Poco a poco, los obispos españoles empiezan a reaccionar y se salen de la tesis oficial de la Conferencia Episcopal española en lo referente a la lucha contra los abusos a menores. Si la cúpula del episcopado español reaccionó al dossier entregado por El País al papa Francisco y al cardenal Omella con 251 nuevos casos de pederastia, lamentando su “falta de rigor”, al menos cuatro diócesis se han dirigido al diario para solicitar información y contactar con las víctimas de posibles pederastas implicados en su territorio.
Se trata de las diócesis de Bilbao, Zamora (la primera en anunciar, a través de su obispo, Fernando Valera, que abriría una investigación histórica de abusos), Barcelona y Orihuela-Alicante. El Obispado vizcaíno, además, ha emitido una nota pública en la que reconoce “la labor realizada” por la prensa y anuncia la apertura de una investigación para abordar cinco casos. En concreto, los acaecidos en el colegio Maristas de Bilbao en 1990; en el sanatorio infantil de Santa Marina, en Bilbao, en 1971; en el colegio Paúles de Barakaldo en los años 50; en la iglesia de San Juan Bautista de Bedia, en los años 1964-1966, y en la parroquia de Cristo Rey de Bilbao en 1976.
La diócesis, pastoreada por Joseba Segura, asegura que ha procedido a la apertura de las investigaciones correspondientes “sobre las noticias publicadas con la documentación recibida desde la Conferencia Episcopal”.
“Compartimos la búsqueda del esclarecimiento de cualquier caso de abuso que se haya podido producir y que, sin duda, tendrá como uno de sus frutos el conocimiento de la verdad, con especial atención a las necesidades de las víctimas y a la no repetición de hechos como los denunciados”, añade la diócesis, que espera ofrecer “una investigación completa en la medida de sus posibilidades y competencias”.
Contrastan estas palabras con el análisis de la cúpula eclesiástica española que, en diciembre pasado, pedía “mayor rigor” en las “acusaciones” del diario, cuyo contenido, “de carácter muy dispar, hace difícil extraer conclusiones que puedan servir a una posible investigación”, decían. El dosier había llegado al papa Francisco el 2 de diciembre. Eran 385 páginas en los que, a juicio de la Conferencia Episcopal, faltaba “nombre de los acusados, años en que ocurrieron los abusos, o se refiere a personas fallecidas”. Fallecidos, los posibles victimarios, no los supervivientes de abusos.
Sin embargo, Bergoglio ordenó que se investigara. Así que, una semana después, los obispos acabaron por trasladar a las diócesis el informe “sugiriendo, si lo ven necesario, ponerse en contacto con El País. Lo mismo hace la Conferencia de Religiosos (Confer), a quienes hemos enviado la parte del informe que afecta a religiosos, un 77%”, según contó a elDiario.es el portavoz de los obispos Luis Argüello.
Ahora, el Obispado de Bilbao “invita a cualquier persona que haya podido tener conocimiento de los hechos publicados en el citado diario, o de cualquier otro que tenga alguna relación con la diócesis de Bilbao, a que se ponga en contacto con la Comisión diocesana para la protección de menores y prevención de abusos sexuales, a través del correo electrónico: protecciondemenores@bizkeliza.org”, asegurando la confidencialidad “en la medida y los límites que esa persona lo desee y la legislación vigente lo determine”.
“Recordamos la determinación de la Diócesis, en sintonía con lo contenido en el Evangelio y citado constantemente por el Santo Padre Francisco, para conocer, siguiendo las normas vigentes, la verdad de los casos que hubieran podido haber acaecido, atender a las víctimas y erradicar cualquier tipo de abuso en la Iglesia”, finaliza la nota, que supone un antes y un después en el modo de abordar, desde las diócesis, las acusaciones llevadas a cabo por las víctimas de abusos a través de los medios, al no encontrar respuesta en la Iglesia. Sin embargo, aún no se ha procedido, como sucede en el resto de países europeos (a excepción de Italia) a una investigación global sobre el impacto de la pederastia clerical, a lo largo de la historia, en territorio español.
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