A un año escaso de que acabe la legislatura, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha completado por fin su reforma educativa con la aprobación del currículo de Secundaria y Bachillerato. Y lo ha hecho igual que empezó, envuelto en polémica con algunas Comunidades Autónomas, con prisas y medio de tapadillo.
Medio de tapadillo porque aunque el Consejo de Ministros ha aprobado los textos –en plenas navidades– aún no se han publicado en el BOE y los interesados no los conocen, más allá de las generalidades que el Gobierno ha tenido a bien comunicar. Con prisas porque el curso empieza en septiembre para 1º y 3º de la ESO y 1º de Bachillerato (el resto lo hace el año siguiente) y los textos necesitan un desarrollo normativo que ya está justo de plazos.
Los directores de instituto hablan de un comienzo de curso “caótico”, algo similar a lo que ocurrió el pasado año con la FP Básica y la Primaria. Y de ahí la polémica con las Comunidades Autónomas más beligerantes con la LOMCE, que han solicitado un aplazamiento. Educación opina que las quejas no están justificadas. Y de fondo una amenaza clara: toda la oposición excepto UPyD y UPN se ha comprometido a derogar la ley en cuanto lo permita una mayoría parlamentaria, que podría ser el próximo curso.
A nivel de contenidos, los nuevos currículos incluyen la promoción del “espíritu emprendedor”, “la ética empresarial”, “el respeto y consideración a las víctimas del terrorismo y la prevención del terrorismo”, “la prevención de la violencia de género” y “los riesgos de las Tecnologías de la Información”, entre otros. También abren la puerta al estudio en estas etapas de Lengua de Signos Española (LSE) o braille, según informó la Confederación Nacional de Sordos Españoles (CNSE).
Un centenar de asignaturas
Los Gobiernos regionales y, en otro nivel, los centros educativos, esperaban la aprobación de este texto básico desde hacía meses. La LOMCE empezará a aplicarse en Secundaria y Bachillerato a partir del próximo curso, en septiembre, y el currículo básico es el texto fundamental que fija objetivos y contenidos a partir del cual se diseñan los cursos. Con estos mínimos las Comunidades Autónomas, competentes en Educación, realizan sus propios currículos más detallados, que luego pasan a los centros para que estos organicen su oferta educativa.
Y ya no hay tiempo para todos estos desarrollos, advierten unos y otros. Los Ejecutivos de Andalucía, Cataluña, Asturias y Canarias, los que no gobierna el PP, han pedido formalmente al Gobierno central que aplace la implantación de la ley un año. Entre los cuatro acogen a la mitad de los escolares en Secundaria y Bachillerato. “A día de hoy, los consejeros de las comunidades no conocemos el documento base sobre el que tenemos que trabajar”, explicó la consejera de Educación y Cultura de Asturias, Ana González, en una rueda de prensa conjunta en el Congreso el pasado lunes.
Y la cuestión no es baladí. El texto básico aprobado por el ministerio fija los contenidos mínimos de las asignaturas. Pero luego las comunidades deben entrar al detalle de las materias. Los técnicos tienen que desarrollar un centenar de asignaturas, recuerdan desde los Ejecutivos. “Para presentar un primer borrador las comunidades necesitarían unos tres meses”, alertó José Miguel Pérez, consejero de Educación canario. Y entre medias hay elecciones autonómicas en mayo, con los desajustes que un cambio de Gobierno puede generar.
Los directores de instituto coinciden en que ya es tarde. “El proceso exige un amplio periodo en lo concerniente al procedimiento administrativo como, fundamentalmente, en lo que respecta a las decisiones de los centros y a la orientación al alumnado y sus familias. Este retraso se traducirá en que afrontarán la escolarización de sus hijos sin la necesaria información”, advierten desde la Federación de Asociaciones de Directivos de Instituto (Fedadi). Algo parecido a lo que ocurrió con la Primaria, que arrancó este curso en medio del caos. Baste como ejemplo lo que sucedió con los libros de texto, que unas Comunidades decidieron cambiar y otras mantener pese a la nueva ley.
Educación considera que las críticas de las Comunidades no están justificadas. Fuentes del ministerio aseguran que “con la LOMCE se están aprobando los desarrollos antes que con la LOE”, y en todo caso ponen a disposición de todos los Gobiernos autonómicos que lo quieran el desarrollo curricular para Ceuta y Melilla —únicos sitios donde tiene las competencias—, que ya ha realizado. Respecto a la denuncia de que no conocen los textos, el ministerio recuerda que estos han pasado por la Conferencia Sectorial, han estado en información pública y en el Consejo de Estado. Las Comunidades señalan precisamente que conocen varios borradores pero no la versión definitiva.
Evaluaciones en pruebas
A la espera de que se publique esta versión aprobada por el Consejo de Ministros sí se conocen las generalidades que Moncloa ha decidido comunicar. Una de las principales novedades para el próximo curso es la implantación de las criticadas pruebas de final de ciclo, las llamadas reválidas, tanto en 4º de la ESO como en 2º de Bachillerato. Estas empiezan cuando la LOMCE ya esté plenamente implantada, el curso 2016-17, pero esa primera convocatoria no tendrá “efectos académicos”. No será necesario aprobar para obtener el título hasta el año siguiente.
En cuanto a los contenidos, el emprendimiento se cuela con fuerza en Secundaria y Bachillerato. El Gobierno destaca que los currículos incluirán “elementos curriculares orientados al desarrollo y afianzamiento del espíritu emprendedor, a la adquisición de competencias para la creación y desarrollo de los diversos modelos de empresas y al fomento de la igualdad de oportunidades y del respeto al emprendedor y al empresario, así como a la ética empresarial”.
También habrá un espacio destacado para las víctimas del terrorismo. Educación fomentará “el respeto y consideración a las víctimas del terrorismo y la prevención del terrorismo”. Sin embargo, toda la parte relativa a “la investigación de guerras, terrorismo, dictaduras, genocidio, refugiados políticos (…) y algunas de las nuevas amenazas para la paz y la seguridad” han quedado para la asignatura Valores Éticos, la sustituta de la extinta Educación para la Ciudadanía y que no cursarán aquellos alumnos que opten por Religión. Otros elementos como “el problema del terrorismo en España” o “la amenaza terrorista y sus efectos sobre la vida cotidiana” sí entrarán en materias obligatorias como Historia o Geografía.
La eliminación de Educación para la Ciudadanía también provocó que la educación sobre igualdad y contra la violencia de género quedara orillada en los centros. El Gobierno pretende recuperarla ahora, aunque no está claro su destino. El currículo contempla “la promoción de la prevención de la violencia de género” o la igualdad, pero no detalla dónde. Si lo hace en Valores Cívicos ocurrirá lo mismo que con parte del terrorismo: no la cursarán quienes estudien Religión.
El texto también destaca que “se promoverá la práctica diaria de deporte durante la jornada escolar”, “la prevención de los accidentes de tráfico”, “el desarrollo sostenible y el medio ambiente” o “las situaciones de riesgo derivadas de la inadecuada utilización de las Tecnologías de la Información”.