Un hombre de 47 años y con antecedentes por corrupción de menores es la nueva pieza del caso Torbe. La Policía le ha detenido en Sevilla, después de comprobar que poseía en su teléfono móvil el vídeo de la testigo protegida TP2 del caso, una joven menor de edad en el momento de los hechos.
Según ha podido saber eldiario.es a través de fuentes del caso, el vídeo fue enviado desde uno de los móviles propiedad de Ignacio Allende Fernández, Torbe, en prisión desde abril por presuntos delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, pornografía infantil y agresión sexual, entre otros.
TP2 denunció el pasado mes de noviembre que había sido drogada y abusada sexualmente por Torbe y que además de grabar la relación sexual, protagonizó un vídeo que presuntamente se envió “a jugadores del Athletic de Bilbao” y al jugador del Manchester United y portero de la Selección Española David de Gea. Este último, según la versión de TP2, habría contestado al vídeo con un mensaje de voz en el que manifestaba su deseo de estar con ella. Según declaró Torbe al juez hace dos semanas, desconocía que la chica fuese menor y culpó del “error” a sus empleados, que no comprobaron debidamente su documentación.
El vídeo acabó difundiéndose de forma masiva. Según Torbe, solo lo envió a los futbolistas, y eludió su responsabilidad sobre la viralización. Sin embargo, esta nueva detención desmonta su versión.
Un teléfono móvil y varios discos duros
Los responsables de la investigación manejan la posibilidad de que Torbe y el arrestado, que mantenían relación desde hace años, colaborasen difundiendo vídeos protagonizados por menores, dados los antecedentes de ambos (Torbe ya fue condenado en 2008 por grabar un vídeo sexual con una joven de 16 años). De hecho, el detenido se había ofrecido a Torbe para difundir otros vídeos inéditos a través de páginas web de venta de material pornográfico amateur a las que tenía acceso.
Los agentes han registrado además dos domicilios relacionados con el arrestado en los que se han incautado de un teléfono móvil y de varios discos duros, que están siendo analizados en busca de más videos incriminatorios.
El hombre “no tiene oficio conocido” y, según ha podido confirmar este periódico, sufre una enfermedad mental, pero no está incapacitado judicialmente. Aunque tiene problemas para relacionarse socialmente, utilizaba mucho internet, donde “fabulaba”. Es muy activo en las redes sociales, en las que tiene múltiples perfiles, informan fuentes del caso.
La operación ha sido desarrollada por agentes de la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras y de la Unidad de Investigación Tecnológica y de la UDEF Central de la Comisaría General de Policía Judicial, con la colaboración de agentes del Grupo de Delitos Tecnológicos y Contra la Propiedad Industrial de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Sevilla.
Hasta el momento, Torbe, sigue en prisión, aunque su letrado ha solicitado su puesta en libertad en varias ocasiones. Tanto sus empleados como el empresario ucraniano con el que traía mujeres desde Kiev a España para grabar vídeos de extrema dureza, están ya en libertad.
Ni el juez del juzgado de Instrucción número 29 de Madrid, Pedro Antonio Domínguez Morales, como la fiscal del caso, no han tomado ninguna decisión sobre la declaración de la otra testigo protegida, TP3, quien aseguró que fue obligada, junto a otra chica, a mantener relaciones sexuales con dos jugadores de la Selección Española, Íker Muniain y un segundo cuya identidad no está clara, y que sufrieron además abusos físicos. Según su testimonio, Torbe permaneció en la habitación del céntrico hotel donde se desarrollaron los hechos, y fue el portero David de Gea quien, según la chica, sufragó el encuentro.