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Las Cruces, la mina de cobre que batía récords de beneficios mientras esquilmaba un acuífero

Raúl Rejón

28 de septiembre de 2021 21:59 h

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Cuatro millones en multas –efectivas y en trámite– a cambio de más de 590 millones en beneficios. La minera Cobre Las Cruces recibió el pasado martes la segunda sanción del Consejo de Ministros por quedarse agua subterránea ilegalmente en su explotación minera de Sevilla. Ambas multas castigan “detracciones” irregulares entre 2014 y 2018, mientras en esos años la minera batía sus marcas de producción e ingresos: solo en 2014 registró un beneficio bruto de 153 millones de euros, su récord anual, según sus propios informes económicos.

Cobre las Cruces (que pertenece a la multinacional canadiense First Quantum) ha conseguido exprimir hasta el límite el yacimiento de cobre a cielo abierto a pesar de arrastrar un periplo de sanciones e, incluso, sentencias de cárcel por sus agresiones ambientales a las aguas. En agosto de 2020 dio por terminada la extracción de la cantera con una última detonación: ha realizado 1.827 voladuras desde 2006. Ahora tramita un proyecto de mina subterránea en la misma zona y una refinería polimetalúrgica.

Tanto esta sanción de 2021 como la anterior, firmada por el Gobierno en 2016, castigan el hecho de que la mina haya derivado para sus actividades más agua del acuífero de Gerena de la que podía según la autorización ambiental. Las multas son de un millón de euros, a lo que se suma la indemnización por daños al Dominio Público Hidráulico. Además, está pendiente la resolución de otro expediente (por 1,5 millones de euros) por las mismas prácticas entre 2014 y 2018.

La empresa asegura en su página web que “el uso sostenible del agua es una máxima de compromiso en CLC y está en el centro del proceso desde el inicio hasta el final de la elaboración del cobre. Cobre Las Cruces proporciona las máximas garantías y controles necesarios en cuanto a la gestión de las aguas, realizando un uso sostenible de las mismas”.

Sin embargo, la trayectoria infractora no se ha quedado en estas sanciones impuestas por el Ejecutivo central. En 2016, tres directivos de la empresa fueron condenados por la Audiencia Provincial de Sevilla por delito continuado contra el medio ambiente. La sentencia, además de pena económica, condenaba a los ejecutivos a un año de cárcel por haber contaminado el Dominio Público Hidráulico con arsénico, además de extraer agua por encima de lo permitido. En 2008, la Junta de Andalucía tuvo incluso que paralizar los trabajos de profundización de la cantera que realizaba la minera por riesgo de contaminación del mismo acuífero (que entonces se denominaba Niebla-Posadas).

Un yacimiento para aprovechar el 'boom' del cobre

Tras reanudar su actividad se sucedieron los ejercicios con altos beneficios. Al informar sobre el año 2014, First Quantum decía sobre la explotación sevillana: “Las Cruces ha presentado una actuación extraordinaria en 2014 con un segundo año consecutivo de récord en la producción de cobre”. Y añadía que “el beneficio bruto se incrementó un 3% debido a los mayores ingresos por ventas y los menores costes de producción”.

El yacimiento de Sevilla ha sido durante más de una década una de las joyas de la corona de la multinacional canadiense. El mineral extraído tenía una ley muy elevada: entre un 5-6% de cobre en cada tonelada, “de 7 a 12 veces superior a cualquier yacimiento”, informaba la propia minera. La producción en Las Cruces le ha permitido aprovechar la multiplicación del mercado de cobre. “La demanda se ha duplicado en los últimos 25 años”, describe la patronal, el Instituto Europeo del Cobre.

La mayor demanda ha hecho que el precio internacional de este mineral haya pasado, con sus fluctuaciones, de unos 1.800 euros la tonelada en enero de 2000 a los 7.900 euros en agosto de 2021. En el periodo de las “detracciones” sin permiso de agua, el precio nunca estuvo por debajo de los 4.000 euros por tonelada. El McKinsley Global Institute ha calculado que el consumo de cobre en 2035 será un 45% superior al de 2014.

Así que la secuencia de resultados ha sido: en 2013 Cobre las Cruces obtuvo 149 millones de beneficio, en 2014 llegó a 159 millones, en 2015 fueron 84 millones de ganancia y en 2016 se quedaron en 50 millones “por la caída del precio”, explicaron. En 2017 recuperaron hasta los 90 millones y en 2018 ascendieron a los 99. En 2019, un derrumbamiento en la corta hizo que la empresa perdiera 32 millones de euros. En 2020, su último año, Cobre Las Cruces ha declarado una pérdida bruta de 11 millones de euros.

“Les sale rentable afrontar esas multas a cambio de los beneficios que han ido consiguiendo”, reflexiona Isidoro Albarreal, de Ecologistas en Acción, la organización cuya iniciativa impulsó este reciente expediente sancionador. “Claro que las recurren y prefieren no pagarlas, pero estoy convencido de que esas cantidades las tienen previstas como un coste de producción más”. La organización ha calculado que, desde que la mina inició sus trabajos, “ha detraído ilegalmente 15 millones de metros cúbicos de agua subterránea”. 15 hectómetros cúbicos.

La compañía ha decidido recurrir la última sanción de septiembre de 2021 como hizo con la de 2016 (que fue confirmada definitivamente por el Tribunal Supremo). Las Cruces aduce que ha realizado “un esfuerzo sin precedentes tanto desde el punto de vista técnico como de inversión, para responder a las condiciones extraordinariamente exigentes relacionadas con la gestión de aguas del proyecto”. La mina explica que ha creado un sistema de drenaje y reinyección del agua que capta en su actividad para devolverla al depósito natural.

Expediente de responsabilidad ambiental

El acuífero del que se ha sacado el agua se conforma por dos masas subterráneas ahora denominadas Gerena y Guillena-Cantillana. Estos depósitos son considerados una reserva estratégica de emergencia para el consumo humano de Sevilla en caso de escasez.

Pero también han sido el suministro cotidiano de algunas poblaciones del entorno como el municipio de Burguillos. Ya no lo son porque el estado del acuífero ha ido empeorando hasta hacer imposible el bombeo de aguas de calidad para los habitantes. Tanto que la Junta de Andalucía tendrá que llevar agua a Burguillos con un proyecto que costará 4,2 millones de euros.

Ecologistas en Acción ha pedido al Gobierno andaluz que inicie “un expediente de responsabilidad ambiental” contra Cobre las Cruces por considerar que han sido sus extracciones de agua las que han llevado al acuífero a su estado actual. Solicitan que “la valoración de los daños” sea de, al menos, esos 4,2 millones “correspondientes al gasto que la administración andaluza va a tener que realizar”, según su escrito de petición.

First Quantum, en estos momentos, está pendiente de obtener autorización para consumir 3,3 millones de metros cúbicos al año de, precisamente, aguas subterráneas para prolongar la actividad minera esta vez bajo tierra durante 15 años. El proyecto ha obtenido las autorizaciones ambientales responsabilidad del Gobierno autonómico y le falta el permiso para el líquido que recae en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir del Ministerio de Transición Ecológica.