Sin sospechosos del asesinato del ultra de los Riazor Blues, Francisco Javier Romero, los 21 arrestados tras la reyerta entre radicales el domingo pasado han quedado libres con cargos. La jueza de Instrucción María del Coro decidió que la veintena de implicados se marcharan tras declarar ante ella. Les imputa un delito de “riña tumultuosa”.
Este tipo legal es el que describe lo que ocurrió horas antes del partido entre el Atlético de Madrid y el Deportivo de la Coruña el 30 de noviembre: “Quienes riñeren entre sí, acometiéndose tumultuariamente, y utilizando medios o instrumentos que pongan en peligro la vida o integridad de las personas”, recoge el Código Penal. La pena que se prevé para estos hechos vade de prisión entre tres meses y un año o multa de seis a 24 meses.
Lo que refleja la decisión de la jueza es que la policía no ha identificado aúna los sospechosos de causar la muerte de Romero y que los 21 detenidos en las horas posteriores a la pelea no han podido ser ligados a los actos específicos que terminaron con el ultra coruñés con el bazo reventado, el cráneo hendido y su cuerpo en las aguas del río Manzanares. De todas formas, esta jueza se ha inhibido del caso en favor del juzgado que realizó el levantamiento del cadáver.