unido), y si esto falla, la empresa producirá fuera de la UE [definida como UE + Reino Unido por contrato] y avisará a la Comisión Europea”.

29 de enero. Horas más tarde, la EMA autoriza el uso de AstraZeneca en Europa en mayores de 18 años y sin límite de edad. Los resultados combinados de los cuatro ensayos clínicos realizados en Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, con más de 24.000 voluntarios, mostraron que la vacuna de era segura y eficaz para prevenir la COVID-19. Sin embargo, la agencia hizo notar que todavía no había resultados suficientes en mayores de 55 años, pero “se espera que haya protección dado que se ha visto una respuesta inmune en ese grupo de edad”. 

30 de enero. AstraZeneca se enfrenta a una posible renegociación de sus contratos con la UE y Reino Unido para no incumplir ambos. “Si eligen a la Comisión Europea en lugar de al Reino Unido, podrían incumplir el contrato británico, y viceversa. Si proveen sólo algunas vacunas a ambos, podrían incumplir los dos contratos”, dijo un experto legal a The Guardian

31 de enero. La UE acepta una rebaja del 50% en las vacunas previstas hasta marzo y da por terminada la guerra con AstraZeneca. La compañía se comprometió a aumentar hasta los 40 millones, la mitad de lo previsto inicialmente, las dosis para los 27 países en el primer trimestre.

4 de febrero. Sanidad decide no administrar la vacuna de AstraZeneca a mayores de 65 años y modifica su plan de inmunización. Lo hizo siguiendo la estela de otros países como Francia, Polonia, Bélgica, Austria, Italia, Suecia y Países Bajos. Un día más tarde, el ministerio encabezado por Carolina Darias decidió rebajar la edad hasta los 55 años. 

5 de febrero. Hay sorpresas positivas de la vacuna de AstraZeneca, a la espera de resultados concluyentes sobre su eficacia en mayores de 55 años: la primera dosis mantiene su eficacia hasta al menos 90 días, y es recomendable incluso retrasar hasta entonces la segunda inyección para optimizar la respuesta; además de los síntomas, la vacuna redujo el número de casos positivos, lo que sugiere que podría ayudar a frenar la transmisión; y, por último, nuevos ensayos mostraron que también es efectiva frente a la cepa británica

8 de febrero. Sudáfrica deja de usar la vacuna de AstraZeneca por su baja eficacia en la variante local. La compañía reconoce que tardará seis meses en producir un suero actualizado

9 de febrero. El 6 de febrero España recibe la primera entrega de la vacuna de Oxford. El día, 9, Sanidad decidió que la inocularía a sanitarios, policías, militares, bomberos y docentes, dependiendo de la estrategia de cada comunidad.

10 de febrero. Asesores de la OMS recomiendan la vacuna de AstraZeneca para mayores de 65 años y contra todas las variantes del virus. En su informe, el SAGE (Grupo Consultivo Estratégico de Expertos en Inmunización) reconoce sin embargo que los análisis preliminares muestran una “ligera reducción” de la eficacia de esta vacuna contra la variante británica, así como una “marcada reducción” de la eficacia contra la cepa sudafricana.

25 de febrero. Nuevo susto de AstraZeneca, que fabricará la mitad de la remesa prometida a la UE fuera de Europa para cumplir con los plazos. El anuncio llegó después de que se filtrara dos días antes que iba a entregar de nuevo la mitad de las vacunas concertadas para el segundo trimestre, según reveló Reuters. La compañía anglo-sueca advirtió que serían menos de 90 millones de dosis de los 180 acordados.

26 de febrero. Sanidad establece que los menores de 55 años que ya hayan pasado la COVID, vacunados con AstraZeneca, reciban una sola dosis ante los potenciales retrasos. Una vez completada la vacunación a los colectivos esenciales (policías, bomberos, militares, docentes), estas irían a parar a las personas de entre 45 y 55 años de edad (nacidos entre 1966 y 1976 inclusive).

2 de marzo. La agencia de Salud Pública de Escocia publica que la vacuna de AstraZeneca es tan eficaz como la de Pfizer en cualquier persona mayor de 18 años, incluso en mayores de 80. Son las conclusiones a las que llegó tras analizar los datos de más de 1,1 millones de personas vacunadas en el país, de las que aproximadamente la mitad recibió el suero británico. Este estudio no había sido publicado en una revista científica, sino que estaba en fase de prepublicación.

3 de marzo. Desde este día y hasta el 10 de marzo, Alemania, Francia, Suecia, Italia y Portugal deciden empezar a inyectar AstraZeneca a mayores de 65 años.

4 de marzo. Italia frena un envío de vacunas de AstraZeneca a Australia y aplica, por primera vez, el reglamento puesto en marcha por la Comisión Europea tras desatarse la crisis de suministros de AstraZeneca. Adoptado por el procedimiento de urgencia, Bruselas dispuso a finales de enero que, hasta finales de marzo de 2021, las exportaciones de vacunas contra la COVID-19 fuera de la UE estuvieran sujetas a autorizaciones de exportación.

7 de marzo. Austria retira un lote de AstraZeneca tras la muerte de una vacunada. La mujer, de 49 años, era enfermera y murió diez días después de recibir la dosis por “graves trastornos de coagulación”. Otra compañera de trabajo presentó una embolia pulmonar, pero las autoridades negaron una relación causal y la empresa anglo-sueca se reafirmó en que la vacuna es segura y colaboró en la investigación.

10 de marzo. Mientras tanto, Catalunya amenaza a Sanidad con ampliar la edad de vacunación por su cuenta. “Nos jugamos la salud de nuestros ciudadanos. Así pues, o actúan ellos o actuaremos nosotros”, enunciaba la consellera de Salud, Alba Vergés. De esta forma, Catalunya se unía a Madrid en su petición de usar AstraZeneca también en mayores de 55 años. Un día después, Sanidad reconoce que lo está valorando.

12 de marzo. Varias comunidades paralizan algunos lotes de AstraZeneca después de que Dinamarca, Noruega y Austria suspendieran la vacunación con este suero por “graves casos de trombos” que estaban siendo investigados. Un día antes, la EMA, la OMS y el Ministerio de Sanidad de España recomendaban seguir usando el suero de Oxford.

13 de marzo. AstraZeneca reduce sus entregas a la UE a 30 millones de vacunas hasta junio, de las 180 acordadas.

15 de marzo. España paraliza oficialmente durante 15 días la administración de AstraZeneca. La intención es esperar a que la EMA emita un veredicto sobre los 11 casos identificados en la UE hasta este lunes –uno en España– de un tipo de trombosis muy específica: de senos venosos cerebrales, acompañada de una disminución de plaquetas. La agencia europea espera pronunciarse este jueves como muy pronto, aunque de momento no existen evidencias científicas de que la vacuna provoque coágulos y que la EMA asegura que “los beneficios de AstraZeneca superan los riesgos”.

16 de marzo. Diez países suspenden la vacunación con AstraZeneca: Dinamarca, Islandia, Noruega, Bulgaria, Irlanda, Países Bajos, Alemania, Francia, Italia y España.

17 de marzo. Sanidad investiga la muerte de una profesora de Marbella, de 43 años, que se vacunó con AstraZeneca y sufrió un ictus isquémico.