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La soldado de Antequera que denuncia una agresión sexual asegura que sufrió otro intento de violación meses antes

La soldado del acuartelamiento aéreo de Bobadilla en Antequera (Málaga) que ha denunciado haber sufrido una agresión sexual por parte de sus compañeros en diciembre, durante la celebración de la patrona del Ejército del Aire, asegura que había sido víctima de un intento de violación anterior en septiembre de 2017 por parte de sus compañeros, según declaró en un atestado policial que se realizó el pasado 22 de diciembre.

En su relato aseguró que uno de sus compañeros intentó violarla “pero no pudo concluir ya que no se dejaba”, aclaran en el documento policial, al que ha tenido acceso eldiario.es. El Ministerio de Defensa asegura a esta redacción que estos hechos han sido admitidos a trámite por el juzgado Togado Militar de Sevilla y que se encuentran en fase de sumario ya que el acusado está identificado.

Por otro lado, los hechos adelantados por el programa de Antena 3 Espejo Público, relativos a la denuncia presentada por agresión, con fecha del pasado 10 de diciembre, en los que asegura que le pudieron introducir “unas sustancias en su bebida” y que varios compañeros comenzaron “manosear”, están actualmente en fase de diligencias previas en el mismo juzgado. El abogado, Javier Rincón, del despacho Rinber Abogados, que lleva la defensa de este caso, asegura que está citado el próximo 7 de febrero ante estos magistrados.

Rechazo a seguir

Sobre la agresión de septiembre, ahora investigada por el juez, según recoge el atestado policial, ella dijo que no quería continuar tras besarse con él, y “llegado el momento de concretar relaciones sexuales completas”. En un primer momento, “la continúa besando” y la denunciante tiene que aprovechar que otro compañero entra en la habitación para “quitarse de encima” a su presunto acosador y “salir de la habitación”, describe el documento admitido por el juzgado.

En su declaración, la soldado asegura que posteriormente se lo vuelve a encontrar en el pasillo de la base, que la “empuja” hacia una habitación mientra ella asegura que le dijo que la soltase, que si no “gritaba y se iba a enterar todo el mundo”. “Que cuando la introduce en la habitación, la continúa besando, reiterando que no quiere tener relaciones sexuales con ella (sic), continuando con los tocamientos”, relata en el atestado policial.

Ante la insistencia, la soldado asegura que le dice que “tiene el periodo y que no quiere que siga haciendo lo que está haciendo”. “Momento en el que le baja los pantalones e intenta tener acceso anal con la dicente, lo que inició pero no pudo concluir ya que no se dejaba”, apunta la denuncia.

En este escrito, esta mujer relata que no denunció antes estos hechos sucedidos en septiembre “porque le daba vergüenza y por lo que pudiesen pensar el resto de compañeros” de ella. Y, continúa exponiendo el atestado, que le llegó a decir al denunciado que “no contase nada a nadie, que no quería que su reputación resultase dañada, ya que era muy vergonzoso para ella”.

El día de la patrona

En esta denuncia, adelantada por el programa Espejo Público, narra también los hechos sucedidos presuntamente el día 10 de diciembre. Con motivo de la patrona del Ejército del Aire salió a tomar algo con sus compañeros y reseña que de aquella noche solo “tiene vagos recuerdos”. Tras contárselo a varios compañeros le sugieren que ha podido ser “drogada sin su consentimiento” y asegura que una de las cervezas que se tomó le sabía rara. Para averiguar esta situación se realizó un test antidrogas y dio positivo en barbitúricos.

En este documento incide que recuerda que en un bar, un sargento “le empieza a acariciar la pierna”. “Algo que deja sorprendida a la dicente, ya que no se esperaba esa actitud de él”, apuntan en el atestado los agentes de la Comisaría de Antequera. Además, en el escrito aseguran que la denunciante “notó otra mano que le tocaba el muslo” y que ella contestó con un manotazo “para que le quitasen las manos de encima”.

Aunque en su declaración destaca que “son recuerdos confusos”, cree que en esos momentos “ya debía estar drogada” y por lo tanto no es capaz de identificar a todos los presuntos acosadores. Sobre estos sucesos, recuerda en su denuncia que le llegó a decir a otro compañero que se había “sentido muy incómoda”: “Como un cacho de carne”.

Además detalla en la declaración, que “tiene vagos recuerdos” de esa madrugada. Asegura que “un hombre de tez morena la movía mientras la cogía del brazo y le decía cosas”. Y que con otro hombre “notaba el contacto en su costado izquierdo” en una habitación “a oscuras”.

El problema del acoso en las Fuerzas Armada viene descrito por el informe del Observatorio de la Vida Militar que depende de las Cortes. Tres cuartas partes de las denuncias por acoso sexual o laboral acabaron en nada, según el documento que recopiló los casos entre 2004 y 2015.

De las 174 denuncias, la Justicia militar archivó 110 casos durante la fase de diligencias previas y otros 24 no acabaron con sentencia condenatoria contra los acusados. Sólo se han producido 22 condenas, mientras que el resto de casos se dejó en manos de mandos militares u otros órganos internos.