Las diferencias de gasto por alumno entre comunidades autónomas persisten. La brecha en la escuela pública es tan grande que lo que se invierte en unas regiones por estudiante dobla a lo que se destina en otras, según los datos correspondientes al año 2014 –los últimos disponibles– recogidos por el Ministerio de Educación en el Sistema Estatal de Indicadores de la Educación de 2017.
Euskadi se desmarca, como ocurre tradicionalmente, de la media con un gasto que alcanza los 8.976 euros por alumno no universitario en la escuela pública y año; al otro extremo de la tabla, la Comunidad de Madrid (4.443) y Andalucía (4.510). Estas tres comunidades se alejan, por exceso o defecto, del gasto medio, que se sitúa en 5.169 tras un recorte de casi un 8% desde 2009. Esta reducción de la inversión pública obliga a las familias a destinar más recursos a la educación de sus hijos. ¿Cuánto más? Un 30%, según los datos de Educación.
Por detrás de Euskadi y por encima de la media están Navarra (6.866), Cantabria (6.539), Asturias (6.435), Galicia (6.241) y Castilla y León (5.981). En los vagones de cola están Castilla-La Mancha, Cataluña, Murcia y Comunitat Valenciana. Ninguna de ellas llega a los 5.000 euros. Las posiciones en el ránking de gasto público no han cambiado sustancialmente desde 2009: las que invierten más –normalmente en el norte, con mayor nivel socioeconómico– siguen gastando más y las que destinan menos, también continúan haciéndolo, independientemente de la coyuntura económica.
De las cifras recogidas por Educación, llama la atención la distribución de la inversión en comunidades como Madrid, la última en cantidad invertida por alumno de la pública pero en las primeras posiciones –solo por detrás de Euskadi, Navarra y Baleares– en presupuesto dedicado a la educación concertada: fueron 943 millones de euros en 2014, uno de cada cinco euros del gasto total en educación (20%). La media está en un 14,7%.
Y si miramos al exterior, Eurostat ha publicado este lunes unos datos de 2015 que sitúan a España como el quinto país de la Unión Europea con menos porcentaje del PIB dedicado a educación: 43.780 millones de euros, un 4,1%, únicamente por delante de Rumanía, Irlanda, Bulgaria e Italia. Según los expertos, el gasto educativo es un factor importante pero no el único para medir la calidad y el éxito de un sistema educativo.