El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado este miércoles un informe que da un dato nuevo sobre muertes en España durante la primera ola de la pandemia de COVID-19. Según sus cálculos, desde el 9 de marzo hasta el 10 de mayo de 2020 ha habido 48.032 muertes más que las que hubo en 2019 durante las mismas semanas.
Se trata de una estimación que se suma a las cifras que ofrece el Ministerio de Sanidad, que habla de 27.127 muertes con diagnóstico COVID-19 confirmado con prueba microbiológica, siguiendo la metodología del Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades. Y se suma también a los informes MoMo que elabora el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), que reporta 43.065 muertes de 'exceso' para el mismo periodo del 9 de marzo al 10 de mayo. El MoMo lo extrae de comparar los decesos que ha habido con los que se esperaba que hubiera, teniendo en cuenta las medias de los últimos 10 años ajustadas “por la tendencia y por la estacionalidad”, explicaba la responsable del equipo en una entrevista con eldiario.es, la doctora Amparo Larrauri.
La primera diferencia metodológica entre lo que ha hecho el INE y lo que ha hecho el equipo MoMo es que el INE ha comparado con 2019, no con los últimos 10 años como el MoMo. La segunda es que el MoMo toma como referencia los registros civiles que están informatizados mediante el sistema Inforeg, que abarcan a los que corresponden a algo más del 93% de la población española. El Ministerio de Justicia envía todos los días al MoMo los datos de esos registros, con las fechas y lugares de todas las defunciones anotadas los últimos 7 días, y una vez al mes un volcado para limar errores. El INE ha usado la misma fuente pero ha aplicado un “coeficiente de expansión”, una corrección estadística al alza, para tener en cuenta el 6,4% que faltaba. No tienen en cuenta factores como cómo afectó el brote a ese 6,4% de registros no informatizados, sino solamente la serie histórica, detalla la institución a eldiario.es.
Tanto el INE como el MoMo del ISCIII hablan de “estimaciones” de exceso mortalidad, y se refieren a todas las causas de muerte, no solo a las de COVID-19 confirmado como hace Sanidad. INE y MoMo calculan el “exceso” a partir de lo observado en los registros civiles que aporta el Ministerio de Justicia, en los que no figura el diagnóstico médico del motivo de defunción. La doctora Larrauri enumeraba que dentro del exceso de muertes de esta primavera entran “casos con COVID-19 confirmada, casos con COVID-19 sin confirmar y que los sistemas de vigilancia no identifican, y a la pandemia de manera indirecta”.
Entre estos últimos casos, muertes indirectas por la pandemia, hay gente con otras patologías que entre marzo y abril empeoró aunque no sufriera coronavirus, por no acudir al centro sanitario por miedo al contagio, porque las consultas estuvieran saturadas, o por la propia vulnerabilidad social derivada del aislamiento. Lo ha razonado también así en más de una ocasión el portavoz de Sanidad Fernando Simón. “Nunca llegaremos a saber exactamente cuántas [de esas más de 43.000 muertes 'de más'] fueron por COVID-19”, zanjaba Larrauri, y en todo caso concluir las estimaciones definitivas aun tardará unos meses.
Las tres cifras, Sanidad, MoMo e INE, salen de organismos oficiales y del propio Gobierno. Las de Sanidad, cuya serie no tiene continuidad porque desde mediados de mayo cambió el sistema de notificación, las recopila el Ministerio a través de los datos que les proporcionan las consejerías de las Comunidades Autónomas. El ISCIII es una institución de investigación científica con doble dependencia, del Ministerio de Ciencia y del propio Ministerio de Sanidad. Y el INE es un organismo autónomo adscrito al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.
El INE da un exceso de enero a mayo de 2020 de algo menos de 44.000 muertes, menor que el de 48.000 de marzo a mayo porque de enero a marzo hubo menos mortalidad de la esperada respecto a 2019. El Instituto publica siempre sus estadísticas provisionales de mortalidad con el año terminado, así que por ahora solo da por definitivas las del periodo 2000-2018. El informe que han publicado en junio es una excepción, “una operación experimental”, describen ellos mismos, dentro del “compromiso social” por generar información relevante para la ciudadanía acerca de lo acontecido durante la pandemia. La doctora Amparo Larrauri comentaba a eldiario.es que estas cifras, las de Sanidad, las del INE y las de su grupo, no son contradictorias entre sí, “no se contraponen sino que se complementan”.
“Lo anormal sería que fueran iguales. Sanidad da las defunciones confirmadas por COVID-19; el MoMo, las defunciones por todas las causas, muchas de ellas atribuibles a COVID-19. Y aún tendrá que pasar un tiempo para que consolidemos definitivamente la verdadera mortalidad de estos meses”, contestaba sobre la disparidad de números. “Será la combinación de la información de vigilancia, las estimaciones de MoMo y las estadísticas del INE lo que nos permitirá estimar con mayor precisión el impacto de la pandemia de COVID-19 en la mortalidad de la población española”, resumía.